Dentro de algunos años, quien cruce el Sahara de norte a sur sabrá que ha llegado al final del desierto cuando se tope con un muro de árboles.
Se trata de la «Gran Muralla Verde», un proyecto puesto en marcha en 2007 por 11 países de la región que busca mitigar los efectos del cambio climático y ayudar a los agricultores locales.
Senegal es el país que tiene el proyecto más avanzado y ya empezó a ver resultados.