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El rock’n roll de Ringo Starr y sus estrellas iluminan Santiago

Con clásicos que encumbraron a The Beatles a la cima del olimpo musical, pero también con éxitos de la carrera de Ringo en solitario e himnos del rock’n roll de más de tres décadas, Starr y sus amigos deleitaron a las cerca de 10.000 personas reunidas en el Movistar Arena de Santiago.


El mayor de los cuatro fabulosos de Liverpool, Ringo Starr, y sus siete acompañantes legendarios, la All Starr Band, demostraron la noche de este viernes en Santiago que el magnetismo de los Beatles no pierde potencia y que la fuerza del rock’n roll aún contagia al respetable público.

Con clásicos que encumbraron a The Beatles a la cima del olimpo musical, pero también con éxitos de la carrera de Ringo en solitario e himnos del rock’n roll de más de tres décadas, Starr y sus amigos deleitaron a las cerca de 10.000 personas reunidas en el Movistar Arena de Santiago.

Bajo la fórmula: «todos en el escenario son estrellas por derecho propio», el exbatería de The Beatles intercambió protagonismo durante el espectáculo con músicos como el bajista Richard Page (Mr. Mister), el vocalista Wally Palmar (The Romantics), el saxofonista Edgar Winter, el guitarrista Rick Derringer (The McCoys) y el batería Greg Bissonette.

Vestido de negro absoluto -americana, camiseta y pantalones-, y con sus habituales gafas de sol, el británico, cuyo verdadero nombre es Richard Starkey, saltó por primera vez a un escenario suramericano para entonar las melodías de «It Don’t Come Easy», uno de sus primeros sencillos tras separarse de The Beatles.

«Honey Don’t», un clásico del rockabilly de los cincuenta escrita por Carl Perkins y adaptada por el cuarteto de Liverpool, calentó a un público compuesto por jóvenes y adultos, antes de que Starr, de 71 años, dejara el centro del escenario para subir al trono que lo consagró musicalmente, la batería.

Ya con las baquetas en ambas manos, el británico cedió el protagonismo de la noche a sus «amigos» de la All Starr Band. Una pegajosa «Hang On Sloopy», primer gran éxito de los McCoys, a cargo de Derringer, abrió el repertorio de la banda, al que le siguió una potente «Free Ride», al ritmo del saxo y el intenso falsete de Edgar Winter.

Una versión moderna de «Talking in Your Sleep» interpretada por Palmar sirvió de antesala para otra melodía de The Beatles, «I Wanna Be Your Man», que fue dedicada por Ringo «a todas las chicas de casa».

«No les voy a decir cuál es la siguiente canción, porque creo que todos en Santiago la conocen. Los voy a sorprender», apuntó Starr, antes de que el Movistar Arena se vistiera con globos amarillos para recibir a esa fiesta melódica bautizada como «Yellow Submarine».

Una intensa versión de la electrónica «Frankenstein», en la que Winter mostró su versatilidad para extraer melodías al saxo, el teclado y hasta la percusión, y una emotiva «Broken Wings» a cargo de Page, precedieron a otro de los grandes éxitos en solitario del ex Beatle, «Photograph».

Dos auténticos «himnos» de la música moderna, «With a Little Help from My Friends» y «Give Peace a Chance», ésta última, una obra pacifista del genio de John Lennon, cerraron más de 90 minutos de auténtico rock’n roll y pusieron a Starr y sus «estrellas» rumbo hacia Argentina y Brasil.

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