El Mostrador en la Semanas Musicales de Frutillar
La velada del martes 31 tuvo como protagonista a un joven pianista polaco de 21 años: Szymon Nehring, grande y profundamente sensible que interpretó una impecable Sonata en si bemol de Chopin. Además, las Variaciones en si bemol de Karol Szymanowski, otro compositor polaco que pocas veces tenemos la posibilidad de escuchar en los programas habituales.
Existe una certeza, de la cual no cabe duda tras haber asistido a varias jornadas de las Semanas Musicales de Frutillar: Los músicos jóvenes tienen aquí un escenario inigualable y con ello una posibilidad real de mostrar sus talentos y avanzar en su carreras profesionales.
La joven pianista chilena Tamara Buttinghausen se presentó junto a su profesor y recientemente ganador del premio a la Música Presidente de la República, categoría Música Clásica 2016, Luis Alberto Latorre, en un desafiante programa de piano a cuatro manos.
Buttinghausen es actualmente profesora de este instrumento para niños pequeños en el que los motiva a conocer la música con modernas metodologías. Pero aquí en Frutillar fuimos testigos de su talento y demostró el arduo trabajo con Latorre interpretando a Debussy, a Schumann y deslumbrando a la audiencia con una obra sinfónica provocadora: La Consagracion de la Primavera de Igor Stravinsky en una ejecución perfecta donde nada quedó al azar: ritmos, colores, armonías.
En rigor se trató de un emocionante homenaje a dos figuras que partieron el 2016: Flora Inostroza directora de las Semanas Musicales y Manuel Jiménez, arpista de la Orquesta Sinfónica que falleció literalmente en el escenario el pasado invierno. Latorre destacó la dimensión humana de estas dos personalidades que conoció en profundidad por largos años de su carrera.
Peinadas con coronas trenzadas, muchas violinistas de la orquesta juvenil observaron con admiración al joven cellista bieloruso, de 24 años Ivan Karizna, ganador del último concurso Luis Sigall en Viña del Mar. Uno de los premios del certamen era regresar a Chile y participar en las Semanas Musicales. El joven interpretó un impecable Concierto para cello y orquesta de Schumann. Evidente admiración y atención se produjo en las juveniles cuerdas cuando ejecutó la cadenza. Tras largos aplausos regaló a la audiencia la Suite nº6 de Bach.
La Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil tuvo dos oportunidades de subir al escenario principal del Teatro del Lago. Bajo la batuta del maestro chileno Rodolfo Fischer mostraron un notable progreso que les permitió abordar obras tan complejas como el Concierto para orquesta de Bela Bartok. Sin embargo, es destacable en su programación, la inclusión de la obra de un joven compositor chileno, Tomás Brantmayer, en Plegaria para Orquesta. Esta obra fue estrenada en Concepción con motivo de una convocatoria para jóvenes compositores y Fischer logró incluirla en el repertorio. Con ello abrió un esquivo espacio en las programaciones: las obras de nuestros compositores.
La velada del martes 31 tuvo como protagonista a un joven pianista polaco de 21 años: Szymon Nehring, grande y profundamente sensible que interpretó una impecable Sonata en si bemol de Chopin. Además, las Variaciones en si bemol de Karol Szymanowski, otro compositor polaco que pocas veces tenemos la posibilidad de escuchar en los programas habituales.
Nehring es uno de los pianistas jóvenes más talentosos de Polonia. Participó en los finales del 17o Concurso Internacional de Piano Fryderyk Chopin. Actualmente está estudiando en la Academia de Música en Bydgoszcz con Stefan Wojtas, tras estudiar durante once años en las escuelas nacionales de música en Cracovia.
Entre sus últimos logros se encuentran: Primer premio y 6 premios especiales en el Concurso Internacional de Piano «Halina Czerny-Stefańska, in memoriam” en Poznan (2014) y primer premio en el concurso “Arthur Rubinstein in memoriam” (2014). En el año 2015 participó en el Concurso Internacional de Piano Fryderyk Chopin durante el cual recibió distinción, premio del público y varios premios adicionales, entre los cuales destacan el premio por la sobresaliente creación artística y premio al mérito en la cultura polaca.
En la velada frutillarina, el programa fue ecléctico y variado, del barroco tres Sonatas de Scarlatti, del periodo clásico la Sonata en Fa mayor de Mozart que ejecutó con aplomo, pero sin lugar a dudas nos deslumbró con la ejecución de Chopin. Es en este repertorio donde Nehring pudo volar. Finalizó con el contundente Estudios del op.39 de Rachmaninov.
Sin duda, los jóvenes que vimos en escena darán que hablar en un futuro cercano.
