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Cristian Aravena y Brian Smith, investigadores: “Al conocimiento hegemónico no le interesa la historia del VIH” BRAGA

Cristian Aravena y Brian Smith, investigadores: “Al conocimiento hegemónico no le interesa la historia del VIH”

Francisca Palma Arriagada
Por : Francisca Palma Arriagada Periodista de la U. de Chile.
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Aproximarse a los vínculos entre arte acción y vih/sida es parte del trabajo que están desarrollando ambos investigadores, quienes reflexionan en esta entrevista para El Mostrador Braga sobre las construcciones sociales y de poder en torno a esta pandemia, y cuál ha sido el rol de las artes para representarlas o más bien, para construir nuevos horizontes posibles al respecto.


A propósito de la investigación “Cuerpos transitivos: escenarios del Arte acción y VIH (algunos casos)”, que se encuentra desarrollando el actor, dramaturgo y docente, Cristian Aravena,  y el historiador del Arte, Brian Smith, El Mostrador Braga conversó sobre esta iniciativa que propone una revisión temporal de la historia del VIH/sida en el país, la que culminará con la publicación de un libro por Editorial Oxímoron y que durante su desarrollo publicará diversos contenidos informativos a la ciudadanía en el portal de la plataforma ARDE, que busca revisar y tensionar lo escrito hasta la fecha en torno al tema.

-Están iniciando esta investigación pero, ¿qué variables hacen que se relacione el activismo con VIH/sida y el arte en Chile?

Cristian: Hay varias. La primera tiene que ver con las comunidades a las que golpea en primera instancia esta pandemia, o más bien, el sujeto que se construye como chivo expiatorio: los hombres homosexuales (cis). Los espacios de las distintas artes siempre han sido alero para vivir, con una mediana libertad, la sexualidad. Entonces, los sectores artísticos fueron uno de los primeros en afectarse al reconocer los cuerpos llagados y las primeras muertes de sus personas cercanas. Según la historiadora del arte Ester Pagán, el VIH “ha transformado la naturaleza del arte que se hace hoy”.

Las primeras visibilizaciones y denuncias (sensibles) que se hacen del virus, más allá de la construcción de este sujeto de culpa, vienen desde el activismo y las artes: la literatura, las artes visuales, el arte acción (performance es su versión anglosajona), el teatro, la danza. Se hace visible la pandemia a través de la denuncia y de la representación de quienes padecen el virus, de la vociferación de sus relatos y de quienes acompañan. El compañerismo y los cuidados de las lesbianas en los primeros momentos de la pandemia fueron fundamentales ante la desolación. El activismo por el VIH en general recurre a mecanismos de enunciación vinculados a las artes. El cuerpo se transforma en un lienzo que permite hacer visible la pandemia, sus víctimas y circunstancias.

Brian: Creemos relevante dar cuenta de cómo el arte se torna objeto de enunciación, y como dice Cristian, esa enunciación comúnmente, y para nosotros, eficazmente, se establece por medio del cuerpo. Lo que es muy significativo porque pensamos que son estas acciones las que llevaron a vehiculizar desde una profunda conciencia, “los terrores” del VIH: la estigmatización, la ignorancia que existía sobre el tema, la discriminación y la desidia social para con quienes lo padecieron y/o padecen hoy. Pensamos que otro tipo de arte, como la pintura y la gráfica, al establecerse y acomodarse intramuros dentro de los parámetros de la institucionalidad y/o mercado del arte, poca relevancia tuvieron en cuanto a diseño y emergencia de políticas públicas, pues el margen del discurso queda para su público. De ahí que centramos la mirada en el activismo urbano, callejero, la irrupción al espacio público tomado de la mano con la estética y el arte, en tanto gritos que clamaban por políticas de asistencia sanitaria para las personas afectadas, que obvio, fueron miradas como cuerpos abyectos

-Hay distintos hitos que podrían llevarnos a decir que estamos frente a una historia del VIH/sida en Chile. ¿Cuán disputada está esta historia? Hasta el momento, ¿quiénes han estado a cargo de escribirla?

Cristian: A los ojos de esta investigación, esos hitos están dados por los activismos en torno al VIH y por los cruces que se generaron con ciertas escenas culturales y artísticas. En términos históricos, Chile es un terreno en disputa mientras seamos nosotros quienes activemos la necesidad de profundizar en esta pandemia. La verdad es que su disputa es bastante llana desde la historiografía convencional. Creemos que al conocimiento hegemónico no le interesa la historia del VIH, somos las disidencias y mujeres activistas quiénes hemos ido articulando sus relatos. En general, la mayoría de las historias de esta pandemia vienen desde el activismo y las disidencias sexuales, sin embargo, en particular desde la historia de la homosexualidad masculina, y también desde la mirada de lo masculino homosexual considerado como gay, es decir, ese hombre no queer. Por otra parte,  la literatura también ha construido un relato histórico. Algunos ejemplos de esto son el trabajo de Víctor Hugo Robles tanto en radio como en prensa escrita, como el libro realizado junto a Amelia Donoso; es un hito para la historia del VIH Viajes virales de Lina Meruane; el libro El peso de la sangre de José Luis Salinas; varias crónicas de Pedro Lemebel; Sangre como la mía de Jorge Marchant Lazcano; Raro de Oscar Contardo. En teatro, la investigación desarrollada por Daniela Capona sobre dramaturgias y VIH. Todos estos trabajos son sólo una primera aproximación, que se irá nutriendo con nuestra investigación.

