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Los errores en cultura que Bachelet no debe repetir en su segundo mandato Artistas y gestores esperan muy atentos la gestión cultural del nuevo gobierno

Los errores en cultura que Bachelet no debe repetir en su segundo mandato

Reconocen que hubo avances en su primera administración, pero también falencias. Tras el triunfo de Michelle Bachelet en la segunda vuelta presidencial, sostienen que los puntos claves para esta gestión deben pasar inevitablemente por una agenda legislativa cultural sólida, una conducción relevante en un posible futuro Ministerio de Cultura y una nueva institucionalidad para los artistas chilenos, entre otros aspectos.


Tras el triunfo de Michelle Bachelet en la segunda vuelta de la elección presidencial, no sólo los trabajadores, la clase media o los estudiantes están a la espera de lo que haga la médico socialista en su segundo mandato. También los artistas y gestores culturales tienen expectativas sobre lo que sucederá en su segundo mandato.

En el mundo de la cultura reconocen que hubo avances en su primer gobierno, pero también señalan las falencias. Creen que hay errores que no se deben repetir, y oportunidades que es necesario aprovechar. Aquí opinan miembros del mundo de la literatura y el teatro, pero también de la administración y las ONG.

Por ejemplo, el editor Paulo Slachevsky, presidente de la Asociación de Editores de Chile, señala que el primer gobierno de Bachelet se caracterizó por aprobar políticas que, sin embargo, no fueron bien implementadas. Bárbara Negrón, directora del Observatorio de Políticas Culturales (OPC), celebra el aumento presupuestario de aquel periodo, frente al desafortunado manejo de la agenda legislativa.

Francisco Brugnoli, director del Museo de Arte Contemporáneo, elogia la creación de centros culturales en ciudades de más de 50 mil habitantes, pero echa de menos “una formulación estructural de política pública” en el rubro. Alejandro Castillo, secretario general del Sindicato de Actores (Sidarte), lamenta la ausencia de garantías laborales para un sector caracterizado por una extrema precarización, y espera una mejora.

Desarrollo

Slachevsky apunta a que si nuestro país pretende alcanzar el desarrollo, la cultura juega un rol clave. “¿Cómo fortalecer la democracia y reducir la desigualdad con una población que no entiende lo que lee?”, se pregunta. “Esperamos que en el próximo gobierno de Michelle Bachelet la cultura no siga en un segundo o tercer plano como ha sido el caso durante toda la postdictadura y se exprese claramente la voluntad política que considere a la cultura en un rol central entre los desafíos del país”, afirma.

El editor reconoce que durante su primer mandato hubo importantes avances, como la ratificación de la Convención Internacional para la Protección y Promoción de la Diversidad de Expresiones Culturales de Unesco, la aprobación de la Política Nacional del Libro y la Lectura, el fortalecimiento de las bibliotecas y el aumento de presupuesto para la cultura. Pero puntualmente cree que faltó transformar las dos primeras en políticas concretas.

Presupuesto cultura

Para Barbara Negrón, del OPC, hay que reconocerle a Bachelet dos grandes logros que trascendieron su gobierno.

“El primero es el aumento sustantivo del presupuesto público en cultura. El monto que recibió lo incrementó en más de un 130%. Este aumento fue gatillado en buena parte por el programa de infraestructura cultural, que es otro de los aciertos de su administración”, dice.

Por otro lado, “si bien la idea de crear centros culturales en comunas de más de 50 mil habitantes se formuló en la administración de (Ricardo) Lagos, se inició e implementó en su gobierno y afortunadamente se mantuvo en el de (Sebastián) Piñera”, sostiene.

Entre las falencias, Negrón apunta al manejo de la agenda legislativa cultural.

“De los dos proyectos de ley más importantes de su gobierno, uno no se cumplió y el otro tensionó innecesariamente la relación con la comunidad de artistas”, dice. “El que no se concretó fue la modernización de la ley de Monumentos Nacionales, medida comprometida en su primer programa de gobierno. Les llevó prácticamente todo el período definir un proyecto de ley (en este caso el que crearía el Instituto del Patrimonio y reformaría la normativa) y la iniciativa entró a finales de su mandato, lo que hacía muy difícil su avance”, señala. Piñera retiró el proyecto apenas llegó.

