En clave comedia negra, la película protagonizada por María izquierdo, Julio Milostick, Sergio Hernández y Silvia Santelices, entre otros, narra la historia de los Kelly, una familia con altas expectativas sociales, quienes para guardar las apariencias y ocultar el fracaso económico, se inventan un viaje de vacaciones a Brasil por todo febrero, cuando en realidad se encierran en su casa.
Vacaciones en familia, de Ricardo Carrasco, tuvo ayer su prueba de fuego. En el marco del Ficviña, ayer se realizó el preestreno en la sala Cinemark de La Marina con muy buena acogida de la audiencia, que celebró la idea de usar el recurso cómico para desplegar una crítica potente a la sociedad chilena.
Basado en el libro Veraneando en Zapallar, de Eduardo Valenzuela Olivos, esta película es una radiografía al arribismo criollo, «tan propio de nuestra ideosincracia», dice el productor Vicente Carrasco.
Esta comedia, protagonizada por María izquierdo, Julio Milostick, Sergio Hernández y Silvia Santelices, entre otros, narra la historia de los Kelly, una familia con altas expectativas sociales. Juan Kelly, el padre, es descendiente directo de europeos; y Marta Arteaga, la madre, pertenece a los rescoldos de una aristocracia ya difusa, pero siempre orgullosa de su estatus. Juan no es muy inteligente pero quiere a su familia y deja pasar ciertas cosas por su flojera y resistencia a los cambios. Las cosas no marchan como sus altas expectativas esperan. Marta ha visto como su marido fracasa una y otra vez en los empleos que le consigue su padre, mientras su situación personal y la de sus hijos desmejoran día a día.
En clave comedia negra, esta es la historia de un veraneo muy singular, el verano en que los Kelly por no tener dinero para vacacionar, se inventan un viaje a Brasil por todo febrero, cuando en realidad se encierran en su casa.
«Lo fundamental es la actuación, para retratar a la sociedad chilena y esta cosa del arribismo. Es una comedia que hace pensar en esto de estar atrapado en aparentar lo que uno no es», explica el productor.
Con tintes de sátira y esperpento, y un desenlace más cercano a la comedia dramática, esta película muestra los aspectos desagradables de la forma de ser chileno, pero sin gravedad, en un tono que combina la risa con la reflexión.
«Esta película viene a colocar a cine chileno una temática muy interesante, viene a quebrar un poquito lo que se venía haciendo. Que sea un cine de autor en clave comedia lo hace muy interesante», sostiene.
El preestreno de esta película se logró luego que la cinta de Ricardo Carrasco ganará el año pasado la sección Viña en Construcción, y posteriormente recibiera otro premio de la Dirección de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores.
«Para nosotros ganar Viña Construye fue fundamental porque nos ayudó a terminar una parte de la película, que fue la parte de la postproducción. Además el premio de la DIRAC nos permitió asistir a mercados internacionales logrando acuerdos importantes, como el que alcanzamos con Moviecity, que después del estreno en salas, exhibirá la película en todo Latinoamérica», adelanta.
La cinta de Carrasco marca asimismo el debut en la composición de música para películas de Miguel Tapia, el legendario baterista de Los Prisioneros.
«Tuvimos mucha suerte de hacer este trabajo. Con cariño y como es habitual en Chile, con mucho esfuerzo», señaló el músico.
