Publicidad
«Cabros de mierda», la nueva película de Gonzalo Justiniano que muestra imágenes reales de la CNI en acción Estas imágenes fueron utilizadas como pruebas en el homicidio del sacerdote André Jarlán

«Cabros de mierda», la nueva película de Gonzalo Justiniano que muestra imágenes reales de la CNI en acción

Héctor Cossio López
Por : Héctor Cossio López Editor General de El Mostrador
Ver Más

En 1983, el cineasta nacional regresa al país después de 7 años fuera. Se inserta en la población La Victoria donde comienza a grabar imágenes de la realidad poblacional y de la represión para la televisión francesa que estaba realizando un documental sobre Chile a 10 años del Golpe Militar. Esas imágenes inéditas serán incorporadas a un filme de ficción que tiene como propósito rescatar el universo popular chileno de la época. «Al igual que en los filmes que reflejan la Alemania nazi o la Italia fascista, esta ficción será testimonio de la mentalidad, de la cultura de normal anormalidad que predominaba en el día a día», cuenta el realizador.


En 1983, el cineasta Gonzalo Justiniano fue contactado por la televisión francesa para realizar un documental sobre Chile a 10 años del Golpe Militar. El realizador, que siete años antes había salido del país para estudiar cine en París, regresó a Chile con la idea de registrar la «normalidad enfermiza de un país» que se había acostumbrado a vivir con miedo, con ausencia de libertades, con medios de comunicación controlados, pero que pese a ello comenzaba a organizarse para hacer frente a la dictadura y comenzar a recuperar la democracia.

cabro3

Durante la primera visita al país, Justiniano se insertó en la población La Victoria donde su contacto fue el sacerdote francés Pierre Dubois. Allí grabó las primeras imágenes de las protestas y de la represión policial en la población, registros que no vieron la luz en Chile en esos años, pero sí recorrieron el mundo.

GonzaloJustiniano

Gonzalo Justiniano

En 1984, recuerda el autor de Caluga o menta, le tocó filmar justo en la semana de la protesta nacional del 4 y 5 de septiembre cuando una bala disparada por Carabineros terminó con la vida del otro sacerdote de La Victoria, André Jarlán. Esas imágenes, que formaron parte del documental francés y también como medio de prueba para que el abogado Héctor Salazar llevara a Tribunales el caso del cura Jarlán, se darán a conocer por primera vez –después de 30 años– en el marco de una nueva producción audiovisual del realizador formado en Francia. Se trata de una ficción, pero al mismo tiempo un testimonio personal, cuya intención es «rescatar el universo popular chileno» que «refleje lo que era vivir el día a día en una población marginal en el Chile de esos años».

Cabros de mierda

La historia de esta película transcurre en una combativa población marginal de mediados de los 80. Más que un filme nostálgico, que pretende llevar a la memoria el claroscuro de esa época –tan citado últimamente por la Tv– el filme es una película personal que tiene como centro argumental las experiencias de una joven misionero norteamericano –Jeff– que llega a esta población para ayudar a Gladys, una mujer poblacional de gran coraje, que sostiene una improvisada casa de acogida para niños que perdieron su familia, los llamados «cabros de mierda».

cabros1

«Jeff se incorpora a la vida cotidiana de la población, empieza a darse cuenta de lo que vive la sociedad chilena en esa época. A través de la historia de Jeff vamos conociendo los signos de ese momento en Chile. Al igual que en los filmes que reflejan la Alemania nazi o la Italia fascista, esta ficción será testimonio de la mentalidad, de la cultura que predominaba en el día a día, durante ese periodo. La anormal-normalidad, eran parte de la  vida cotidiana que vivían mujeres como Gladys y sus cabros de mierda y la sociedad chilena en general», cuenta Justiniano en Quilpué, hasta donde llegó hace un par de semanas para ser jurado del Festival de Cine Chileno, Fecich 2014.

Justiniano recuerda que, por esos años, le tocó conocer e incluso ser amigo de varios gringos de la pobla, como llamaban a los norteamericanos, que llegaban a vivir en un ambiente completamente desconocido para ellos, en barrios marginales que padecían una dura realidad. «Muchos de estos gringos siguieron vinculados de por vida con la gente que conocieron y compartieron en ese entonces. Al recordarlo siempre pensé en la idea de incorporar parte de sus vidas y experiencia en un relato que fuese a la vez testimonio», explica el autor.

cabros4

Es bajo este ambiente, histórico-social, que Jeff comienza a relacionarse con su nuevo entorno, lo fotografía y lo filma. Comienza a padecer la atmósfera asfixiante de ese periodo, es testigo y partícipe, de una sociedad civil que comenzaba a rebelarse y organizarse para recuperar la democracia. Se enamora de su nueva realidad y a través de la relación con Gladys –quien de acuerdo a la sinópsis muestra su temple de acero– le ayuda a destruir muchos prejuicios inherentes a su formación y su pasado.

«Mujeres como Gladys me tocó conocer en diversas poblaciones marginales, muchas de ellas con gran decisión y carácter se hacían cargo de sus hogares y enfrentaban las dificultades con un sentimiento de solidaridad ejemplar. Esas mujeres fueron la gran motivación que tuve al comenzar a desarrollar esta ficción», resumen el autor.

 Disparos contra la población

Este largometraje basado libremente en hechos y personajes reales, tendrá una sólida cuota de realismo, que de alguna forma conectará la ficción con la narración documental, al insertar grabaciones reales de la población en la película.

cabros9

Una de estas imágenes, grabadas por el propio Justiniano, corresponden a las protestas de 1984, –muchas de ellas registradas en fotografías por los arriesgados reporteros gráficos de la AFI– donde se muestra que tras un bus policial, llegan sujetos de civil abriendo fuego directamente contra la personas que se encontraban protestando, mientras estas corren y por la espalda.

«Cuando tomé esas imágenes estaba escondido detrás de un poste. Los tipos corrían disparándole a la gente. Afortunadamente logré grabar y conservar ese material que ahora usaré en esta película», adelanta el realizador.

La cinta se encuentra en etapa de producción.

 

 

 

Publicidad

Tendencias