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Se estrena obra inspirada en la primera protesta homosexual registrada en Chile en 1973 BRAGA

Se estrena obra inspirada en la primera protesta homosexual registrada en Chile en 1973

Escrita y dirigida por Ernesto Orellana y a cargo de la compañía Teatro Sur, la obra reúne a un elenco disidente sexual para abordar -basado en un trabajo de investigación documental y testimonial de quienes impulsaron esa protesta en 1973- el legado y deudas de la sociedad a 50 años de este acto de rebeldía. Un ejercicio de memoria en un diálogo con el presente que abre capas de la violencia que vivió, y sigue viviendo, la comunidad LGBTIQ+.


La tarde de un 22 de abril de 1973, durante el último año del gobierno de la Unidad Popular, un grupo de homosexuales femeninos, travestis y transgéneras empobrecidas y menores de edad, se reunieron en la Plaza de Armas de Santiago, para protestar contra la violencia policial y la discriminación que sufrían diariamente. Gritaban “¡Libertad!, ¡libertad!”, denunciaban los maltratos que recibían por parte de las policías y la falta de libertades, sostienen Marcela Dimonti, Raquel Troncoso y Eva “La medallita”, probablemente las únicas sobrevivientes de aquella protesta. Era la primera vez que un grupo de colas y travestis se reunía públicamente para dar visibilidad a sus identidades y deseos políticos en colectivo.  La prensa de la época, de izquierda a derecha, cubrió el acontecimiento de forma discriminatoria, develando una cultura sexual normalizada en el homo/trans odio, el machismo y una histórica represión amparada en leyes contras las diversidades sexuales.

Todo esto rescata Yeguas Sueltas, la nueva obra de Teatro SUR que se estrena el próximo 22 de junio en el teatro principal de matucana 100, protagonizada por Lorenza Quezada, Sebastián Ayala, Ymar Fuentes, Mala Drag y Bruna Ramirez, y que es financiada por el Fondo Fondo de las Artes Escénicas del Ministerio de las Artes, las Culturas y el Patrimonio.

La puesta en escena conmemora los 50 años de la primera protesta homosexual realizada en Chile, meses antes del golpe al Estado y el inicio de la dictadura cívico militar.

Yeguas sueltas

Inspirada en entrevistas, archivos de prensa, imaginarios visuales, musicales y audiovisuales de la cultura popular travesti de la década de los setenta, la obra indaga en las causas y consecuencias de aquella icónica protesta, reconociendo su carácter histórico en la trayectoria del movimiento homosexual en Chile, y preguntándose por las memorias sexuales inconclusas, por las vidas de las comunidades trans-travestis, y por las cicatrices de la discriminación acumuladas.

El título de la propuesta cita un archivo de prensa de la época que evidencia la homofobia culturizada, y que mediante una operación que resignifica el insulto normalizado, intersecciona disidencia sexual con teatro contemporáneo, memoria política y cultura homosexual, continuando de esta manera con el sello de teatro sur, investigando, problematizando y difundiendo artísticamente por diversos territorios del país, urgentes y relevantes debates sobre cuerpo, sexo y género.

Como explica Ernesto Orellana “esta obra de teatro sexodisidente se inspira en las vicisitudes de quienes protagonizaron la protesta de 1973. Los testimonios de Marcela, Eva y Raquel han sido fundamentales para la escritura y puesta en escena de aquella historia oculta. En la historia oficial de Chile, no se contempla la memoria homosexual, ya que es un relato principalmente masculinizado y heterosexual. Vivimos una hegemonía cultural heterosexualizada que ordena binariamente a los cuerpos, sus deseos e identidades, y a quienes desobedecen sus mandatos se les castiga y mata. Pese a que se avanza en derechos para la población lgbtiq+, según informes de DDHH, los crímenes de odio se duplicaron en 2022. Esto confirma la urgente necesidad de problematizar el sentido común de la cultura, y sus imaginarios político-culturales”.

Por otra parte, agrega, “la homosexualidad se ha normado en principios masculinizados neoliberales, olvidándose de quienes sufren las violencias de clase en las comunidades de las diversidades trans-travestis, quienes sistemáticamente han sido las más precarizadas. La historia política de liberación homosexual se inaugura en Chile con esta protesta protagonizada por homosexuales, travestis y transgéneras pobres en situación de calle, que desafiaron al binarismo de género, que resistieron a la violencia machista, y que recurrieron al trabajo sexual para sobrevivir y gozar. Reconocerlo es un acto de justicia sexual y un llamado a la reparación histórica para quienes impulsaron las luchas sexopolíticas de la disidencia sexual y sobrevivieron a la dictadura”.

Para la integrante del elenco de Yeguas Sueltas, Lorenza Quezada, quien además es activista vocera de Salud Trans para Chile, con este proyecto están “tejiendo memorias disidentes y también en búsqueda de una resignificación de una reparación, en un camino más digno para las disidencias sexuales”; todo esto, en el contexto de los 50 años de este hito y del golpe de estado, que “marcaron un antes y un después”, momento en el que según la actriz y activista trans “también es relevante cuestionarse cuáles son las violencias que vivimos hoy y qué tanto hemos evolucionado desde ese momento a esta parte”.

“Urge una salud trans para Chile, urge una ley de reparación histórica, urge educación sexual integral, urge el cupo laboral, urge representatividad trans en las artes escénicas y en los medios de comunicación, urge visibilizarnos para que el mundo entienda que existimos y que resistimos durante mucho tiempo, marginalizades”, releva Lorenza Quezada.

En esa línea, otro de los integrantes del elenco, Sebastián Ayala, manifiesta que “una obra como esta es muy importante porque abre un espacio a artistas de la disidencia sexual que puedan actuar con toda la verdad de su historia, la verdad de su cuerpos, de sus identidades y no tener que ocultarse ni anular la memoria y la historia de cada persona”.

Así, en la obra “el rescate de la memoria no es solo un ejercicio histórico, de investigación, antropológico, sino que encarna lo que viven las intérpretes, las personas que estamos en escena; entonces creo que ese es el ejercicio más relevante: el cruce de la realidad con la ficción, todo para mantener viva la memoria, -que creo que eso es de lo más relevante que hace la obra- que es reabrir la memoria desde el teatro contemporáneo”.

Las funciones van desde el 22 de Junio hasta el 9 de Julio, de jueves a domingo a las 20:30 hrs, en el Teatro Principal de Matucana 100. El ciclo contará con la obertura de una performance de la artista trans Marcela Di Monti, y conversatorios post función que serán anunciados por las redes sociales de Teatro Sur.

Las entradas están disponibles en la web de Matucana 100 y en el sistema ticketplus.cl

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