CULTURA|OPINIÓN
La mayoría de las obras arquitectónicas destinadas al arte –museos, centros culturales y galerías- están concentradas en el sector centro-oriente de Santiago. El CNACC rompe con este escenario, desplazando los límites en los que quedaba circunscrito el acceso al arte.
Hace unos días El Mostrador publicó el artículo Centro Nacional de Arte Contemporáneo de Cerrillos: un lugar donde no penan ni las ánimas. En él se pone acento en tres ideas: 1) la mayoría de las muestras exhibidas han sido gestionadas externamente, 2) las visitas, aunque han aumentado, están muy por debajo de las que reciben otros centros de arte y museos, y 3) su ubicación está en medio de terrenos con alta especulación inmobiliaria, lo que atenta contra un proyecto cultural propio.
Frente a esta demoledora opinión quisiéramos aportar nuevos elementos que amplían el análisis y valorizan la existencia del Centro Nacional de Arte Contemporáneo de Cerrillos (CNACC). Nuestros postulados se fundan en los resultados del proyecto “El lugar del arte contemporáneo en Santiago de Chile” que estudia, entre otros, este Centro.
[cita tipo=»destaque»]Si bien aún quedan aspectos a mejorar, podemos afirmar que el Centro Nacional de Arte Contemporáneo de Cerrillos empieza a operar como un motor de transformación, rehabilitación y restructuración sociocultural de un sector, hasta ahora, desvalorizado de la ciudad.[/cita]
La mayoría de las obras arquitectónicas destinadas al arte –museos, centros culturales y galerías- están concentradas en el sector centro-oriente de Santiago. El CNACC rompe con este escenario, desplazando los límites en los que quedaba circunscrito el acceso al arte. Ubicado en la comuna de Cerrillos caracterizada por la presencia de viviendas sociales, con una población más bien industrial que residencial, lo hace comparable con otros museos y centros de arte contemporáneo que se han instalado en zonas descuidadas social, ambiental y culturalmente, propendiendo a su rehabilitación, como el Centro G. Pompidou (París) y el Guggenheim (Bilbao).
Los resultados de nuestra investigación señalan que el CNACC cuenta con características que favorecen esta situación:
Existe una red de conectividad que permite el acceso en bicicleta, transporte público (buses y metro) y vehículos particulares que promueve y agiliza las visitas desde distintos sectores, en una ciudad altamente segmentada en términos sociales, culturales y económicos.
Los elementos arquitectónicos del antiguo aeropuerto ayudan a su legibilidad. La torre de control, el volumen circular y el mural de los Cóndores, activan la memoria histórica y potencian la identidad comunal.
El equipo liderado por Beatriz Salinas impulsó actividades de mediación que convocaron a público de distintos lugares de la ciudad.
La remodelación del CNACC consideró dos accesos principales e incluyó la instalación de rampas y un ascensor al interior que facilitan el ingreso de personas con movilidad reducida.
La distribución interior del Centro permite un recorrido fluido de los visitantes, por las distintas salas.
Por último, cuenta con un espacio flexible que permite la instalación de diferentes tipos de obras que pueden exhibirse tanto en el interior como en las plazas aledañas, favoreciendo la conexión del Centro con el barrio.
Si bien aún quedan aspectos a mejorar, podemos afirmar que el Centro Nacional de Arte Contemporáneo de Cerrillos empieza a operar como un motor de transformación, rehabilitación y restructuración sociocultural de un sector, hasta ahora, desvalorizado de la ciudad.
Laura Gallardo, académica Universidad de Chile. María Isabel Toledo y Consuelo Figueroa, académicas Universidad Diego Portales. Equipo proyecto FONDECYT n°11170140.
