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«El vuelo del cante» donde la pasión del flamenco se une al folclor de Violeta Parra Concierto se realizará el sábado 22 de marzo en el Nescafé de las Artes

«El vuelo del cante» donde la pasión del flamenco se une al folclor de Violeta Parra

Encarna Anillo y Andrés Pituquete ofrecerán un concierto enfocado en los cantos más tradicionales, “desde Malagueña con abandolao, pasando por la alegría de Cádiz o canto por soleá, y bulerías», dicen. Pero habrá dos sorpresas en la soleá: un homenaje a Paco de Lucía para poner en un altar su legado y un tributo al folclor sudamericano de Violeta Parra, Atahualpa Yupanqui y la poesía de Pablo Neruda.


Ella es cantaora de Cádiz, España. Él, guitarrista de Santiago de Chile. Ambos viven en Sevilla, el lugar de su encuentro y donde han desarrollado su carrera musical. Por estos días visitan Chile para ofrecer y compartir aquella tradición que los enlazó para toda la vida a través del cante, el baile y la guitarra flamenca.

Encarna Anillo, bailaora y cantaora flamenca, anima con palmas y cante mientras Andrés Pituquete, el máximo exponente chileno de la guitarra flamenca, solea ágilmente en su instrumento. Ambos sonríen y se miran en complicidad mientras la música en el aire invita al disfrute y la alegría. Es la magia flamenca, allí “cuando el duende aparece”.

Encarna y Andrés se conocieron casi por casualidad, en una academia de baile flamenco donde una amiga cercana de Encarna daba clases. Entre miradas, conversación y toquíos compartidos, la música los unió y el enganche ya estaba hecho. Desde entonces, han trabajado juntos uniendo sus talentos a través de una alianza musical que los ha llevado a presentarse en importantes teatros españoles como el gran Teatro Falla de Cádiz y el Central de Sevilla con el concierto “De mi tierra Cádiz”, entre otros espacios musicales dedicados al compartir el arte flamenco.

“Realmente el flamenco siempre ha sido así. De compartir, y en el compartir se aprende, unos de otros. Esa espontaneidad, y ese relajo, no se puede perder en ningún momento, porque si no aparece todo forzado y no hay magia” comenta Encarna Anillo, quien conoce la tradición desde mucho antes que decidiera dedicar su vida a este arte tan profundo y vasto.

Foto: Gonzalo Rubio

Foto: Gonzalo Rubio

Por su parte, Andrés Pituquete, agrega: “El aprendizaje del flamenco es muy vivencial. Es marginal en su esencia, y vivencial en el sentido que casi no hay partituras, es de juntarse con gente y directamente escuchar y aprender lo que se agarra ahí en directo. El que agarra agarra,”   comenta Andrés, quien conoció el flamenco en Chile, en una junta de amigos durante su adolescencia cuando uno de ellos tomó la guitarra y tocó un tema del maestro Paco de Lucía. Su impacto y maravilla fue tal, al punto de querer dedicarse por el resto de su vida a intentar tocar la guitarra como el maestro. En su motivación tomó clases de guitarra flamenca por 4 años con Carlos Ledermann en Chile para luego viajar a Córdova, Argentina, y estudiar con Manolo Sanlúcar, gran guitarrista de Cádiz, que a su vez fue maestro de Ledermann.

“Para mí fue un momento muy especial porque fue estar con el maestro de mi maestro y en una edad, a los 17 o 18 años, que es una época tan bonita de ilusión”, comparte Andrés.

Luego de estudiar un año y medio composición en la Escuela Moderna, viaja a Barcelona donde estuvo 1 año. Allí estudió con Rafael Cañizares, otro grande de  la guitarra y con el maestro Parrilla de Jerez.

“Un guitarrista gitano de Jeréz, que ya falleció, un maestro de toque tradicional, de esta gente que es como un museo viviente y de conocimiento increíble. Es gente que no sabe música técnicamente, pero que lo tienen porque sus abuelos tocaban, sus tíos bailaban y en el living de la casa cada dos por tres había fiestas con gitanos”, comparte el guitarrista.

A diferencia de Andrés, Encarna Anillo, no buscó el flamenco, éste se dio en su vida en forma natural y espontánea, primero por su padre y su madre, grandes aficionados y conocedores de la tradición flamenca y luego por su hermano, 5 años mayor que él y con quien comparte desde muy niña el cante y el baile.

“Yo empecé bailando, yo era bailaora. Con 5 añitos ya estaba en un escenario. Entonces, por lo que me cuenta mi madre, antes de andar, como en el cochecito, ya bailaba. Bueno, vengo de Cádiz y allá todas las fiestas que se hacen en la ciudad son flamencas. Está el carnaval y el flamenco. Es algo muy natural con lo que me he criado en mi familia y llevo toda la vida en esto, haciendo flamenco. Fue de familia”, confiesa Encarna, quien nunca siguió una formación a través de clases o talleres formales o de escuelas de flamenco.

“Tienes que ir a todos los festivales a beber de la fuente de todos los cantaores, de comprarte todas las cintas de los cantaores que grababan, ir a todos los tablaos. Entonces he ido aprendiendo de todos los consejos de los artistas. En Cádiz había buenos cantaores, Cheno Novato, Juan Villar, Juan Seco, Janca Pino, entonces yo me he criado con todos esos artistas. En la peña de Juan Villar, mi padre era socio. Hemos aprendido así, de la calle, del día a día, de la experiencia, de la vivencia, de los encuentros,“ agrega la cantaora.

Los músicos cuentan con el respaldo de sólidas carreras. Andrés es ganador del primer premio para guitarristas no españoles en el Tercer Concurso Internacional de guitarra flamenca Niño Ricardo del año 2008. Al año siguiente se presente exitosamente en el Tercer Festival “De flamenco va”, lo que lo han llevado a visitar países como México, Suiza, Francia e inclusive Japón.

Encarna Anillo, por su parte ha cantado con los más grandes del flamenco: Cano Lobato, la Niña de Piebla, Rafaela Carrasco, Farruquito y el mismo Paco de Lucía. Ha realizado destacadas colaboraciones uniendo su talento y profundidad interpretativa en importantes álbumes: “No hay Quinto Malo” de Niña Pastori y el “Himno de Andalucía” de Paco de Lucia. También se destaca su participación en la película de Carlos Saura, “Flamenco Flamenco” del año 2009. Pero es fue su trabajo con el maestro Paco de Lucía, el que más la conmueve.

“Nunca estuve con él en el escenario, pero me quedó con esa cercanía en el estudio. Fue maravilloso. Conocer a un artista de esa grandeza en un estudio de grabación chiquitito y pegarte con él como 9 o 10 horas que estuvimos. Fue maravilloso” comparte orgullosa, Encarna.

Eso fue alrededor del 2003. El disco del Himno de Andalucía “fue un trabajo sacado para los colegios y las universidades, para que los alumnos vieran las raíces del flamenco como un proyecto educativo” agrega.

Para la noche del sábado, los músicos ofrecerán un concierto enfocado en los cantos más tradicionales, “desde Malagueña con abandolao, pasando por la alegría de Cádiz o canto por soleá, y bulerías. Habrá una sorpresa en la soleá: un homenaje a Paco para poner en un altar a su legado y su obra. Él ha puesto el flamenco, en un lugar que lo ha dignificado”, comenta Encarna y luego agrega: “Andrés hizo unas coplas muy bonitas dedicadas a Paco y lo vamos a expresar  cantando por soleá que es el cante más sobrio, más templado y profundo”. Será el momento fuerte del espectáculo.

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