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Abriendo paso a la redistribución del poder: La paridad en las subsecretarías de gobierno BRAGA Créditos: Foto de Raúl Zamora/Aton Chile

Abriendo paso a la redistribución del poder: La paridad en las subsecretarías de gobierno

Maite Henríquez y Antonia Hinojosa
Por : Maite Henríquez y Antonia Hinojosa socióloga, Universidad Alberto Hurtado, Núcleo Constitucional, Facultad de Derecho UAH/ egresada de Derecho, Universidad Alberto Hurtado, Núcleo Constitucional, Facultad de Derecho UAH
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La reciente decisión del presidente electo, Gabriel Boric, sobre quiénes asumirán como subsecretarios/as ha captado la atención de los diferentes sectores sociales, debido a que su apuesta programática refleja una composición donde la paridad, la intergeneracionalidad, la representación territorial y la diversidad social son ejes claves en la conformación del  nuevo gobierno. El pasado 21 de enero se logró divisar con claridad la composición de una cartera de ministros/as paritaria con representación de mujeres y diversidades sexuales en ministerios históricamente masculinizados, destacando además que el mandatario logra marcar un hito histórico respecto de la composición de su equipo de gobierno, ya que por primera vez de los 24 ministerios 14 serían liderados por mujeres.

Siguiendo con la misma directriz, la composición de la cartera de subsecretarios/as nos mantuvo con igual interés y esperanza, planteándonos ¿la paridad seguirá siendo un criterio rector dentro las designaciones? ¿Se integrarán personas que representen los diversos territorios, edades, diversidades sociales y experiencias?

Con gran expectación, el reciente 1 de febrero finalmente se termina con la incertidumbre y se da a conocer la cartera de subsecretarios/as que conformarán los equipos ministeriales que asumirán el próximo 11 de marzo. La composición del equipo de gobierno se destaca por ser “un equipo diverso y paritario” como indica el mandatario, el cual es conformado por 39 subsecretarios/as, 20 hombres y 19 mujeres, que integrarán los 24 ministerios. Composición paritaria, tal como se anunciaba desde el programa de gobierno, donde a diferencia de la cartera ministerial, la paridad se da en una composición igualitaria de 50% hombres y 50% mujeres.

[cita tipo=»destaque»] La paridad no puede ser entendida como una mera cuota de género entre hombres y mujeres ¿qué pasa con las personas que hemos sido históricamente marginadas de los espacios de toma de decisión? ¿qué pasa con las diversidades sexo-genéricas?, ¿qué pasa con la representación territorial? ¿cómo las personas que conforman estos grupos logran llegar a los espacios de poder? La paridad como cuota no es suficiente.[/cita]

Cabe preguntarse cómo se logra la integración de un criterio como la paridad dentro de la organización política del Estado chileno, ¿en qué momento se llega a una integración igualitaria en la convención que redactará nuestra nueva constitución? ¿cómo se logra la entrada de las mujeres y diversidades al palacio de la moneda?

Los movimientos feministas históricamente han perseguido la igualdad de género en todas las aristas de la vida, una de ellas, la participación política, especialmente en los cargos de toma de decisión de la vida pública y privada, logrando que poco a poco la incorporación de las mujeres a la esfera pública y a los espacios de decisión sea posible, pero, ¿es suficiente? La paridad no puede ser entendida como una mera cuota de género entre hombres y mujeres ¿qué pasa con las personas que hemos sido históricamente marginadas de los espacios de toma de decisión? ¿qué pasa con las diversidades sexo-genéricas?, ¿qué pasa con la representación territorial? ¿cómo las personas que conforman estos grupos logran llegar a los espacios de poder? La paridad como cuota no es suficiente.

En este sentido, debemos avanzar hacia una democracia paritaria con una perspectiva interseccional, la cual ha sido una de las demandas de las últimas décadas desde los movimientos sociales y feministas, donde la representación de las diferentes corporalidades y experiencias sociales tengan correlato con la composición de la política, de esta manera mujeres indígenas, no profesionales, de diferentes territorios y edades representan las iniciativas y demandas colectivas que han estado presentes en las calles y en la casa. De esta manera, nombres como los de Verónica Figueroa Huencho, mujer mapuche, académica e investigadora en temáticas de gobernanza e interculturalidad; y Luz Vidal Huiriqueo, mujer mapuche, dirigenta sindical y trabajadora de casa particular en las subsecretarías de Educación y de la Mujer y Equidad de Género, respectivamente, abren paso a la renovación de las formas tradicionales y elitistas de hacer política, dejando entrar a personas que han sido históricamente marginadas al palacio de la moneda.

El gobierno del presidente electo Gabriel Boric, sin dudas marca avances históricos a la participación de mujeres con diversas trayectorias y experiencias, que difícilmente hace un par de años atrás habíamos imaginado tener en el equipo de gobierno. La importancia de aquellas no recae en un simple simbolismo de sus trayectorias de vida, sino también en la redistribución del poder sustantiva en cuanto al género, entregando voz y jurisdicción a quienes hemos estado históricamente regaladas de la esfera política, tales como mujeres indígenas y trabajadoras de casa particular.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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