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Es importante entender la pobreza como un problema de género Yo opino Créditos: Agencia Uno

Es importante entender la pobreza como un problema de género


La pobreza en Chile tiene rostro de mujer hace mucho tiempo. Según cifras del Informe de ONU Mujeres 2018, que analiza los avances en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, el 70% de las personas con mayores carencias en el mundo son mujeres. Junto con ello, una de cada cinco niñas en el mundo vive en condiciones de extrema pobreza. A propósito de estas cifras tan preocupantes, en este mes de conmemoración queremos volver a hacer historia, y recordar cómo surge el interés de analizar esta situación de precariedad socioeconómica con una perspectiva de género.

[cita tipo=”destaque”] Ser jefa de hogar en extrema pobreza, probablemente con estudios inconclusos, con trabajos informales y esporádicos, ingresos bajos y sin redes de apoyo para la crianza de sus hijos, no es un trabajo fácil y requiere de todo el apoyo del Estado, el mundo privado y las organizaciones de la sociedad civil. [/cita]

Ahora bien, volviendo a nuestro país y mirando los alarmantes resultados de la encuesta CASEN 2020, tras la grave crisis social, salubrista y económica que nos deja el COVID-19, podemos señalar que lamentablemente el número de chilenos que vive en situación de pobreza se agudiza con respecto a la última medición del 2017. En este estudio se evidencia que 11 de cada 100 chilenos y chilenas vive en situación de pobreza, y los hogares que viven en extrema pobreza -asociada a situaciones severas de vulnerabilidad- se sustentan por mujeres en su rol de jefas de hogar, lo cual no nos deja de impactar, preocupar y nos llama a la acción.

Ser jefa de hogar en extrema pobreza, probablemente con estudios inconclusos, con trabajos informales y esporádicos, ingresos bajos y sin redes de apoyo para la crianza de sus hijos, no es un trabajo fácil y requiere de todo el apoyo del Estado, el mundo privado y las organizaciones de la sociedad civil.

Un ejemplo de acción del Estado para disminuir las brechas de género, es mejorar los sistemas de cuidado, lo cual ha sido una de las metas del gobierno del Presidente Gabriel Boric. Lo anterior permitirá disminuir la doble carga laboral de las mujeres, permitiéndoles participar mayormente del mundo del trabajo. Otro ejemplo de acción de organizaciones de la sociedad civil, es el de nuestros Centros de Reforzamiento de la Enseñanza y el Aprendizaje (CREA), los cuales son espacios comunitarios destinados al cuidado de los NNA de asentamientos precarios.

Estos centros, que se encuentran abiertos de lunes a viernes, son espacios que permiten disminuir el trabajo doméstico de las mujeres y, a la vez, propiciar un espacio de organización y regeneración del tejido social. Lo anterior a causa de que se encuentra abierto a toda la comunidad, organizaciones del Estado y la sociedad civil que deseen realizar asambleas, actividades, o capacitaciones. Salamanca, Negrete, Machalí, Puente Alto, Lampa y Maipú, son las comunas donde actualmente funcionan los CREA.

No es casualidad que en el 83% de nuestras comunidades, las dirigentas vecinales sean mujeres y en el 100% de ellas, hay al menos una mujer en la directiva de la misma. Son ellas quienes dirigen, levantan, protegen y organizan sus territorios y a su vez, trabajan de manera colaborativa con la coordinadora de cada centro para fortalecer el trabajo con los NNA. En ese sentido, se vuelve fundamental volver a mirar los espacios de cuidado de nuestros barrios y fortalecer este tipo de iniciativas que permiten mejorar la vida de las mujeres y los NNA de los territorios más vulnerables de nuestro país.

Por otro lado, es preciso mirar el panorama al que se enfrentan las niñas y adolescentes que viven en Chile y en latinoamérica. Por ejemplo, en nuestros centros asisten alrededor de 100 NNA de diferentes edades y nacionalidades, pertenecientes al percentil más vulnerable de la sociedad. Todas ellas viven en asentamientos precarios, ubicados en las periferias de sus respectivas comunas y producto de la centralización de los servicios, alejadas de las oportunidades que brinda vivir en los núcleos urbanos. Esta realidad territorial, de género y también migratoria, implica una serie de obstáculos en las trayectorias de vida de las niñas y adolescentes que crecen en estos territorios. Por ello, nuevamente los espacios de cuidado, contención y educación como lo son los CREA permiten transformar esta realidad y brindar herramientas humanas y técnicas para cambiar el presente de dichas niñas y acompañarlas a soñar con un futuro plausible donde ellas puedan realizarse como mujeres en el ámbito que deseen sin ser presas de su clase social o su género.

Fundación Enred Social es una institución que articula el mundo público y privado con las necesidades de las comunidades. Hoy nuestra intervención está puesta en los campamentos y en las mujeres lideresas que requieren apoyo, y por eso estamos a disposición de todos quienes quieran apoyar este gran desafío.

Este 8 de marzo, hacemos el llamado a tener en cuenta el importante rol que tienen las lideresas, las dirigentas sociales y las mujeres en general, especialmente aquellas que habitan en campamentos y territorios con altos índices de pobreza multidimensional. A su vez, es menester que se consideren sus contextos, opiniones y necesidades en la implementación de nuevas políticas públicas e intervenciones territoriales. Solo así, podremos avanzar en un verdadero empoderamiento y erradicar las brechas de género de nuestra sociedad.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

 

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