Valdés llegará a Chile después de haber concluido exitosamente su temporada como director en la Filarmónica de Buffalo (Estados Unidos) y luego de haber encabezado, un año más, la temporada de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias en España.
El destacado director chileno Maximiano Valdés dirigirá hoy jueves a la Orquesta Filarmónica de Santiago en la interpretación de la Sexta Sinfonía de Gustav Mahler, conocida como La Trágica y una de las obras cumbre del compositor.
La presentación corresponde al noveno concierto de la Orquesta Filarmónica de Santiago, el penúltimo dentro del programa del año 2001.
Valdés llegará a Chile después de haber concluido exitosamente su temporada como director en la Filarmónica de Buffalo (Estados Unidos) y luego de haber encabezado, un año más, la temporada de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias en España.
Interpretación difícil
Mahler comenzó a escribir la Sinfonía N° 6 en 1903 y la terminó a fines del verano de 1904. Dos años después, el 27 de mayo de 1906, fue interpretada por primera vez en Essen bajo su propia dirección.
La obra ha sido descrita como "grandiosa, genial, densa, energética, lapidaria, testimonio de luchas furiosas, una pieza maestra de la lógica pero también de la pasión". Conocida como la Trágica, paradójicamente fue escrita cuando el compositor vivía uno de los momentos más felices de su vida.
La Sexta Sinfonía fue considerada durante largo tiempo una obra difícil, porque contiene una serie de características musicales que, aunque también presentes en otras partituras del autor, sólo están reunidas en ésta.
Exteriormente, es la sinfonía más tradicional de todas, pues se estructura sobre la base de los cuatro movimientos fijados por Haydn. Asimismo, es una de las pocas que termina con la misma tonalidad con que se inició.
Alma Mahler, su esposa, afirmó que Mahler describió su propia decadencia en el último movimiento; el autor confesaría más tarde que quiso mostrar el descenso de su héroe, que recibe tres golpes del destino y cae con el último. Para lograr esos sentimientos la partitura exige una gran orquesta, que incluya muchas variaciones, con grandes efectos sonoros pero también mucha poesía.
Las campanas de los movimientos extremos, por ejemplo, simbolizan, en palabras del propio autor, "los últimos sonidos percibidos por el hombre que sube una montaña, en el instante en el que alcanza la cima". Y los golpes de martillo del final, son los golpes del destino.
Maximiano Valdés realizó su debut sinfónico en Estados Unidos en octubre de 1987 con la Filarmónica de Buffalo, y fue inmediatamente invitado para la temporada siguiente. En 1989 esa orquesta lo nombró su director musical.
En ese país ha sido director invitado de las sinfónicas de San Luis, Toronto, Montreal, Cincinnati, Seattle, Milwaukee, Nueva Jersey y New World, New York Chamber Symphony y Brooklyn Philharmonic Orchestra. Ha actuado, además, junto a las orquestas de Filadelfia, Caramoor, Waterloo, Interlochen, la Symphony on the Prairie, la Sinfónica de Indianápolis, Artpark, Chautauqua, la Music Academy of the West y la Grant Park en Chicago.
En Europa, ha dirigido como titular la Orquesta Nacional de España, la Orquesta de la Beethovenhalle en Bonn, la Orquesta de Cámara de Lausanne, la Orquesta Filarmónica de la Radio France en París, la Orquesta Filarmónica de Londres en gira por España, la Sinfónica Sonderjyllands en Dinamarca y la Filarmónica de Montecarlo en gira por Italia. En el otoño de 1994 fue designado director titular de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias.
La Orquesta Filarmónica de Santiago interpretará esta obra cumbre del compositor austriaco los días miércoles 28 y jueves 29 de noviembre a las 19 horas, y el sábado 1° de diciembre a las 18 horas, en la función correspondiente al abono Sábado Joven.
Las entradas para el noveno concierto de la Orquesta Filarmónica ya están a la venta en boleterías del Teatro Municipal y Parque Arauco, y a través de Fonoventas. Su precio fluctúa entre mil y y 14 mil pesos.
