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Hay vida más allá de las series inglesas Preparando el fin de semana largo

Hay vida más allá de las series inglesas

Quiero recomendar algunas series estadounidenses con calidades superlativas (que estoy viendo, o terminé hace poco de ver). De esas que atrapan, tanto o más que Line of Duty (BBC Two), o Broadchurch (ITV), o Wallander (BBC One), o Luther (BBC One), o River (BBC One).


También hay vida más allá de Netflix. Quienes siguen esta columna, saben de mi debilidad por las series del Reino Unido. Las razones, las vengo señalando semana a semana, tanto en mi blog #EnSerie, como en El Mostrador, por lo que no me voy a reiterar (aunque me encantaría). Para demostrar -con hechos- que no soy un british lover, incapaz de ver virtud más allá de las fronteras de la Gran Bretaña, quiero recomendar algunas series estadounidenses con calidades superlativas (que estoy viendo, o terminé hace poco de ver). De esas que atrapan, tanto o más que Line of Duty (BBC Two), o Broadchurch (ITV), o Wallander (BBC One), o Luther (BBC One), o River (BBC One). ¿Se entiende?

Ray Donovan (Showtime).

Estoy a un episodio del final de la cuarta temporada, que en Chile está disponible en HBO. ¡Qué final cardíaco! Sin duda, una serie que ha crecido con los años, con un Liev Schreiber (Ray Donovan) interpretando a un descendiente irlandés, original de los barrios pobres de Boston, cuyos nervios de acero son todavía más duros que los del propio Superman. Su filosofía: de los problemas hay que ocuparse, no preocuparse. Ray, que tiene alta capacidad para trabajar a presión (es el candidato ideal para las pegas del Artes y Letras de El Mercurio), viene a ser un soluciona-todo en el mundo de fantasía del Hollywood californiano, donde las estrellas del Star System van pasteleando por la vida (y vaya que se ven cosas sórdidas y sorprendentes). Donovan, es el brazo armado de una mafia judía de abogados extorsionadores. Un experto en el trabajo sucio. Como todo irlandés cinematográfico, bueno para los combos y el bate de béisbol, que sin embargo, viste impecable chaqueta, relojes de marca, y conduce un Mercedes-Benz. Además, es padre de familia. Esta serie trabaja finamente los estereotipos de raza y religión. En realidad, se ríe de ellos, lo que supone ciertas notas de comedia negra y subversiva, a pesar de ser un drama violento por donde se le mire. Aplausos aparte para Mickey Donovan (Jon Voight), el padre cacho de Ray, que de momento está viviendo su propia redención, y Terry Donovan, el hermano boxeador afectado de parkinson, interpretado magistralmente por el actor inglés Eddie Marsan, un frecuente en la ficción británica, quien ha borrado de su boca el acento londinense. También ha sido un agrado ver a una madura Lisa Bonet (seguro te acuerdas de ella por el innombrable Bill Cosby) como un personaje clave en la historia de este año. El último capítulo se emite el domingo (18 de septiembre). Imperdible. Una de las mejores series gringas vigentes por estos días. Filete primer corte.

The Affair (Showtime).

Uf, The Affair. Otra vez Sho. Es uno de los dramas más refrescantes de los últimos 10 años, algo que de momento, sólo ha sido reconocido por los Golden Globe Awards. Si quieres ver algo nuevo, esta es tu serie. Además, está protagonizada por mi actor fetiche, Dominic West (el viejo y querido Jimmy McNulty, en una de las mejores series de la historia, The Wire), y Ruth Wilson (la entrañable psicópata enamorada del personaje de Idris Elba en Luther). Es decir, una reunión de superclases, que dan vida a una historia de infidelidades y traiciones, a la vez que de pasión y sexo. Noah Solloway (West) y Alison Lockhart (Wilson) son los infieles que inician una incontrolable (por decir algo) relación, en el pequeño pueblo costero de Montauk, en Long Island. Como no puede ser de otra forma, el desastre está a la vuelta de la esquina. Una historia muchas veces contada, que tiene un pequeño agregado: es relatada desde el punto de vista de ambos protagonistas. Por lo tanto, los hechos testimoniados están lejos de ser iguales, lo que le da un matiz psicológico a la historia, recurso que recuerda a Rashômon, de Akira Kurosawa. La categoría de “verdad” está en tensión permanente. De esta forma, los guionistas juegan con el público, enseñándonos a odiar y amar a los personajes. Todo es relativo en The Affair, incluso los más triviales detalles. No hace mucho terminé de ver la segunda temporada, que es tremenda hasta la escena final. En ella se incluyen además, los puntos de vista de los traicionados. Es decir, de los cónyuges de Noah y Allison: Helen Solloway (Maura Tierney) y Cole Lockhart (Joshua Jackson). Como si faltara emoción. The Affair es una pieza maestra que conviene ver, para no quedar fuera de las conversaciones entre los seriéfilos. Absolutamente brillante. La tercera temporada estará disponible en noviembre de este año. Hay tiempo para ponerse al día.