Es urgente tender puentes en los relatos y experiencias de mujeres viviendo con VIH, hay poco trabajo al respecto. También se pueden establecer genealogías de lectura histórica a través de exposiciones de arte que se han hecho sobre el VIH

Brian: Por lo mismo, es importante recoger también las historias que los movimientos de la diversidad sexual han montado, como por ejemplo, el portal de MOVILH en internet, que aunque exiguo, favorece la difusión de hitos que son, para casi todxs lxs interesadxs en el tema, de perogrullo, pero que sin duda sirve. MUMS también tiene su trabajo en torno al tema por medio de seminarios o encuentros que organizaban años atrás. Acción Gay ofrece también campañas de concientización donde sus activistas dan un panorama histórico de la enfermedad. Pero ninguno se ha acercado a otras formas de escritura que conlleven un trabajo crítico sobre la participación, el activismo y la creatividad.

Con esto, habría que señalar también a la CUDS, que desde temprano y desde el activismo universitario comenzaron a incidir en las formas de la escritura -o del discurso-, que existían alrededor de la homosexualidad, la enfermedad, lo abyecto, en fin. Cuestión que determinó la dinamización de lo que se entendía por lucha, identidad, estigma, y enfermedad. Ello llevó desde la primera década del 2000 a justamente disputar la historia que se tenía del VIH y de nuestra comunidad, ampliándola e incorporando, por ejemplo, a las mujeres, al arte, al prostibulario, lo disidente, lo travesti, y a nuestro largo etc. que está fuera de las cámaras de televisión y de lo regulado.

-A nivel general, es posible decir que hay acciones de arte/performance sobre este tema que son más conocidas. ¿Qué nuevos aportes esperan relevar con este proyecto? Para escribir -o contribuir en esa recolección- de esta historia, ¿a quienes faltaría entrevistar?

Cristian: Justamente hay un subrayado sobre ciertas acciones como las de las yeguas del apocalipsis y sobre las performances de Pedro Lemebel que han centralizado la mirada respecto al arte acción y el VIH. Esperamos contribuir desde el levantamiento de información y testimonios a la historia de movimientos contraculturales. Espacios como las acciones llevadas a cabo en fiestas (Spandex, El Trolley, Club Bizarre), tocatas punkis y rockeras (en centros culturales ubicados fuera y dentro del centro de Santiago), encuentros organizados por las disidencias sexuales y los activismos. Acciones como las llevadas a cabo por Guillermo Moscoso, Víctor Hugo Robles, Daniel Palma y Andrés Pérez, Vicente Ruiz, Hija de Perra, Lucas Núñez. Los escritos de Aliwen desde las artes visuales, o los vínculos entre escenas y VIH escritos por Cristián Opazo también son importantes de releer al alero de este proyecto.  Tensando las nociones convencionales de arte acción, El Circo de Timoteo es un espacio al que hay que prestarle atención, en términos de los diálogos que ha generado con otros sectores de la sociedad chilena.

Brian: Y sin duda que faltan muchas personas, pero queremos recalcar que también es importante poner de relieve a los y las activistas de los noventa, algunxs a la cabeza de las organizaciones que han luchado contra el Estado y la policía moral e institucional desde el principio. Muchas de estas personas son tesoros vivos porque, aunque algunos hoy estén de la mano con la institucionalidad política de turno porque dependen de sus financiamientos, tienen un know how, que es muy importante pues es a partir del saber hacer, el quehacer, y el ser mañoso o hábil que se pudo sortear todos los impedimentos estatales y privados para poder contar con acceso al tratamiento. La Fundación Diversa es una de ellas. Esta investigación también intentará recuperar esas historias no contadas por el mainstream institucional.

-Visibilizar el VIH/sida y problematizarlo es un aspecto necesario, considerando hechos como los incrementos en la transmisión. ¿Cómo abordar esta visibilización en términos públicos, de “enseñanza”, sin caer en, por ejemplo, la represión de la libertad sexual?

