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Gato Barbieri: quiero morir tocando el saxofón

En una de sus contadas presentaciones públicas, el legendario saxofonista argentino Leandro «Gato» Barbieri conmocionó al público de Washington en la tarima de «Blues Alley», en el mismo escenario donde sufrió un ataque cardiaco hace unos años.


El artista, quien inició una gira por EEUU que lo llevará a Nueva York, Atlantic City, Houston, Austin y Atlanta, habló en exclusiva con EFE acerca de su música, su vida y sus raíces latinoamericanas.



«Si yo hubiera nacido ahora, tocaría el bandoneón, es un instrumento increíble y el tango es algo extraordinario. Pero en ese tiempo éramos antiperonistas y tocábamos jazz. El jazz era la cosa nueva», manifestó Barbieri, quien nació en Rosario (Argentina) en 1934.



Barbieri creció amando la música de Charlie Parker, Dizzy Gillespie y de las grandes películas de los años 40 y 50.



«El hermano de mi padre tocaba saxofón y siempre iba muy bien vestido con ropas inglesas. Yo comencé con el clarinete porque no tenía plata para un saxofón, que es un instrumento delicado», relató Barbieri.



Pero fue el saxofón el que lo ha llevado a la fama mundial.



De su niñez en Rosario, Barbieri recordó que eran un gran aficionado al fútbol -«practicábamos con una disciplina parecida a la de los bailarines de ballet»-, pero su estatura no le favoreció y se decidió por la música.



Se mudó a Buenos Aires y comenzó a tocar con la banda de Lalo Schifrin y luego formó su propio cuarteto hasta que, en 1962, emigró a Roma, Italia.



Nace el "Gato"
Fue durante esa época de actuaciones en Buenos Aires cuando adquirió el apodo de «gato» que le ha acompañado desde entonces.



«En ese tiempo yo tocaba en un lugar a medianoche y tenía otra presentación a las 12.30 en otro lugar. Me tocaba salir corriendo por las calles de noche con mi saxofón y entonces me decían que parecía un gato. Pero yo soy en realidad como un gato: me gusta estar solo y soy introvertido», dice.



Luego de varios años en Europa con el gran innovador de jazz Don Cherry, Barbieri se trasladó a Nueva York, donde grabó con la compañía discográfica Blue Note.



Barbieri también compartió escenario con artistas como Stanley Clark, Airto Moreira, Chico Farrell y Lonnie Liston Smith, entre otros.



A comienzos de los años setenta, Barbieri realizó un recorrido musical latinoamericano en el que integró las melodías indígenas y percusiones africanas de los instrumentos tradicionales del cono sur con las expresiones del jazz.



Estas producciones, conocidas como los Capítulos Latinoamericanos, incluyen «Latinoamérica» (1973), «Hasta Siempre» (1974), «Viva Emiliano Zapata» (1974) y «Alive in New York» (1975) para la productora ABC Impulse Records.



De estas grabaciones latinoamericanas, que acompañan otros álbumes como «El Pampero» (1972) y » Bolivia» (1973), Barbieri guarda un grato recuerdo.



«Juntamos bombos hechos con piel de oveja, arpas indias, flautas de bambú y toda clase de guitarras con un trío de jazz. Queríamos mostrar el arte indígena y creamos algo extraordinario», anotó.



Un vecino ilustre
Barbieri explicó que algunas de estas grabaciones se hicieron en homenaje a Ernesto «Che» Guevara, quien vivía a tres cuadras del músico durante su niñez.



«La ‘Muerte de un argentino en Bolivia’, es para el «Che», quien también era un poeta y una persona divina», opinó el músico.



En 1973, Barbieri compuso la música del film «El último tango en París», lo cual le valió un premio Grammy y lo lanzó a la fama mundial.



Este éxito fue seguido de su interpretación de «Europa» de Carlos Santana, una de las producciones más reconocidas de su repertorio.



Al final de los años ochenta, Barbieri dejó de grabar debido a la enfermedad de su esposa, Michele, quien falleció en 1995.



«Esos años finales fueron fatales, muchas drogas y alcohol. Dejé de grabar muchos años», confesó.



Luego de enviudar, Barbieri sufrió un infarto, pero volvió a grabar.



Su álbum de retorno «¿Qué Pasa?» estuvo entre los más vendidos de 1997 y fue seguido por «Che Corazón» (1999) de Columbia, ambos aclamados por el público.



«Cuando vieron esto, dijeron ‘¡resucitó el Gato!’. Cambié un poco, pero no hay mucha diferencia, tengo 68 años, y me siento bien», comentó Barbieri, quien se volvió a casar y actualmente tiene un niño de 3 años, Christian.





EFE

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