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Diversidad temática en la literatura infantil: La responsabilidad de tratar a los niños como sujetos pensantes Abordan la muerte, discriminación, terrorismo y enfermedades mentales

Diversidad temática en la literatura infantil: La responsabilidad de tratar a los niños como sujetos pensantes

La publicación del Movilh “Nicolás tiene dos papas” abrió el debate sobre si los niños debían o no adentrarse en temáticas complejas. Para especialistas en educación esta discusión se sustenta bajo la óptica del “adultocentrismo”, que es la base de la transmisión de los prejuicios. En la literatura infantil –la bien contada– las temáticas se abordan desde el principio de que los niños deben ser respetados como sujetos pensantes. El ganador del premio Altazor, Luis Alberto Tamayo, aclara que en literatura infantil es “el mundo el que pone los temas”.


“Los niños piensan y se les debe tratar como seres pensantes y no ocultar la realidad porque hoy más que nunca es una tarea imposible”.

En esta frase del profesor, escritor y Premio Altazor 2014 en Literatura Infantil, Luis Alberto Tamayo, podrían resumirse los criterios centrales de quienes opinan que el libro Nicolás tiene dos papas, impulsado por el Movilh, no es un libro cuya temática sea polémica ni problemática sino, por el contrario, una temática pertinente, que se hace cargo de la realidad contemporánea de la que nadie puede abstraerse, menos la familia, independientemente de su formación valórica o religiosa. Pero Tamayo, además, pone el acento en algo que aparece como aun más importante: tratar a los niños como personas, como sujetos pensantes, capaces de comprender y aceptar la complejidad de la vida diaria y, por cierto, también de disentir.

En el otro extremo están quienes califican el libro de polémico y, más aún de perjudicial, porque instala conceptos que los niños –dicen– no pueden ni deben comprender a su corta edad y que el Estado no debe entrometerse en niveles de formación que son propios de la familia, de su autonomía axiológica.

El editorial de La Tercera de este lunes 27 de octubre, resume, por su parte, con vehemencia esta posición. “Hay una evidente falta de criterio de los responsables de este programa al pretender introducir una temática compleja en niños muy pequeños, etapa en la que difícilmente un menor podría hacer este tipo de cuestionamientos, o preguntas, por una parte, y donde el ambiente natural para hacerlas en su propia familia”.

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Los diputados de la DC, Jorge Sabag y René Zaffirio, siendo ambos del mismo partido, totalizan ambas visiones. Mientras Zaffirio señala que “pretender esconder la realidad de miles de familias homoparentales en Chile es volver a los tiempos de las catacumbas”, Sabag repara en que el Estado debe “respetar la inocencia de los niños menores (…) y no imponer al más puro estilo totalitario ideologías que ni siquiera están consensuadas en la sociedad chilena”.

Al centrarse la discusión en el campo de la ideología, para algunos, y en el de la realidad contemporánea, para otros, se saltan otra realidad: que hace mucho tiempo la literatura infantil –la buena literatura, la de historias bien contadas, como remarca Tamayo– está tocando temas complejos que van desde la diversidad sexual, cultural y geográfica, pasando por la identidad, la violencia política reciente y, claramente, la pluralidad de los núcleos familiares de la sociedad moderna.

El adultocentrismo

Marcelo Pérez, jefe de carrera de Educación Parvularia y Básica inicial de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile –entidad que patrocina, junto con la Junta Nacional de Jardines Infantiles, la iniciativa del Movilh de aportar a la discusión sobre los diversos modelos familiares con el libro Nicolás tiene dos papás–, opina “que los principales cuestionamientos a determinada literatura infantil tienen que ver con esta mirada adultocéntrica de lo pedagógico, lo cognitivo y lo emocional, porque finalmente son los adultos lo que ponen más reparos que los propios niños”.

Al momento recibir el libro del Movilh para el análisis del comité educativo, a nadie –explica– le resultó extraño ni levantó polémica, pues “hace tiempo hay bastante literatura infantil que no utiliza lenguaje estupidizante como el de antes sino que ahora abordan diversas problemáticas desde una mirada más seria”, donde está –enfatiza– la diversidad familiar.

ungrangatoEl profesor Tamayo, quien este año ganó el Altazor con el libro Un gran Gato, sobre un gatito huérfano que ve a un tigre enjaulado en el zoológico y lo llama papá, lo primero que resalta es “que la literatura es una de las artes con que el ser humano embellece la  vida”.

“Contar es un arte que pasa revista a la vida y la amplía, la pone en jaque, la analiza, la  siente. A los niños y a los adultos les gusta escuchar cuentos. Que los cuentos digan: había una vez un rey  y una reina y una princesa, ya estamos hablando de un modelo de familia. También es otra familia cuando la Blanca Nieves tenía madrastra. En el libro El Lugar más bonito del mundo, de la escritora estadounidense Ann Cameron, el niño es abandonado por la madre y lo cría la abuela. Es un maravilloso libro”, expresa.

En la misma línea argumentativa añade que “en el libro Mi planta de Naranja Lima, del brasileño José Mauro de Vasconcelos, el niño abandonado es prácticamente adoptado por un hombre mayor. Son historias del mundo”.