Hap and Leonard (Sundance TV).

Esta serie de seis capítulos está basada en una de las novelas del mismo nombre escritas por Joe R. Lansdale. Ambientada a fines de los 80, y filmada en la norte América profunda (Baton Rouge, Louisiana), Hap and Leonard cuenta la historia de una gran amistad entre Leonard Pine (Michael Kenneth Williams, que interpretó al célebre traficante-justiciero Omar Little en The Wire), un veterano gay de la guerra de Vietnam, y Hap Collins (James Purefoy, el célebre psicópata Joe Carroll en The Following), un hombre de la clase trabajadora, que fue encarcelado como objetor de conciencia por negarse a ir a la guerra. El blanco y el negro, como la gran metáfora de los Estados Unidos. Es una historia de perdedores, de pobreza rural, y de personajes extraños que rayan en lo friki, en un contexto conservador, donde la discriminación sexual estaba más instalada incluso que la racial. Ambos se ven envueltos en la búsqueda de un dinero perdido en el fondo de un río. Es bien sabido que el dinero fácil no existe para la clase baja, y eso en el universo de los relatos significa grandes problemas. Hap and Leonard es más comedia negra que misterio dramático, y en el fondo, es un relato sobre la convivencia y el reencuentro en las propias diferencias. No tiene el vuelo (ni los presupuestos) de las anteriores, pero sin duda que es una buena historia. A ratos muy divertida.

Tres más que recomiendo. The Americans (FX), The Knick (Cinemax), y Outcast (FOX). The Americans, es la historia de unos espías rusos de la KGB, que pasan piola como ciudadanos americanos modelos en la ciudad Washington D.C. Tenso drama que muestra la complejidad de la crianza familiar en medio de la guerra fría, donde definitivamente, es más fácil ser espía ruso que papá o mamá. A la espera de la temporada cuatro, las tres primeras están disponibles en Netflix. The Knick, es un drama sangroso basado en la historia del Hospital Knickerbocker de Nueva York a principios del Siglo XX, cuando los médicos, literalmente, estaban más cerca de ser carniceros que de salvar vidas. Matasano, es una palabra muy adecuada en este contexto. Dirigida por Steven Soderbergh, y protagonizada por Clive Owen, como el drogadicto Dr. Thackery, la serie muestra el lento, aunque inevitable avance de la ciencia médica, en un contexto donde las diferencias de clase y raza no se disimulaban. Mucha sangre, muchas drogas (consideradas fármacos en esa época -cocaína y heroína-), y muchos muertos con los que los médicos entrenaban sus -aveces- locas teorías. El principio de ensayo y error sostiene la trama argumentativa en The Knick. Finalmente, basado en el comic del mismo nombre, Outcast (Fox) es una correcta serie sobrenatural, que muestra las posesiones demoníacas que ocurren en el pueblo de Roma, Virginia. Tiene una estructura dramática más simple que las anteriores, pero es una historia que atrapa hasta el final. Hay muy buenas actuaciones.

En este momento estoy en dos frentes: (i) Terminando de ver Narcos en Netflix, serie que miraba con desdén en el menú de la plataforma web, pero que me ha tapado la boca con la construcción de sus personajes, y la minuciosa filmación que hace de los exteriores. Wagner Moura, es, a pesar de su acento, el mejor Pablo Escobar que he visto. ¡Qué pedazo de actor! Y, (ii) Terminando de traducir los subtítulos en inglés de la miniserie The Secret Agent (BBC One) antes de proceder con el visionado acompañado. No todo es sentarse y ver. También hay que trabajar solidariamente. Pero como se puede observar, siempre vuelvo a lo básico.

Quedan disponibles los datos para preparar el fin de semana que se viene, y evitarnos el palo en la cabeza que significa la Gran Parada Militar 2016 (cuanto dinero gastado inútilmente). Comprometo las reseñas de cada una de las series mencionadas para muy pronto. ¡Salud!

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