BRAGA
La filósofa estadounidense realizó su charla magistral “Who’s Afraid of Gender? A psychosocial inquiry (¿Quién le teme al género? Una indagación psicosocial)”, en la ocasión, Butler reflexionó sobre cómo los temas relacionados con el feminismo y la comunidad LGBTQ+ son considerados como totalitarios por sectores conservadores. En la misma línea, destacó el rol de los gobiernos de ultraderecha en el avance de los pensamientos antigénero, ‘‘imaginan que cuando los niños leen un libro de estudios de género, se están sometiendo. Tal vez algunos creen que los estudiantes los leen al igual que ellos leen la Biblia, aceptando esas palabras con autoridad”.
“Donde esté el género, va a haber un campo de disputa”, fue el piso sobre el cual Judith Butler se instaló para dar inicio a su conferencia magistral “Who’s Afraid of Gender? A psychosocial inquiry (¿Quién le teme al género? Una indagación psicosocial)” en la Universidad Diego Portales (UDP).
La filósofa estadounidense expuso el debate que genera este término en la sociedad moderna, desde su mismo significado en adelante, y cómo hoy existen espacios donde se le teme, e incluso se lo considera una amenaza.
“La confusión respecto al género es un ejemplo de ese propio miedo. No podemos acordar una definición. Parece ser el nombre de algo que da miedo e incluso para algunos grupos una fuerza de destrucción”, sostuvo Butler en la ocasión.
Por otra parte, la pensadora resaltó lo difícil que puede ser dialogar y lograr acuerdos en torno a estas temáticas actualmente, así como también ofrecer contraargumentos desde la academia, sobre todo debido a los prejuicios que existen en torno a los estudios de género.
“Muchos de los cuales se oponen, se rehúsan a leer en el campo de los estudios de género, feminismo, estudios queer o trans, feminismo afrodescendiente, o cualquier teoría de la raza. De hecho, ellos tampoco creen que otras personas deberían leerlas, creen en censurar tales textos porque solamente dañan a quienes los leen, especialmente a los jóvenes”, indicó.
Otro punto que destacó la filósofa, se refiere a que los sectores más conservadores asocian los temas de género a una forma de totalitarismo. “Aquellos que pertenecen al movimiento anti género, imaginan que cuando los niños leen un libro de estudios de género, se están sometiendo. Tal vez algunos creen que los estudiantes los leen al igual que ellos leen la Biblia, aceptando esas palabras con autoridad”, reflexionó.
Butler calificó tal situación como irónica, ya que los sectores conservadores caricaturizan a los movimientos de mujeres, feministas y LGTBQ+ como agrupaciones que buscan adoctrinar y poner sus pensamientos sobre otros, cuando más bien solamente demandan la ampliación y respeto a sus derechos.
‘‘La derecha sostiene que las feministas que luchan por la libertad reproductiva, las lesbianas y los gays que desean casarse, las personas trans que quieren el derecho a vivir libremente y con el reconocimiento al sexo que tienen, están ejerciendo formas ilegítimas de libertad y de creatividad”.
En este escenario, plantea que actualmente sería posible afirmar que el miedo al género desplaza a otros miedos relacionados con el neoliberalismo, como la intensificación de la precariedad, el racismo y una mayor desigualdad entre ricos y pobres, así como también la destrucción de la tierra y la biosfera. Y de esta jerarquía de temores en que el género ocupa un lugar importante actualmente, Butler responsabiliza en parte a los liderazgos de ultraderecha.
“Lo que Meloni, Putin y Bolsonaro han hecho es avivar el miedo a que lo que tú sientes como íntimo y necesario de tu vida corporal, tu sexo, la dirección heterosexual de tu deseo o la característica heteronormativa de tu matrimonio, se te va a arrebatar si todas estas personas obtienen el derecho a vivir en libertad sin miedo a la violencia. Los derechos y libertades de las personas históricamente marginadas se muestran como un ataque a algo íntimo”, explica.
En la conferencia también participó la doctora en filosofía y profesora titular del Departamento de Filosofía de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, Alejandra Castillo, quien complementa que «hay varios colectivos que incorporan en sus prácticas el concepto de lo queer o feminismos disidentes, hay una circulación que es paralela al espacio universitario. Hay una acumulación de prácticas y saberes qué tienen que ver con pensar en el feminismo desde estas otras posiciones y conceptos (..) Entonces el problema es esta vuelta más bien conservadora hacia el género, que busca instalar un orden de identidad fuerte y creo que eso es más bien una complicación actual”.