En Matilda –prosigue– del escritor inglés Roald Dahl, “dan ganas de salvar a esa niña de esa familia convencional y tóxica, un padre amoral, una madre vana, la familia de la niña termina siendo la profesora. Hace rato que la literatura-vida muestra diferentes tipos de familias. Y lo muestra también el cine y los dibujos  animados. Y los niños van aprehendiendo el mundo con comentarios certeros y va naciendo el juicio moral de lo que es bueno y justo”.

Diferencia de tipo de familia y de amor

En el caso del libro del Movilh, financiado por la Unión Europea, Rolando Jiménez, Presidente de la entidad, explica que siempre tuvo como objetivo hablar de la existencia de las familias homoparentales y no hablar de sexualidad, ni específicamente de homosexualidad.

daddysExiste un libro alemán, publicado recientemente y divulgado en cientos de páginas de internet, llamado el Compañero de papá, de Michael Willhoite –cuyo texto inspiró, entre otros, el de Nicolás tiene dos papás–, donde el énfasis no está puesto en la familia como en el chileno, en el que en ninguna parte se dice que los padres de Nicolás son homosexuales, sino en los diferentes tipos de amor, en el que la convivencia homoparental es una consecuencia de este amor. En este sentido, Nicolás tiene dos papás es mucho más conservador que su similar germano.

“Los editores revisaron literatura ya publicada sobre el tema, revisaron el libro alemán y, si no me equivoco, también uno colombiano y argentino. Hubo una revisión a varios textos y finalmente se hizo algo que fuera apropiado para nuestra realidad nacional”, explica Jiménez.

Diversidad temática

“Todo debiera estar en la literatura para que los niños vayan y lo tomen y se interesen y cuestionen y se alegren y se apropien del mundo a través de la belleza de una historia bien contada”, dice el profesor Tamayo, como introducción a la idea de que los niños son sujetos pensantes, y que debiesen ser tratados con igual respeto.

“El mundo entra por todas partes, por el cine, internet, la televisión, todo se ve, se sabe. Los niños saben de las acusaciones de pedofilia contra Michael Jackson, saben de que Ricky Martin tiene hijos y que es gay, saben que hay curas presos por abusos sexuales y todo eso llega a la sala de clases, a sus conversaciones. La literatura para niños es literatura para seres humanos de respeto y todos los temas caben si son tratados con la delicadeza adecuada para no perturbar más que la realidad”, comenta Tamayo.

En Chile se puede encontrar una amplia gama de libros con temáticas profundas, y muchos de ellos son parte de las literaturas complementarias de los colegios.

Editorial Ocho Libros, por ejemplo, tiene textos sobre detenidos desaparecidos, la lucha clandestina contra la dictadura y el difícil camino hacia la Canto para mañana_bajademocracia. Editorial SM publicó para niños La Bicicleta mágica de Sergio Krumm, que es la historia del campeón de ciclismo detenido desaparecido Sergio Tormen, escrito por  Marcelo Guajardo.

Ovidio y Olimpia, de Pehuén Editores, es un conmovedor libro álbum que forma parte de un selecto grupo de textos infantiles en que el tema de la muerte es abordado con tacto y de un modo cuidadoso. En Horacio no quiere ir a ovidiola escuela, también de Pehuén, la temática es la discriminación en la escuela. Muestra el sufrimiento y la pena de un conejo que, por ser diferente, sus compañeros no lo invitan a jugar en el recreo y se burlan de él en la clase. Horacio tiene mucha pena, no come y no quiere ir al colegio.

Otro ejemplo es el libro Zora, de Ceibo Ediciones, escrito por el poeta alemán Harmut Barht-Engelbart. En este libro, por defender a sus hijos, la cabra Zora vive en carne propia una persecución política de parte del Ministerio del Interior que la acusa de “terrorista” y de una persecución sensacionalista de parte de los medios de comunicación.zora

Mi abuela no es la de antes, de Editorial Amanuta, es un nuevo ejemplo de realidades complejas, que se enseñan con tino a los niños.

En este caso, se trata de una historia que habla del Alzheimer que sufren los abuelos, cuando dejan de reconocer a sus familias y se pierden en sus recuerdos.

Es el mundo el que pone los temas

En su experiencia como cuentacuentos, Luis Alberto Tamayo señala que la reacción de los padres ante temáticas contemporáneas es particular a cada familia, pero que los temas no los ponen ellos sino la propia realidad que los rodea.

“Una vez unos padres se enojaron conmigo porque conté un cuento de unos hombres primitivos que cazaban un mamut y fabricaban trampas. Ellos creían en Adán y Eva y estaban contra la teoría de Darwin. Siempre hay alguien que se incomoda por algo, pero es la realidad, es el mundo el que pone los temas y, si en la clase un niño abre ese tema, el profesor no puede hacerse a un lado y evitar el bulto”, cuenta.

Para este escritor de literatura infantil, las realidades familiares son muy distintas, y las más duras y complejas no son aquellas que hablan precisamente de diversidad.

“Conocí a un niño que vivía solo de lunes a viernes y el sábado en la mañana llegaba su madre que era empleada de una casa particular en La Dehesa. Ese niño se acostaba y se levantaba solo. Esa realidad es compleja, dura y nunca a esa señora empleadora se le ocurrió  ni siquiera una vez dejar ir a su empleada el viernes en la noche para que le diera una sorpresa a su hijo. No es un cuento, es verdad. Entonces, que Nicolás tenga dos papás que lo cuiden es una realidad mucho más bondadosa y los niños y niñas así lo entienden”, concluye.

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