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Una última oportunidad para ver la exitosa obra «Pedrito y el Lobo»

La cantidad de niños que salieron felices fue tal que el Pequeño Municipal programó dos nuevas funciones para el 28 de julio próximo.


Cinco minutos faltan para las 10:30. Raúl Aguirre confirma que los focos de iluminación estén a punto;  en el foso, Pedro Pablo Prudencio golpea  en el aire su batuta en compás silencioso y Horacio Videla, tras bambalinas, revisa de memoria que todo esté en orden para dar comienzo a la ilusión.

Afuera se siente la ansiedad. El teatro está a tablero vuelto. Chicos de entre 5 y 8 años repletan la platea, los balcones y los palcos. Suena el oboe anunciando al Pato y los niños aplauden. El fagot anuncia al abuelo, la flauta al pájaro y  los chicos golpean su palmas más fuerte. Los violines presentan a Pedrito y el  áspero sonido del corno al Lobo. Aún no empieza la función y los niños se desbordan. Están en el Municipal.

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Es miércoles y está por comenzar la última función del concierto dramatizado “Pedrito y el Lobo”, del compositor ruso Sergei Prokofiev, con el que el Pequeño Municipal, programa formativo del Teatro Municipal de Santiago, inició su temporada 2013 con el debut de una orquesta propia y la misión de crear nuevas audiencias.

“El público infantil es uno de los más juiciosos y hay que ofrecer la mejor calidad. La orquesta del Pequeño Municipal la formamos con excelentes músicos de la Filarmónica de Santiago,” cuenta Pedro Pablo Prudencio, su director, y encargado de dar vida a las voces de esta pieza clásica creada en 1936.

En el público, los niños dejan de aplaudir y comienzan a reír. En el fondo del escenario aparece el propio Prokofiev, de regreso a la vida en una estilizada animación 2D que interactúa con el narrador. A la puesta en escena se suman actores acróbatas, escenarios móviles  y retroproyección.

El encargado de combinar la música clásica con un lenguaje teatral multidisciplinario es Horacio Videla, uno de los fundadores del Gran Circo Teatro, actor de la famosa Negra Ester y director del Teatro Onirus.

“Nuestro asunto es crear un lenguaje de fantasía, construir los mecanismos para generar la ilusión. Incorporamos la animación 2D, que la hizo Erika Pulgar, porque el chico de hoy es muy audiovisual y estamos ahí acercándonos a su mundo desde una poética nuestra”, explica Videla al tiempo que recuerda que “Pedrito y el Lobo” fue el primer disco que le regaló su madre cuando chico.

En el teatro, la tensión se apodera de los niños. Los violines aumentan su intensidad y el corno se desgarra. El lobo quiere comerse al pato. Los cazadores llegan y los timbales arremeten con fuerza haciendo saltar a los niños de sus butacas.

Esta obra es parte de una nutrida cartelera que el Pequeño Municipal traerá esta temporada, que incluye “El Barbero de Sevilla” y “Elixir de Amor”, en ópera, y “Pinocho” y “Blancanieves” en ballet, entre otros espectáculos.

“Además del concierto dramatizado, este año tendremos un importante componente lírico. Los niños podrán ver la misma ópera que los adultos con su escenografía, vestuario y cantantes estelares, pero en una versión de una hora” a

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delanta Alejandra Martí, gerenta de nuevos proyectos del Municipal.

Estos espectáculos forman parte de un proyecto mayor de colaboración en la formación educativa con pases liberados para estudiantes secundarios de establecimientos técnico-profesionales, talleres de inducción para profesores y para estudiantes de pedagogía y óperas itinerantes.

La función acaba de terminar, los chicos tienen las manos enrojecidas de tanto aplaudir. Pedrito ha sido el héroe y el Lobo, directo al zoológico.

Debido al éxito de la obra, el Municipal programó dos nuevas funciones para el 28 de julio próximo.

 

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