Años atrás eran los recitales Wrangler después llegaron los artistas que traía la Pepsi o la Coca Cola. Hace tiempo que bajo la fórmula de "apoyo" de la empresa privada han desembarcado una buena cantidad de shows en el país. Este mismo método es el que opera en el recital que brindará La Ley, el 24 de noviembre en la Plaza de Armas de Santiago, gracias a la "generosidad" de Smartcom PCS.
En su llegada a Santiago La Ley interpretará algunos de sus hits, como Mentira, El Duelo y Aquí que los ha llevado a superar las más de 300 mil unidades vendidas, con su disco Unplugged, en un recital en el corazón de Santiago, que contará con la participación de 9 violinistas y el guitarrista chileno Hugo Mansi.
Esto es la parte visible, pero detrás de hay mil 400 personas trabajando, entre personal nacional y centroamericano. Así y para la empresa de telecomunicaciones, cuyo slogan es "La Libre expresión", el espectáculo significa altos costos -y tal vez altos beneficios-.
"No hay nada más vinculado a la libre expresión que el arte, la música y La Ley representar esto. Los artistas tienen la virtud de opinar y humanizar a través del arte, no depende de una clasificación, ni de ganar o perder un partido. El arte tiene una proyección grande para los auspiciadores. Lo más promisorio para la inversión en marcas es la música", dice Alfredo Troncoso, productor de Macondo, a cargo de este evento.
Apoyo eventual
En la historia del apoyo a la cultura ha habido un abanico amplio de modalidades, como por ejemplo, La Ley Valdés, que permitía a las empresas hacer aportes a la cultura lo que se descontaba luego en los impuestos. Además, hoy en la fórmula estatal el Fondo de Desarrollo de las Artes aporta cada año con beneficios a obras y autores. A esto se agrega el discurso constante, ése que dice que hay que apoyar a la cultura. Pero, ¿es suficiente ese estímulo?
Al parecer no, porque muchos artistas han elegido el desarrollo independiente, y la creación de redes alternativas que aseguren la distribución de sus creaciones. O bien, prefieren contactarse con redes internacionales y alejarse del panorama nacional.
Otra posibilidad es la figura de negocio que opera en el desarrollo del cine, generando una cadena de financiamiento para los realizadores a través de diferentes entidades, y que resulta ser una de las alternativas viables que combina la participacción estatal con la personal.
Otro gallo canta cuando se llama a los empresarios privados a apoyar. Aunque en la historia de la gestión cultural hay nombres constantes en las listas de auspiciadores, como Chiletabacos, Cristal, Nestlé, algunos bancos y Telefónica. Son pocos los osados.
La Ley llega por la fórmula de apoyo privado, y en tal sentido la elección del escenario para el recital no es casual. "La iniciativa fue del auspiciador Smartcom PCS, que quería traer a La Ley a Chile a un lugar que representara a Santiago y en un concierto gratis. Ellos pagan toda la producción", dijo Alfredo Troncoso.
Y si el suceso puede llegar a significar una apertura al espacio urbano del arte, tal vez por tener el carácter de único, no alcanza a ser más que un hito y buena prueba a los aparatajes de seguridad.
Es una situación eventual, porque la pesar de las garantías y el discurso, esta fórmula no arraiga con fuerza en Chile y los auspiciadores no alcanzan para sustentar una plataforma de acciones culturales, que ofrezcan posibilidades constantes a los creadores locales.
A este llamado de los auspiciadores que hablan de libre expresión se suma la invocación de La Ley, que decidió dar el nombre de Concierto por la paz, un mensaje que han venido predicando en la gira internacional durante los recitales diferentes ciudades de México y Centroamérica, donde han recolectado firmas por la paz tras los atentados a Estados Unidos.
La llegada a Chile de La Ley coincide con un buen momento para esta banda nacional radicada en México, que después de grabar un disco unplugged para la cadena MTV, volvieron al país a dar un concierto privado en la Discoteca Oz, fecha en la que anunció que regresarían en noviembre para ofrecer más shows masivos. Y así lo harán, apoyados en el sustento de su recién obtenido Disco de Platino en Chile por las más de 20 mil unidades vendidas de su última producción, y el Disco de Oro obtenido en varios países latinoamericanos.
Si bien este recital se podría haber realizado en el velódromo y pagado, muy caro, porque la producción es de un estándar internacional, no fue así.
«Estamos tremendamente contentos porque al fin los auspiciadores nacionales, de las empresas nacionales, se interesan y apoyan a artistas chilenos. La Ley siempre ha operado como una punta de lanza en diversos aspectos, y ahora también en materia de auspicios", precisó Troncoso.
Y si bien es el único recital anunciado que dará La Ley, Troncoso aseguró que están en conversaciones con otras empresas para ver las posibilidades realizar otros recitales durante el verano. Eso tal vez depende del resultado de esta versión.
Seguridad en La Plaza
En cuanto a la seguridad que implica la velada en la plaza mayor, las medidas serán particularmente extremas: habrá más de 300 carabineros que cubrirán la zona sumados a más de 300 personas del personal de seguridad proporcionado por la productora, además de cerca de 50 guardias de la Municipalidad de Santiago.
Según señaló Juan Pablo Moreno, quien encabeza el Departamento de Cultura de la Municipalidad de Santiago, parte de este contingente de seguridad, que incluye también personal del OS-7, se ubicará en los controles de acceso para -igual como se hace en el ingreso a los estadios- cuidar de que las personas no ingresen con elementos contundentes ni alcohol o drogas.
También habrá un aparato especial de atención médica Samu, presencia de personal de la Cruz Roja y Bomberos. La productora Macondo contrató un seguro por daños y perjuicios a terceros, que podrían amortiguar los desmanes, en caso de que así ocurran.
Moreno señaló que para evitar que los asistentes se encaramen en los monumentos y dañen los edificios que rodean la Plaza de Armas, se instalarán las llamadas «vallas papales». Y es muy probable, admitió Moreno, -aunque no está confirmado- que Joaquín Lavín se aparezca por la plaza esa noche.
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