Crítica teatral
Gregorio padece esta metamorfosis súbitamente y sin explicación evidente ya que se ha transformado en “un monstruoso insecto, un monstruoso insecto”, repite el actor en escena, haciendo eco de su asombro interno pero desdoblándose magistralmente entre narrador-personaje.
El tic-tac incesante de un reloj, un escenario desprovisto de parafernalia e iluminado tenuemente por un foco que perfila y devela los contornos de un cuerpo, los fragmentos del cuerpo de un actor despojado de lo cotidiano y en una disposición de permanente riesgo, son elementos que anuncian la presencia de un montaje poderoso que goza de misterio y de un lenguaje pulcro. “Gregorio Samsa, despertó una mañana, tras un sueño intranquilo, creyendo haberse convertido en un monstruoso insecto”, es el texto que escuchamos en voz del intérprete y que nos remite al relato de 1915 de Franz Kafka.
Variadas interpretaciones surgen al entrar en comunión con esta obra que, gracias a que sus elementos se conjugan armónicamente, nos conmueve y nos insta a preguntarnos sobre los límites entre lo físico y lo espiritual, porque la metamorfosis que experimenta el actor no es meramente formal sino que está enraizada en una transformación que también es emocional y psicológica.
Todas las fotografías de Kathy Ramos
¿Por qué amanecer un día convertido en un monstruoso insecto? ¿Qué nos quiso decir Kafka? ¿Cuánto hay de su vida en la obra? ¿Es solo una metáfora? En primera instancia, sí, ya que en este mundo si no se es útil, si no se “produce” se es un bicho raro y la lectura más evidente es ésa. Sin embargo, el arte de la representación permite que el personaje respire, que se haga carne, y entonces, las acciones físicas que ejecuta el actor, quien representa a Gregorio Samsa, tienen un correlato interior, un pathos a partir del cual emergen y se unen la vida del escritor checo con la del personaje.
Gregorio padece esta metamorfosis súbitamente y sin explicación evidente ya que se ha transformado en “un monstruoso insecto, un monstruoso insecto”, repite el actor en escena, haciendo eco de su asombro interno pero desdoblándose magistralmente entre narrador-personaje. Pero es que tiene algo de exultante sorpresa el cómo brechtianamente, el narrador/actor nos cuenta en tercera persona lo que le ocurre a Gregorio.
La escena en que vemos cómo Gregorio lee la carta de su padre, es verdaderamente agobiante. Es como si nos pudiésemos introducir en la mente del personaje que lee, piensa y siente las abrumadoras palabras de su progenitor: “Indigencia. Indigencia. Hazte cargo de tu familia. Produce”, son algunas expresiones que quedan flotando en el aire y nosotros, atento público, estremecidos, comprendemos la profunda angustia de Gregorio convertido en un insecto.
La Metamorfosis, obra dirigida por Ricardo Gaete y protagonizada por él mismo, es un montaje que acierta en lo que propone y se hace cargo de lo espeluznante que puede llegar a ser una metamorfosis de carne pero también de espíritu. Es una puesta en escena que consta de una poética propia donde el lenguaje corporal rompe los límites de lo físico para proveernos de una experiencia verdadera.
Esta obra es una invitación a pensar lo físico y su lógica interna, es también una apuesta a poner en crisis los dictámenes morales y requerimientos sociales de un mundo en que la razón instrumental lo ha devorado todo, o casi todo, pues aún existen personas que, en contra de lo establecido, luchan silenciosamente por rescatar la belleza que hay en lo humano, lo sublime o el juego libre y gratuito de vivir.
FUNCIONES:
VIERNES Y SÁBADO / 20:00
28, 29 DE JULIO
4, 5, 11 Y 12 DE AGOSTO
Lugar: Escuela Internacional de Mimo Contemporáneo & Teatro Corporal
EscenaFísica CHACABUCO 732-734 METRO QUINTA NORMAL
VALOR: $5000- GRAL Y $3000- ESTUDIANTES
RESERVA DE ENTRADAS
escenafisica@gmail.com