Para el nuevo periodo, “la agenda legislativa cultural será importante y demandará dedicación, por lo que sugeriría concentrar parte importante de las energías ahí”, afirma Negrón.

“Está el proyecto del Ministerio de Cultura, la modificación a la Ley de Monumentos Nacionales que ya no puede esperar más, y otros proyectos presentados por parlamentarios que debieran resolverse en este período, como el 20% de la música y la cuota de pantalla para el cine. También otras modificaciones más simples pero no menos importantes, como la ley de premios nacionales”, señala.

“Por otra parte, creo que más que seguir incrementando o mejorando los fondos concursables, es necesario crear herramientas distintas porque los fondos tienen sus limitaciones, son muy eficaces  para algunas cosas y poco para otras”, declara la directora del OPC .

Algo con lo que coincide Slachevsky. “Como en todos los gobiernos de la Concertación, los fondos concursables se transformaron en un fin en sí mismo, y no en un  instrumento para implantar las políticas y estrategias de mediano y largo plazo en torno al quehacer cultural, posibilitando efectos multiplicadores de cada medida”.

Demandas sindicales

Para Castillo hay algunos temas que no se visualizaban ayer, y que hoy aparecen como evidentes. Apunta a “una nueva institucionalidad para los artistas chilenos y la inserción en el mundo laboral con las garantías que la ley otorga a cualquier trabajador”, y destaca el tema de previsión y la salud.

“Aspiramos a tener un alivio para nuestros artistas con la creación de lo que hemos llamado Fondo Solidario para el Artista. En ese camino hemos presentado una iniciativa que elimina la exención del IVA a la que se acogen los megaeventos y lo recaudado por ese concepto pueda, juntó a otras fuentes, incrementar dicho Fondo”, dice.

El presidente del sindicato de actores pide avanzar en la descentralización para aumentar la empleabilidad, una de las más bajas, según las encuestas. Por ejemplo, si bien Castillo celebra la construcción de centros culturales, advierte que el fantasma de los “elefantes blancos” se cierne sobre ellos. Por eso propone fortalecer la asignación de recursos para que “jóvenes artistas puedan instalarse a tiempo completo en esos centros regionales y desarrollar ahí, junto a los locales, las políticas culturales específicas”.

 “Adorno”

Brugnoli es otro que celebra la creación de centros culturales. Fue “sin duda el primer gran gesto destinado al apoyo de iniciativas culturales no dependientes de direcciones centrales. Además, significar la casa de la cultura en cada pequeña ciudad otorga una valorización simbólica a un quehacer que resulta comúnmente considerado sólo en su valor de pasatiempo o incluso ‘adorno’”.

Sin embargo, considera incompleto aún este proyecto en varios aspectos. Primero, por no haber coincidido con la iniciativa de la creación de bibliotecas para centros urbanos de las mismas características. “Haber reunido dos proyectos naturalmente afines en un solo edificio habría relevado la importancia simbólica y los recursos habrían tenido un mejor rendimiento”.

“Pero además resulta limitante la no dotación de estos centros por verdaderos monitores culturales, con capacidad de promover iniciativas locales y realizar proyectos de carácter nacional, como exposiciones u obras de danza o teatro invitadas tanto de Santiago como del extranjero. Esta carencia sin duda transparenta otra, la falta de los recursos necesarios de operación”, dice.

“Otra falencia se da por el programa del diseño de los edificios, pues en su mayoría son más bien salas de teatro, destinándose por lo general espacios absolutamente insuficientes y mal equipados para las artes visuales, lo cual impide envíos sin riesgo de colecciones de museos”, advierte.

Para Brugnoli es importante comprender que “un futuro gobierno, integrado por un frente tan amplio, como es la Nueva Mayoría, complementada con la inserción política de jóvenes ex dirigentes estudiantiles, constituye una oportunidad única en nuestra historia para el inicio de la superación de una sociedad fragmentada hasta sus mínimas expresiones, carente de valores como la solidaridad, el respeto por las personas y sus diversidades de pensamiento, la memoria o la reflexión, para la cual la parte principal de su existencia parece resolverse entre la tarjeta de crédito y el mall”.

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