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El vocalista de Mecánica popular y su salida a medias del «under»

Manuel García inició en 2005 una incipiente carrera como solista, que derivó en la presentación del disco »Pánico». Ahora prepara una gira por Barcelona, pero también se encuentra afinando los detalles del décimo aniversario de la banda. »Después de diez años nos siguen llamando emergentes y no lo somos», reclama.


En el 2005, Manuel García quiso mutar su apuesta colectiva sobre la tarima por una en solitario. Ese instante lo traspasó a canciones que dieron vida a »Pánico», su primer larga duración como solista.



A poco más de un año, el vocalista de Mecánica Popular concluye un largo periplo por Chile con un esencial de la música argentina, Pedro Aznar, a quién abrió todos sus shows. Y ahora se prepara para viajar a España para cumplir con una serie de fechas y planear el aniversario de la banda: "Los diez años de Mecánica Popular", dice al teléfono en conversación con El Mostrador.cl, los que pretenden celebrar en 2008.



"Después de diez años de carrera nos siguen llamando emergentes y no lo somos, el problema era otra cosa", explica García sobre la etiquetación que pesa sobre él como músico, por el pasado de esfuerzo que realizaron, pero que al parecer, al igual que su carrera, está mutando.



"El problema es otro y está relacionado con que no toda la música deba salir en televisión. Mi trabajo está más vinculado con rincones de mayor efervescencia humana", es la respuesta de García a ese lazo sanguíneo emergente marcado en su ADN.



No demora mucho en señalar que se encuentra con una "pata acá y otra allá", cuando se trata del salto a las grandes ligas. Prefiere decir que "los grupos no pueden ser emergentes toda la vida", junto con reconocer estar endémicamente comprometido con esa cara del rock chilensis, aquellos que hacen lo posible por alcanzar un sueño y mantenerse en el intento sobre la cuerda floja.



-Gracias al disco "Pánico", su carrera ha cambiado. ¿Aquello puede permitir señalar que está cada vez más lejos del underground?
-Apoyo a los músicos y esa tarea inagotable de buscar boliches donde tocar, buscar nuevos espacios, lugares que se transformen en una vitrina. Siempre te encuentras con bandas talentosas con temas cuyo tema dura ocho minutos y es seguro que por eso la radio no los va a tocar. Por eso se trata de una conexión, como un cordón umbilical y no una estación de paso para trascender a un siguiente nivel.



-¿Eso por una relación de cercanía o tiene más bien que ver con la forma de concebir música?
-Un poco de ambas. Creo que siempre voy a estar volviendo a esos espacios, porque la música que hago no es para que esté más rato en televisión, sino que tiene que ver con rincones mucho más efervescentes a nivel humano.



-Muchos piensan en su figura como la de un militante emergente que asomo su música fuera de la oscuridad under. ¿Se siente un identificado con la definición?
-Yo creo que la música emergente tiene la característica de ir acomodándose de a poco a los públicos y a las formas del mercado. Los que sobreviven ahí pueden tener un grado de militancia, pero la música es algo que no se puede predecir y los emergentes no siempre lo serán. Después de diez años nos siguen llamando emergentes y ya no lo somos.



-¿Se refiere a "Mecánica Popular"?
-Sí. El problema es otro y está relacionado con que no toda la música deba salir en televisión. Mi trabajo está más vinculado con rincones de mayor efervescencia humana.



García-manía



Si imagináramos por solo un minuto como podría ser la "beatlemanía" bajo los términos musicales, cánones de estilo e iconos visuales que circundan a Manuel García, seguramente obtendríamos algo muy parecido al fanatismo inconmensurable, pero aplicado a la realidad y la tranquilidad que proporciona Silvio Rodríguez.



¿Por qué no relacionarlo con el cantautor cubano, a quien admira y a quien le han vinculado desde siempre por su timbre de voz y su debilidad por la trova universal?



Algo que poco a poco, en estos instantes de su carrera, se manifiesta entre los públicos que se sientan frente a él y su guitarra, el trío de cuerdas que acompaña sus shows en vivo, Diego Álvarez en guitarra, a quien ha visto cientos de veces a un costado del escenarios con Mecánica Popular.



El miércoles concluyó su gira por Chile junto al argentino Pedro Aznar en Santiago, por donde ya habían pasado el fin de semana, para luego recalar en distintas ciudades del sur de Chile. Allí, mostró a parte del público que viene interesándose por su música que realmente existe y a otro desconocedor que "definitivamente" existe.



«Es como una etapa importante, porque la música tiene llegada a más público, es una etapa muy diferente a otros años que permitirá mantener una carrera solista en el tiempo", dice sobre el actual momento que vive como músico.



-¿Qué representó esta gira junto a Pedro Aznar?
-Creo que se notaban coincidencias con el público y también musicales. Por eso elegí un repertorio que mantuviera la línea del show. Me siento muy cómo y el equipo técnico ha colaborado con nosotros, lo que fue muy generoso.



-La siguiente parada será Barcelona. ¿De qué se tratan esos compromisos?
-El primer show en Barcelona es un encuentro de poetas relacionados con el exilio, como por ejemplo Pablo Neruda y otros ligados al exilio durante el régimen "franquista". Pero este viaje también se transformará en una gira para aprovechar la estancia en Europa y realizar unos shows más.



-¿Y Mecánica Popular? ¿Queda fuera de los planes?
-Estamos parados, pero inventando muchas cosas. En este set en vivo de "Pánico", estoy con Diego (Álvarez, guitarrista de mecánica Popular) y estamos muy entusiasmados la idea de hacer algo enmarcando los diez años del grupo en 2008. Queremos preparar algo con cosas inéditas y otros temas.

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