Cristian: Hay varios frentes desde los cuales abordar este nuevo oleaje de transmisión. De partida, es necesario retomar las campañas de prevención, haciendo efectiva la información y el acceso a los tratamientos pre expositivos (PREP) y post exposición, por ejemplo. Por diversos relatos de personas que han querido acceder a estos, nos damos cuenta que aparte de desabastecimiento, siguen habiendo una serie de trabas que van desde la burocracia hasta los juicios morales. Es urgente que se aborde el virus desde una educación sexual integral y no sexista. Las condiciones en las que se propaga el virus son bastante particulares y aparte del uso del condón, hay otras variables. Hay muchas creencias respecto a la transmisión del VIH que responden al terreno de las especulaciones más que al de los hechos; por ejemplo, el tema de la lubricación a la hora de tener relaciones sexuales. Hay espacios de abordaje público al VIH como los que ha generado históricamente y sostiene hasta hoy Victor Hugo Robles, el Che de los gays, son una referencia para nosotros. Creemos también que es necesario potenciar y replicar instancias como las generadas por el Círculo de Estudiantes Viviendo con VIH (CevVIH), que tiene diversas estrategias de abordaje al VIH. Las instancias de transmisión de conocimientos llevadas a cabo por la docente y activista Lucha Venegas; o los lazos y puentes que ha generado con la escena teatral el Ciclo Sidario… todos estos son lugares que potencian la vivencia y el testimonio, más allá de un aleccionamiento moral.

Brian: También creo que es importante poner de relieve la cuestión de los afectos, que más allá de moralizar en torno al querer, lo que hace es propugnar el valor del buen querer en términos de comunicación y cuidados para con otras personas. Esta relación de causas promueve que a la hora de la calentura, en vez de pensar exclusivamente en el sobajeo, que es algo totalmente individualista, y puedo decir, promovido por la capitalización de los cuerpos, se piense también en la relación que existe entre mi cuerpo portador y el otro sano. Por lo que siento, se produce una tercera conciencia que es el autocuidado y el cuidado en y del colectivo. Allí el feminismo es una de las mejores herramientas. Porque nos ha costado generar grupos de afectos, ya que nuestra historia homosexual carga con mucha violencia y formas de ser que son despectivas sobretodo del sujeto amanerado y portador. Meruane recoge a Perlongher y a Lemebel cuando dicen que el capitalismo gay cooptó la diversidad del plumífero abanico marica, dicho esto también por Robles, dejando solo a la vista al homosexual recio, artista, intelectual, guapo, o empresario. Entonces, los prostíbulos, lo travesti, el cabaret, la calle, y el contorneo desobediente, desatado, y chillón quedó fuera de la historia. Y esa es precisamente la historia que vemos en la calle, en las fiestas, en los cruising que hoy están día a día por todos lados. Está, sin embargo -desde una historia anexa, que creo debe ser incorporada, acuerpada quizás- para hacernos parte de una política de los afectos amplia, sin estigmatizaciones ni miedos, que de algún modo u otro se siga burlando, pero esta vez, de la normatividad cis regulada y dominante que nos aplastó por muchos, muchos años.

-Estamos en el 2023, año de conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado y el inicio de la dictadura cívico – militar. En este momento estamos frente a diferentes visiones en torno a las memorias. ¿Qué importancia tiene, en este contexto, adentrarse en las memorias del VIH/sida en Chile?

Cristian: Hay una memoria del VIH que desde un inicio ha querido sanitizarse, desde las declaraciones del ministro de Salud del dictador Augusto Pinochet (“Esto es un caso aislado, somos un país decente, eso no va a llegar aquí”) hasta la campaña que nos “invitaba” a morir de viejos y no de VIH, con una pareja única para toda la vida. Creemos que atraer las memorias de esta pandemia nos ayuda por una parte a comprender un momento importante de resistencias y luchas por distintas maneras de sostener la vida con el virus; y por otra parte es necesario resaltar que el VIH y la política están profundamente imbricados, por más que ciertos sectores de las diversidades sexuales quieran convencernos de lo contrario. Parafraseando a Ernesto Orellana, activista de las disidencias sexuales, que a más de 40 años desde que apareció el virus no es casualidad que siga causando estragos en África, el continente más empobrecido del mundo.

Brian: Lo que hace esta disquisición es desapuntalar la historia que se tiene del VIH en nuestro país, y justamente preguntarnos por la situación que estamos viviendo en el presente donde las transmisiones se han multiplicado enormemente, a pesar de toda la conciencia que se tiene en nuestros círculos maricas. De manera tal que trabajar las memorias del VIH desde diversos puntos de vista, o más bien, desde diversas comunidades, como la nuestra que es la práctica artística, permite desacomodar para reubicar las formas de comunidad que se tornaron en favor de resistir al VIH y a la horrible moral hetero cis dominante, pero también la gay que apuntó contra aquellos sidosos o putos, o enfermos que ensuciaban la imagen limpia que tanto costó a este gay cis para ser aceptados por la sociedad.

Así, todo este trabajo quiere reivindicar lo que está subterráneo, que aunque haya contado con visibilidad en su momento (prensa, reportajes, obras expuestas) de igual modo se le ha tapado. Quizás hoy al conmemorar 50 años de producido el golpe, lo que más nos importa desde nuestra trinchera, es problematizar en torno a los tipos de cuerpos que son aceptados por la política partidaria de izquierda y por la política partidaria de derecha.  La homosexualidad, y peor, el marica sidoso, sólo fue salvado por su propia comunidad.

 

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