Teatro, danza y circo contemporáneo son llevados al límite como ingredientes del espectáculo más exitoso de la compañía sueca Cirkus Cirkör. A través de distintos momentos, donde las texturas son los protagonistas, los artistas tejen con sus cuerpos una narrativa que busca impactar visualmente a los espectadores. ¿Es posible tejer la paz? Es la interrogante que se transforma en el punto de partida de la compañía. El montaje se presentará entre el 1 y 12 de julio en el Teatro Municipal de Las Condes.
La materia prima son gruesos hilos blancos y la actividad es el tejido. Los cabos se entrecruzan para urdir un espectáculo de seis artistas circenses y música original que plantea el esfuerzo, la prolijidad y la paz como valores centrales. Knitting Peace es el último montaje de la compañía sueca Cirkus Cirkör, entidad con más de 20 años de trayectoria marcados por un carácter interdisciplinario que investiga en las técnicas del teatro, danza y circo.
En los 95 minutos que dura el espectáculo, los artistas darán distintas muestras de cómo fusionar el material textil con la escenografía y sus propios cuerpos, y en ese camino profundizar en las posibles respuestas que se originan en el arte para cambiar el mundo. “Exploramos el significado de nuestra aspiración y vamos a averiguar si es posible a alcanzar la paz”, señala la compañía.
Con un sello que ha marcado más de 30 montajes envolventes y cautivadores, que mezclan las técnicas escénicas con un carácter sensorial, Knitting Peace se posiciona como un referente del circo contemporáneo que llega a Chile gracias a Fundación Teatro a Mil y Teatro Municipal de Las Condes para presentarse entre el 1 y el 12 de julio en dicho recinto.
Aino Ihanainen es una de las artistas de Knitting Peace que introdujo a Tilde Björfors, directora artística de Cirkus Cirkör en las infinitas posibilidades que entrega el tejido en el arte escénico. “Conocí a Aino, quien teje monumentalmente en el escenario usando un grueso hilo blanco y su propio cuerpo como agujas para tejer. Lo que, hasta ese momento, solo podía ver cerrando mis ojos ahora se convertía en realidad a través de ella”, recuerda la directora.
Así, el tejido se transformó en una obsesión y en un puente que era capaz de desatar cientos de momentos y mixturas artísticas para entregar un sentido social a la performance. La directora se percató del carácter ancestral de esta actividad y de lo cotidiano que suele ser en la generalidad de la población.
”Empecé investigando sobre el tejido. Derrepente todos parecen hacerlo o conocen a alguien que teje. ¿Ha sido siempre este el caso? Grupos de tejido se reunen en cafés, campañas de tejido se toman las noches en la ciudad. Facebook, Youtube, toda la web está llena con movimientos de tejido. Empecé a tener una idea del potencial del tejido como un punto de partida para la performance”, explica Tilde Björfors.
Para los artistas de la compañía, el tejido es visto desde una óptica que va más allá del simple urdir las fibras. Posee un componente manual que vincula el cuerpo con el entorno social: “Hay muchos tejedores increíbles alrededor del mundo que han decidido utilizar su artesanía para trabajar por el cambio. Yo creo en ellos y creo en el hilado. Quiero ser parte del movimiento y encontrar maneras de hacer que suceda”, afirma Aino Ihanainen, artista de la compañía.
El circo como centro del arte
Circus Cirkör es una compañía de artes escénicas nacida en 1995, cuyo primer montaje fue Skapelsen, estrenado en el Water Festival de Estocolmo. Gracias a la investigación artística, el intercambio de experiencias y las colaboraciones interdisciplinarias, han desarrollado un trabajo de fusión en la escena sueca.
La estética y los movimientos se funden en el escenario, rodeados de escenografías con alto impacto visual. El resultado es una dimensión del circo contemporáneo que atrapa al espectador por medio de la plasticidad del elenco. Los artistas son amantes de la disciplina circense, debido a las infinitas posibilidades que éste ofrece.
“Para mí el circo es la forma esencial de arte porque todo encaja en él. Hecho del modo correcto, cualquier cosa puede ser llamado circo, y eso, y lo que eso significa, es lo que hace que el circo sea tan especial para mí”, expresa Alexander Weibel Weibel, artista de la compañía.
Sin embargo, Cirkus Cirkör no sólo realiza espectáculos de nivel mundial, también ha desarrollado un proyecto para acercar a niños, jóvenes y adultos a las técnicas del nuevo circo. A través de cursos, talleres y conferencias buscan vincular al público a una disciplina que se transforma en una herramienta de intervención psicosocial, con el fin de ser un aporte a la comunidad.
”Espero que inspiremos a las personas a ver que nos podemos cuidar a nosotros mismos y a los otros. Vivimos en esta tierra juntos. Mi sentimiento de responsabilidad como un humano y de la libertad como un artista puede informar mi deseo de influir en el mundo de manera positiva”, manifiesta Matleena Line, de Cirkus Cirkör.
