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Escritor chileno Alejandro Zambra queda dentro de los cinco finalistas para el Premio Gabriel García Márquez La obra de Zambra fue elegida de entre 123 libros publicados el 2013

Escritor chileno Alejandro Zambra queda dentro de los cinco finalistas para el Premio Gabriel García Márquez

En «Mis documentos» el libro de Zambra seleccionado para este galardón, a veces parece que hablara un mismo personaje, trasunto del autor, que recuerda sus desventuras como estudiante y como profesor, o que registra su malhumorado intento de superar el tabaquismo («Qué cosa más absurda, realmente: querer vivir más. Como si fuera, por ejemplo, feliz»). Pero la ilusión de una vida propia, fomentada por la famosa carpeta de Windows, se rompe pronto: los documentos de uno son, en el fondo, los documentos de todos, en especial si se habita un país que necesita indagar en el pasado.


Cinco relatos escritos por autores de Argentina, Chile, España y México fueron declarados finalistas el pasado 31 de octubre de la primera edición del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez y pugnarán por llevarse el galardón el próximo 21 de noviembre, informaron hoy los organizadores.

Los cuentos finalistas son «Las otras», de Carolina Bruck (Argentina); «Anoche dormí en la montaña», de Héctor Manjarréz (México); «Una felicidad repulsiva», de Guillermo Martínez (Argentina); «Quisiera tener la voz de Leonard Cohen para pedirte que te marcharas», de Óscar Sipán (Español); y «Mis Documentos», de Alejandro Zambra (Chile).

plantDOCUMENTOS.qxd:plantCULPABLES.qxd«Mi padre era un computador y mi madre una máquina de escribir», apunta Alejandro Zambra en las primeras páginas de este libro de relatos, que bien puede leerse como una novela, o como once breves novelas archivadas en la carpeta Mis documentos.

A veces parece que hablara un mismo personaje, trasunto del autor, que recuerda sus desventuras como estudiante y como profesor, o que registra su malhumorado intento de superar el tabaquismo («Qué cosa más absurda, realmente: querer vivir más. Como si fuera, por ejemplo, feliz»). Pero la ilusión de una vida propia, fomentada por la famosa carpeta de Windows, se rompe pronto: los documentos de uno son, en el fondo, los documentos de todos, parece decirnos Zambra, en especial si se habita un país que necesita indagar en el pasado.

Con el fino sentido de la ironía, precisión, humor y melancolía; con espíritu paródico, con aliento lírico y a veces con rabia, Alejandro Zambra traza la anodina existencia de unos hombres que se repliegan en una idea antigua de la masculinidad, o el tránsito de unos seres pendulares que apuestan sus últimas fichas al amor. La incesante búsqueda del padre, la obsolescencia de objetos y de sentimientos que parecían eternos, el desencanto de los jóvenes de la transición («La adolescencia era verdadera. La democracia no»), la impostura como única forma de arraigo, y la legitimidad del dolor, son algunos de los temas que cruzan este libro.

Mis documentos, la obra finalista para el premio, muestra a un autor que consolida y proyecta hacia lugares nuevos el personal estilo forjado en Bonsái (descrita por Junot Díaz en The New York Times como «un puñetazo en la mandíbula»),La vida privada de los árboles, y Formas de volver a casa, una novela sobre la cual la crítica ha sido elocuente: «Un magnífico lenguaje, a la sombra de Carver: precisión, tristeza, crueldad, ternura» (Joaquín Arnáiz, La Razón).
La primera edición de este concurso pretende convertir al premio en un «referente para el campo literario de la creación y el universo editorial en lengua española», explicaron los organizadores a través de un comunicado de prensa.

Asimismo, aspira a prolongar el legado de cuentistas como Jorge Luis Borges, Juan Rulfo, Julio Cortázar y el propio Gabriel García Márquez.

El premio, nacido como un homenaje al nobel colombiano, se otorgará anualmente a un libro de cuentos con la condición de que su obra haya sido originalmente escrita en español.

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