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Festival de música de Portillo impulsa carreras de jóvenes instrumentistas CULTURA

Festival de música de Portillo impulsa carreras de jóvenes instrumentistas

Aprendizajes intensos, colectivos y en cortos períodos de tiempo aportan nuevas herramientas a músicos jóvenes, quienes están comenzando sus carreras. El crecimiento de los festivales a través de Latinoamérica y el mundo muestra el valor de estas instancias como experiencias educativas.


Progresar en una carrera musical puede ser un gran desafío, sobre todo si no se cuenta con una educación de calidad y constante. Por esta y otras razones los festivales de música se han posicionado como una gran oportunidad para generar grandes crecimientos en poco tiempo. Este ha sido del caso del Festival Internacional de Música Portillo, que termina este martes tras diez días.

En una semana, músicos de distintos orígenes se han reunido para compartir conocimientos, ensayar juntos y aprender los unos de los otros. Experiencias como esta, de educación colectiva e intensiva, muchas veces superan el potencial que podrían tener clases individuales, destacan los organizadores.

Eugenio Urrutia, destacado pianista chileno, fue parte del Festival Internacional de Música Portillo, instancia que reúne a jóvenes músicos latinoamericanos en diez días de intensos aprendizajes. Durante esta semana, acompañó a profesores y alumnos en sus recitales, además de dar un gran concierto este sábado frente a los asistentes del festival y huéspedes del Hotel Portillo. Urrutia, quien ha pasado más de 25 años de carrera en Estados Unidos, conoce la importancia de la educación en el mundo de la música.

“A veces puede ser mucho más productivo participar en un festival con este tipo de intensidad, porque el nivel de los profesores realza el trabajo del estudiante. Son chicos que aprenden muchísimo y el resto del año van aplicando, procesando todo lo que han aprendido en sus clases cotidianas”, comenta Urrutia.

En este caso, destaca a los profesores de cuerdas y de vientos que, con una amplia experiencia internacional, comparten con los estudiantes y les entregan nuevas herramientas.

“Aquí pueden aprender de grandes maestros, como el American String Quartet, quienes por lo general no tocan con otros cuartetos ni forman a muchos alumnos. Tocar con ellos en la orquesta, compartir el atril, que ellos sean sus jefes de fila, es algo realmente inolvidable, un aporte muy valioso”, explica Urrutia.

De esta manera, muchos músicos jóvenes entran al circuito de festivales en toda Latinoamérica, donde tienen la oportunidad de aprender tanto de colegas como de grandes maestros y mejorar, en pocos días, tanto su técnica como su proyección musical.

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