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Óscar Acuña: «Habrá que derribar muros por la seguridad de la gente»

Secretario ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales admite que una de las dificultades será acreditar la calidad del trabajo de restauración en el casco histórico de Valparaíso, para conseguir, por un lado, el mayor rescate del viejo esplendor porteño y, por otro, dar tranquilidad a los habitantes tomando las medidas pertinentes para evitar esta clase de siniestros.


La explosión y las llamas que sacudieron este sábado el casco histórico de Valparaíso no sólo arrojaron víctimas humanas, sino también importantes pérdidas para el patrimonio arquitectónico de la ciudad. Óscar Acuña, secretario ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), advierte que va a ser necesario derribar algunas construcciones que quedaron endebles, en pro de la seguridad de los vecinos.



Valparaíso, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad desde 2003 por la Organización de Naciones Unidas para Educación, Ciencia y Cultura (Unesco, según sus siglas en inglés), requerirá de $ 260 millones para la refacción de las edificaciones dañadas en calle Serrano, estas obras irán a licitación, de acuerdo a lo señalado por el alcalde de esta comuna, Aldo Cornejo (DC).



Lo que queda en duda en esta materia es cómo se acreditará la calidad del trabajo de restauración para conseguir, por un lado, el mayor rescate posible del viejo esplendor porteño, y por otro, dar tranquilidad a los habitantes tomando las medidas pertinentes para evitar esta clase de siniestros.



En conversación con El Mostrador.cl, Acuña responde a estas interrogantes, dando cuenta de las soluciones arquitectónicas para este desastre, tanto humano como patrimonial.



-¿Qué medidas se están tomando para los casos de nuevos derrumbes?
-Aquí la prioridad es la integridad física de la población, así que en los casos que corresponda nosotros vamos a dar la autorización para el derrumbe de algunos muros.



Lo que hay que hacer en esta contingencia, sobre todo en el caso del edificio Subercaseaux, es analizar estructuralmente si los restos que quedaron dan seguridad, lo que supuestamente es así, porque los muros perimetrales se ven bastante sólidos. Lo que hay que hacer es verificar que lo que es aparente sea real.



-¿Qué parámetros se van a seguir para la restauración de las construcciones históricas?
-El camino a seguir es que las labores de reconstrucción que se hagan guarden relación con las características de integridad y de autenticidad del área, para que así no se altere la esencia de un sitio de patrimonio mundial.



En materia de restauración, lo que el Consejo naturalmente va a apoyar, con todo su soporte humano y técnico, es la revisión lo más ágil posible de los proyectos que se presenten. Acá el tema es que estos inmuebles son propiedad de particulares, entonces lo que tenemos que realizar, una vez que hayan pasado estos momentos de zozobra, es un análisis para determinar si hay un proyecto específico de los propietarios y ver que estos planes se relacionen con la naturaleza del bien.



Arquitectura e historia



-¿Cómo se va fiscalizar los estándares de calidad de las labores de reparación?
-Ahí nuestro rol va a ser técnico, a través de las comisiones de arquitectura, velando que no se produzcan estos falsos históricos, en dónde se reconstruyen fachadas (imitando el formato original).



Sin duda, este es un tema que hay que analizar con los arquitectos, y que hay que ir viendo caso a caso, pero sin perder de vista que esto es una zona típica, que se tienen que custodiar las características ambientales, que dan cuenta incluso de lo intangible de Valparaíso, y que es un sitio de patrimonio mundial. Desde ese punto de vista, la autenticidad de lo que se haga tiene que ser un tema central.



-¿Qué propuestas se evalúan para la recuperación del patrimonio arquitectónico?
-Los falsos históricos no son necesariamente la mejor solución. Hay que analizarlos al tenor de la propuesta que se haga. Pero, por ejemplo, en el caso del edificio Subercaseaux, los materiales con que se construyó ese palacio ya no existen, en consecuencia, lo que tenemos que estudiar es qué tipo de intervención se hará o derechamente determinar si el inmueble es o no restaurable.



Los usos de estos bienes es un tema totalmente aparte, porque pueden convivir perfectamente funciones habitacionales con utilizaciones comerciales, y esa es una prerrogativa de los propietarios, que a nosotros en la medida que no supere la dignidad del área, no nos compete.

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