La votación se hizo mediante la página web del Consejo
El Consejo Nacional de la Cultura dio a conocer los resultados de la segunda versión del concurso La Mejor Picada 2013, una iniciativa que buscó premiar al mejor representante de las tradiciones gastronómicas del país. Paralelamente, el restaurante “La Flor de Chile” de Viña del Mar se quedó con la mención a “El Mejor Letrero de Picadas».
Por esos platos «con baranda», como se suele decir en jerga popular, abundantes, en especial sus guatitas a la española, curantos, carnes y cazuelas, fueron los méritos para llevarse el primer lugar. Hablamos del restaurante Las Muñecas de Ñielol (Avenida Caupolicán N° 1347), de la ciudad de Temuco, que se alzó como el gran ganador de “La Mejor Picada de Chile” 2013, luego de recibir 18.358 votos en la web del concurso organizado por segundo año consecutivo por el Consejo de la Cultura, superando así a los otros 31 recintos de todo el país que estaban en el listado.
El segundo lugar recayó en el restaurante Manhattan, de Concepción, con 14.741 votos. Esta picada es el punto de encuentro de camioneros y trasnochados, y se ubica frente a la Vega Monumental. Su instalación es apenas un pequeño container y un furgón que en las noches se transforma en el mejor sitio para aquellos momentos cuando arremete el bajón y uno delira con comerse un sándwich para recuperarse del carrete. Su lema es: «¡Si no chorrea no es Manhattan!».
El local Centro Hijos de Chiloé, de Punta Arenas, ocupó el tercer lugar con 6.292 votos. Aquí diariamente se ofrece lo mejor de la gastronomía chilota: curanto, milcaos, empanadas de manzana, papas rellenas, sopaipillas, pan con chicharrón y cazuelas de vacuno con luche, sobresalen en la oferta de esta picada, ubicada en avenida España N° 01449, y que fue fundada en la década de 1980.
La votación del concurso se realizó por medio de la web del Consejo de la Cultura y en total se recibieron 62.791 votos, 11.107 más que el año pasado.
“Estamos muy contentos porque nuevamente la gente formó parte de este concurso, votó y eligió su picada favorita. Pero más allá de eso, nos motiva el trabajo realizado en pro del resguardo de las tradiciones gastronómicas y saberes populares presentes en cada rincón del país, y arraigados de una u otra manera en cada uno de los lugares que participaron”, señaló el ministro de Cultura, Roberto Ampuero respecto de la participación de las personas en esta iniciativa cultural-gastrónómica.
Además el Secretario de Estado agregó que “el interés de los chilenos por la oferta de comida tradicional ha quedado demostrado en la III Encuesta Nacional de Consumo Cultural del Consejo de la Cultura. Casi un 96% de nuestros conciudadanos, mayores de 15 años, declaró haber consumido comidas tradicionales o populares, como humitas, charquicán o cazuela, entre otros”.
Entre las personas que votaron en este concurso se escogieron a tres ganadoras: Paola Aguilar, de Coyhaique; Constanza Barrientos, de Punta Arenas; y Olivia Nieto, de Talca. Estas tres mujeres podrán disfrutar gratis de algunos de los platos que ofrecen las picadas correspondientes a su región.
Pero el concurso no se quedó ahí y quienes votaron pudieron subir al sitio del concurso, fotografías de carteles de cualquier picada del país. Entre ellas fue escogido como “El Mejor Letrero de Picadas” el de La Flor de Chile, restaurante de Viña del Mar que entre su oferta mantiene preparaciones criollas que incluyen conejo escabechado, riñones al jerez y lengua nogada. El autor de la fotografía, Francisco Díaz, recibirá un set de productos típicos chilenos.
En la Región Metropolitana, las picadas más votadas fueron El Hoyo con 1.001 votos, que se quedó con el 10° lugar, le siguió La Chimenea en lugar 13° con 852 votos, El Rincón de los Canallas en el lugar 23° con 341 votos y por último La Picá de Licho en el puesto 25° con 323 votos.
Ubicado en San Vicente N° 375, esquina Gorbea, en la comuna de Santiago, El Hoyo abrió sus puertas en 1912 y hoy es administrado por los nietos de quien fuera su fundador, don Benjamín Valenzuela. En sus inicios vendía chicha, pipeño, charqui, huevos duros y frutas de la estación a una clientela que estaba constituida por trabajadores ferroviarios, quienes transformaron a este local en una popular picada. Sus preparaciones se diversificaron con el tiempo e incluyen perniles, arrollado huaso, pichangas, lenguas y el famosísimo terremoto, que para estos tiempos estivales es un buen complemento etílico para capear «la sed y la calor».
