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Pew Charitable Trusts: el millonario fondo en dólares que desembarcaría en Chile para proteger la Patagonia CULTURA

Pew Charitable Trusts: el millonario fondo en dólares que desembarcaría en Chile para proteger la Patagonia

Pew es una entidad estadounidense sin fines de lucro que impulsa una alianza público-privada y ya posee iniciativas similares en el resto del mundo. En estos últimos días, Tom Dillon, vicepresidente de Medioambiente Internacional, se reunió con Piñera para debatir la propuesta, que tendría un plazo de 20 años. «Chile es conocido por la conservación, como lo muestran los recientes anuncios de los parques marinos, pero al mismo tiempo es de los países que menos invierte por hectárea en protección de la naturaleza», destaca Dillon.


Un proyecto para fortalecer la protección del medio ambiente y valorizar la Patagonia chilena como recurso económico, estudia actualmente un fondo benéfico de Estados Unidos.

Esta semana, Tom Dillon, vicepresidente de Medioambiente Internacional en Pew Charitable Trusts, una entidad estadounidense sin fines de lucro, se reunió, junto a Kristine Tompkins, con el presidente Sebastián Piñera y la ministra del Medio Ambiente, Marcela Cubillos, para debatir el proyecto. El norteamericano señaló a El Mostrador que la idea tuvo una positiva acogida.

Aunque Dillon no puede dar cifras, actualmente la organización genera varios proyectos similares en el mundo, siempre en asociación con el respectivo Estado. Entre ellos, hay uno en Bután por US$50 millones y otro en Brasil por US$220 millones. Allí, por cada dólar de inversión privada, el Estado pone dos o tres.

«Actualmente estamos en la fase de estudio. No decimos cien por ciento que se va a hacer, pero tiene buenas perspectivas. Es una buena idea, las condiciones existentes también. Soy optimista», detalló Dillon.

Dillon (primero de la izquierda) en la reunión con Piñera.

Compromiso estatal

El proyecto, en fase de estudio, arrancaría en el 2020, a realizarse en un plazo de 20 años.

En estos dos años se realizaría el estudio de factibilidad, una serie de encuentros con autoridades, ONGs, empresarios y comunidades, además de los donantes, para llegar a un acuerdo sobre la iniciativa. Esto incluye una serie de compromisos de parte del Estado.

De llegar a buen puerto el diálogo, se establecería un fondo en Chile, con un directorio que incluiría a miembros de varias organizaciones para administrar los recursos destinados a los parques y las comunidades, como personalidades académicas, empresariales y sociales. Asimismo, se fijarían metas a cumplir. Anualmente se evaluaría la continuidad del proyecto, sobre la base de si el Estado cumple sus obligaciones.

[cita tipo=»destaque»]»La Patagonia, por ejemplo, es un gran bien económico. Es una de las áreas naturales más espectaculares del mundo, de alto valor biológico y turístico, pero actualmente no se está explotando plenamente su valor económico. Un mejor manejo de los 17 parques nacionales puede cuidar la naturaleza y hacerlos fungir como imanes económicos para el desarrollo de las comunidades locales, que actualmente no se benefician del lugar» por falta de infraestructura, equipamiento, formación y otros.[/cita]

Estas podrían incluir, por ejemplo, contratar cierta cantidad de guardaparques, aumentar los ingresos de los parques mediante el cobro de entradas, concesiones y presupuesto gubernamental; el establecimiento de políticas para asegurar el cumplimiento de los compromisos; el cumplimiento de metas ambientales; y, también, la creación de puestos de trabajos por pymes a partir de un turismo sustentable.

«Es un sistema basado en incentivos», sintetiza. «La idea es hacer que el Estado cumpla con sus obligaciones y no espere cincuenta años», agrega.

Los dineros son parte de una donación, ya que actualmente en Chile, como destaca Pew, la inversión con fines medioambientales –a diferencia de lo que ocurre con la cultura, por ejemplo– no posee incentivos tributarios, sino todo lo contrario.

Tom Dillon.

Conservación y capitalismo

Dillon estudió literatura en la Universidad de Lehigh y tiene un magíster en estudios medioambientales de la Universidad de Yale. Antes de trabajar en Pew, fue durante 10 años vicepresidente senior de World Wildlife Found (WWF).

«Desde niño me preocupó el impacto del ser humano en la naturaleza», explica. «Sobre todo porque ese impacto se devuelve y afecta a los seres humanos», dice.

De niño vivió en Malasia y lo impresionó profundamente ver allí la deforestación de los bosques para fines agrícolas. «Me preguntaba cómo hacer menos destructivo el avance económico».

Él es un convencido de que capitalismo y medio ambiente no son antagónicos.

«La Patagonia, por ejemplo, es un gran bien económico. Es una de las áreas naturales más espectaculares del mundo, de alto valor biológico y turístico, pero actualmente no se está explotando plenamente su valor económico. Un mejor manejo de los 17 parques nacionales puede cuidar la naturaleza y hacerlos fungir como imanes económicos para el desarrollo de las comunidades locales, que actualmente no se benefician del lugar» por falta de infraestructura, equipamiento, formación y otros.

El proyecto de Pew apunta justamente en esa dirección.

Parques «de papel»

Actualmente en Chile muchos parques naturales son «de papel», pues, aunque existen formalmente, no poseen personal que los supervise o es insuficiente, y donde tampoco hay «vitalidad económica».

Esto se debe a que –según Dillon– en Chile, al igual que en el resto del planeta, el apoyo estatal es insuficiente. Actualmente la inversión necesaria en el mundo en desarrollo en este rubro corresponde a los US$3 mil millones, pero apenas alcanza a un tercio. Proyectos como este se enfocan en llenar este vacío.

«El fondo permitiría tener más gente trabajando en estas áreas, darles el equipo que necesitan y una infraestructura que facilite la visita del lugar», detalla.

Sin embargo, todo está condicionado a una alianza público-privada, donde aumentaría la inversión de los particulares con la condición de que el Estado haga lo mismo. «Tiene que haber un mayor compromiso del Estado chileno con estas áreas», plantea.

Dillon además está convencido de que el proyecto podría ser un modelo para el resto del mundo.

Elección de Chile

La elección de Chile para el proyecto se debe, entre otros factores, a que la Patagonia es un lugar icónico. También por la donación de parques que realizó la Fundación Tompkins en 2017 al Estado chileno, unas 400 mil hectáreas, los cuales deben ser administradas.

«Chile también es conocido internacionalmente por sus altos estándares de transparencia y el Estado de derecho, y eso es muy importante para este tipo de iniciativa. Además tiene una sociedad civil fuerte, que puede participar», afirma.

Dillon destaca que todos estos factores son importantes al momento de atraer donantes, no solo para que financien la iniciativa sino también para que confíen en él.

Otro elemento importante es que, aunque en Chile el 90% de la superficie de los parques nacionales está en la Patagonia, solo reciben un sexto del presupuesto, donde se invierte apenas un dólar por hectárea.

«Hay que hacer algo para cambiar eso, y hacerlo rápido», remata.

«Chile es conocido por la conservación, como lo muestran los recientes anuncios de los parques marinos, pero al mismo tiempo es de los países que menos invierte por hectárea en protección de la naturaleza», destaca. «Aunque es un país relativamente rico, puede hacer mucho más y debería», concluye.

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