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The Night of, la mejor serie de 2016 La temporada deja esta joya, tan o más oscura que el año que se va

The Night of, la mejor serie de 2016

The Night Of es una adaptación de la miniserie llamada Criminal Justice (BBC One) protagonizada por Ben Whishaw (The Hour). Es claro que la larga sombra de la ficción inglesa está presente en su relato. Se trata de un drama cuya amplia y libre atmósfera en las secuencias filmadas en el espacio público, contrasta rabiosamente con el agobio que producen los planos interiores de la cárcel, y el propio tribunal de justicia: oscuro, verdoso y rancio.


O mejor dicho: La mejor serie que vi en 2016. Mientras el mundo daba señales confusas sobre su futuro, por acá vimos series hasta la embriaguez, en un acto de evasión consciente que camufla las culpas provocadas por mirar la pantalla, una de las tantas adicciones posmodernas a las que estamos expuestos. Para contrarrestar los excesos durante este año, propuse algunos análisis que evitaran el lugar común, y valoraran aquellos temas que habitan en los intersticios de los guiones, pero que pasan desapercibidos al lado de una actuación fantástica, o frente a la tensión sexual no resuelta de algún intérprete.

Se sabe. Soy promotor de las “Nordic Noir” y de las series inglesas, especialmente los dramas policiales. Por eso guardo en mi cabeza (y en mi corazón) aquellas escenas soberbias, como las de la tercera temporada de Line of Duty (BBC Two), que trata sobre los abusos en centros de menores (te sonará de algo), y muy especialmente, varias secuencias de River (BBC One) que me tomaron por sorpresa, y literalmente, me volaron la cabeza. Confieso un par de lágrimas visionando alguno de sus episodios. Antes de entrar en materia, necesito mencionar dos perlas que completan mi Top 5: Happy Valley (BBC One) y la mini serie basada en la novela de John Le Carré, The Night Manager (BBC/AMC). Superlativas. Ahí las dejo.

Pues bien. En mi opinión, la mejor serie de 2016, no es inglesa ni sus protagonistas son policías. De hecho es estadounidense (HBO), y si la tenemos que encasillar, está más cerca de ser un drama judicial. Anota: The Night of. Si la viste, felicitaciones. Si no lo has hecho, aún queda 2016 en la agenda. Es un trabajo que entra en la categoría “imperdible-impostergable”. Fiel representante del estilo creativo de HBO, ese dinosaurio de la entretención audiovisual cuyas propuestas envejecen mejor que el vino: The Wire, Deadwood, Treme, The Sopranos, Boardwalk Empire, Generation Kill, y más recientemente, True Detective, por citar ejemplos al voleo. Puro drama.

The Night Of es una adaptación de la miniserie llamada Criminal Justice (BBC One) protagonizada por Ben Whishaw (The Hour). Es claro que la larga sombra de la ficción inglesa está presente en su relato. Me topé con esta serie gracias a la recomendación de mi amigo @soultz, cuyo exigente gusto era más que una garantía. No se equivocó, y hasta diría que se quedó corto. Se trata de un drama cuya amplia y libre atmósfera en las secuencias filmadas en el espacio público, contrasta rabiosamente con el agobio que producen los planos interiores de la cárcel, y el propio tribunal de justicia: oscuro, verdoso y rancio.

No hay un segundo de paz en la vida de Nasir Khan (Riz Ahmed), un estudiante universitario, estadounidense, de origen Pakistaní, acusado del asesinato de una joven que vive en una zona acomodada de Nueva York. Por cierto, Nasir no se acuerda de nada, y toda la evidencia circunstancial lo incrimina. La mesa está servida para descender al infierno de Rikers Island, complejo carcelario ubicado en el Bronx.

Resulta inevitable empatizar con Nasir. De hecho, todos podemos ser Nasir. Bueno, te tiene que tocar el premiado, pero lo cierto es que nadie está libre. El destino se puede torcer a la vuelta de la esquina, y cuando eso sucede, la sociedad se encarga de arrojarte a un laberinto judicial, cuyo fin no es hacer justicia, sino más bien, consolidar su propia preservación como un sistema donde intervienen jueces, fiscales, abogados, policías, forenses, periodistas, guardias carcelarios, reos, entre otros. Aquí, el ego profesional es una motivación trasversal, y de ahí, al egoísmo, hay un pequeño paso. Todos miran sus carreras y la verdad importa poco a la luz de un par de pruebas consistentes. El imputado da lo mismo. La presunción de inocencia es papel mojado. Si The Night of fuera una fábula (que sirva de lección), la moraleja sería: nunca hables con la policía sin un maldito abogado.

Todo lo señalado se amplifica cuando la raza opera en la ecuación. El principio de igualdad ante la ley brilla por su ausencia. A esta altura resulta obvio, pero conviene remarcar: en los Estados Unidos de América hay ciudadanos de primera, segunda, tercera, cuarta, y quinta categoría. De hecho, estadísticamente, tu vida vale menos si eres afrodescendiente. Ni te cuento si eres musulmán, como Nasir. The Night of nos muestra una sociedad hipervigilada, donde el reconocimiento facial y los circuitos cerrados de televisión, reclaman que vivimos -aquí y ahora- un presente peor que el anunciado en la distopía de Orwell.

Todo juega en contra de Nasir. A su lado, solo contará con John Stone (John Turturro), un abogado al que pocos le confiarían un caso de asesinato. Quienes gusten del drama leguleyo, encontrarán aquí un giro dramático de los acontecimientos nunca visto en la ficción americana. El personaje que construye John Tuturro es un deleite, que en nada nos hace añorar a James Gandolfini (The Sopranos), que filmó el piloto, y que aparece en los créditos como productor ejecutivo póstumo. Creo no equivocarme al decir que subirás por las paredes a medida que avances en el visionado de sus ocho episodios. De hecho, odiarás a más de algún personaje.

El 2016 nos deja esta joya, tan o más oscura que el año que se va. Bienvenidos a la era Trump.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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