BRAGA
Créditos: Agencia Uno
La resolución entregó justicia a M.A, joven de 24 años que fue víctima de tortura y agresiones sexuales durante el golpe militar. Según detalla la socia y abogada de AML Defensa de Mujeres, Francisca Millán, este fallo constituye un hecho sumamente importante para continuar incluyendo el enfoque de género en la justicia.
Un fallo histórico realizó la Corte de Apelaciones al incluir la perspectiva de género en el caso de M.A, mujer de 24 años que fue víctima de torturas sexuales ejercida por agentes del Estado durante la dictadura militar.
La resolución de la corte constituye una valiosa acción, ya que, si bien de manera frecuente se reconoce a las víctimas de la dictadura y la justicia falla a su favor, en general no se visualiza el factor de género como determinante de las vejaciones sufridas.
Por tal razón, la socia y abogada de AML Defensa de Mujeres, Francisca Millán, destacó este fallo como un relevante paso para la inclusión del enfoque de género en la justicia. ‘‘La corte sostiene que el género de la víctima -femenino- expresa un tipo de violencia específica, que agudiza las violaciones a los derechos humanos, pues los agentes del Estado se aprovechan de una violencia estructural adicional, que es la de género”, explica Millán.
Sin embargo, la abogada sostiene que, aunque se trata de un avance novedoso ‘‘aún estamos muy atrasadas respecto a esta materia”.
Por otro lado, el fallo obliga al Estado a reparar el daño moral causado a la joven debido a que fue exiliada, situación que le causó ‘‘angustia e inseguridad’’ al verse obligada a migrar a otros países por la persecución de parte de agentes del Estado.
La tarde del 22 de octubre de 1973 la vida de M.A. cambió para siempre. A los 24 años, la joven fue detenida por personal del Servicio de Inteligencia de Carabineros (Sicar) y llevada a la Primera Comisaría de Carabineros de Concepción.
Posteriormente, fue trasladada al Estadio Regional de Concepción, allí fue amenazada, golpeada, torturada a través de electricidad, simulacros de fusilamiento y luego fue abusada sexualmente
Luego de estas agresiones, la joven fue condenada a dos años de presidio menor por supuestamente dotar e inducir a grupos de combate. Al salir de prisión, los organismos estatales de seguridad la continuaron persiguiendo, por lo que partió al exilio en Suecia y luego Mozambique.
