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El argentino del Banco Central que se debate entre su amor a la economía y la poesía CULTURA

El argentino del Banco Central que se debate entre su amor a la economía y la poesía

La nostalgia, niñez y juventud son los temas de «Meridiano» (Editorial El Español de Shakespeare), el libro de poesía con que acaba de debutar el argentino Diego Saravia (1972).


La nostalgia, niñez y juventud son los temas de «Meridiano» (Editorial El Español de Shakespeare), el libro de poesía con que acaba de debutar el argentino Diego Saravia (1972).

Saravia es economista y dirige la gerencia de investigación del Banco Central de Chile. «El mix de mi profesión con la literatura no es algo común», admite.

«Hace un año aproximadamente estaba revisando mis poemas y llegue a la conclusión que me sentía bastante cómodo leyendo de vuelta a varios de ellos y decidí tratar de publicarlos. Se los mandé a Iván Quezada a quién no conocía personalmente pero tenía muy buenas referencias profesionales para que vea si le interesaban y, bueno, el libro fue publicado en su editorial», cuenta.

Los poetas salteños

Saravia Tamayo nació en Salta, Argentina, y estudió en la Universidad Nacional de Córdoba, la Universidad del CEMA (Buenos Aires) y Universidad de Maryland (Estados Unidos). Vive en Chile desde hace trece años. Ha trabajado como profesor en la Universidad Católica y en los Bancos Centrales de Argentina y Chile. A nivel literario, hasta ahora su experiencia se limitaba a textos de economía.

“Con sus metáforas, busca un nuevo comienzo en la vida justo al llegar a la mitad de ella”, señala la referencia editorial sobre su libro.

A la hora de hablar de influencias, Saravia desea evitar omisiones injustificadas. Sin embargo, si quiere mencionar «a los poetas de los que mamé en mi infancia y juventud en Salta por la alegría que me da recordarlos y releerlos (quizás que por nostalgia) y por ahí no se los recuerda mucho ni siquiera en Argentina. Me refiero, por ejemplo, a Juan Carlos Dávalos, a Jaime Dávalos, a Manuel Castilla a Regen, entre otros».

Poeta y economista

Saravia cuenta que desde muy chico que tiene una relación con la literatura como lector.

«Con la poesía, tengo recuerdos de la infancia recitando poemas de los autores salteños que mencioné antes que nos hacía leer mi abuelo materno. Durante mi adolescencia y juventud, claramente amplié el universo de autores. Luego con mi dedicación completa al estudio de la economía, especialmente en el doctorado, la dejé un poco de lado, pero siempre seguí leyendo. Quizás tenía cubierto el desafío intelectual escribiendo en economía», expresa.

¿Cómo compatibiliza su labor de economista con la de poeta?

«Por lo menos en mi caso, la escritura de un poema en sí no me lleva mucho tiempo de un día», responde. «Lo que lleva mucho tiempo es un tema dando vuelta en la cabeza. Cuando creo que es tiempo de escribirlo, lo escribo y después queda ahí. A veces sale limpio y otras veces le doy muchas vueltas pero extendidas en el tiempo. Y sí, a veces, me han visto levantarme a media noche a escribir algo o los fines de semana o en las vacaciones, etc».

«Pero son dos cosas que me apasionan. La economía y la literatura, y este es mi primera publicación literaria», concluye.

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