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Controversia por concesión en Parque Siete Tazas que terminó con cierre por falta de agua CULTURA

Controversia por concesión en Parque Siete Tazas que terminó con cierre por falta de agua

Marco Fajardo
Por : Marco Fajardo Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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En 2018, el Ministerio de Bienes Nacionales, bajo Felipe Ward, concesionó la administración del Parque Nacional Radal Siete Tazas a una entidad municipal y otra privada. Aunque hasta ahora no es posible establecer un vínculo directo entre la falta de agua y la concesión, entidades ecologistas como Modatima aseguran que el cierre del parque obedece a razones multidimensionales, en que influye el desvío de cauces y la baja precipitación sólida, ya que la zona incluye tres volcanes con más de 3.700 metros de altura. La comunidad científica, por su parte, afirma que la realidad hídrica del lugar es grave, y que los caudales de los ríos han descendido a niveles no registrados. Sin embargo, la situación no es nueva. Ya en 2017, Conaf advirtió que una larga sequía en la zona central del país, causada por el cambio climático, afectaba a los parques nacionales.


Controversia causó el reciente cierre decretado por la Conaf de un sector del Parque Siete Tazas, en la Región del Maule, debido al bajo caudal de un río local.

Esto, debido a que en 2018 una zona de uso público del parque fue concesionada a una empresa privada por el Ministerio de Bienes Nacionales, según informó en su momento el entonces titular de la cartera, Felipe Ward. En su momento la medida causó preocupación entre ecologistas y empresarios de la zona.

Los científicos señalan que la realidad hídrica del lugar es grave y que los caudales de los ríos han descendido a niveles no registrados. Sin embargo, la situación no es nueva. Ya en 2017, Conaf advirtió que una larga sequía en la zona central del país, causada por el cambio climático, afectaba a los parques nacionales.

Imagen del salto de La Leona del Parque Siete Tazas de 2017 . Crédito: Conaf.

Concesión

La unidad Radal Siete Tazas está ubicada en la Región del Maule, provincia de Curicó, comuna de Molina. Fue creada, en su nueva categoría de parque nacional, el 27 de marzo de 2008.

En una entrevista con Emol, Ward señaló que se había otorgado la concesión a dos entidades, «la corporación de turismo de la Municipalidad de Molina y un organismo local de empresarios que se llama Valdokko, por un plazo de 10 y 25 años, respectivamente».

Específicamente, según indicó el ministerio a este medio, mediante una licitación dicha cartera concesionó 29 hectáreas (0,7%) de las 4.138 hectáreas del Parque Nacional Radal Siete Tazas, que corresponden al sector de El Radal (2,75 hectáreas por 10 años) y sector de Siete Tazas, el Parque Inglés y El Bolsón (26,65 hectáreas por 25 años).

Ambas significan el 0,5 % de la superficie total del parque, según Conaf.

Eduardo Hernández, dueño de Valdokko, informó en ese momento que iba a invertir 350 millones de pesos en los primeros cinco años para mejorar el sistema de aguas servidas que van directamente al río y la iluminación, junto a la construcción de seis cabañas sustentables e inclusivas, además de un restaurante ecolológico.

Clausura por sequía

Sin embargo, en febrero Conaf informó que cerraba temporalmente, desde el 7 de febrero de 2020, el sector del salto de La Leona, «para evitar riesgos a la salud de visitantes, debido al bajo caudal del río Claro, que no permite el recambio del agua de la poza».

El salto La Leona incluye un sendero de 1.200 metros, de dos horas de recorrido, que muestra «la espectacularidad de las Siete Tazas y que luego alcanza a uno de los grandes saltos de agua», según información oficial de la entidad.

La medida, de acuerdo a lo informado por el director regional de Conaf, Marcelo Mena, responde a la falta de agua en estos sectores, buscándose asimismo “el resguardo de los visitantes, como también el disminuir el riesgo de incendios forestales, especialmente ahora cuando nos encontramos con alerta temprana preventiva en la región”.

El Parque Nacional Radal Siete Tazas tiene el área de camping concesionada, por lo tanto, se debe consultar directamente a la empresa sobre la capacidad y los servicios disponibles, añadió Conaf.

Descartan vínculo

Mena, asimismo, descartó cualquier relación entre la concesión y la clausura por falta de agua.

«En cuanto a la disponibilidad de agua en esta unidad, como ya es sabido nuestro país y en particular la zona central de Chile, presenta una sequía prolongada que nos afecta desde el año 2008 aproximadamente. Esto ha impactado sin lugar a dudas la mayoría de las unidades de la Región del Maule y en mayor medida aquellas ubicadas en la precordillera», puntualizó.

Añadió que el Parque Nacional Radal Siete Tazas ha visto afectado el caudal del río, producto que el agua caída en forma de nieve se derritió antes de lo normal (a partir de noviembre), dado que las temperaturas aumentaron considerablemente en diciembre de 2019. Por ello que las reservas con las que dicho río mantiene su caudal hasta el fin de la temporada estival, se derritieron y a principios de enero de 2020 ya no había nieve en la alta cordillera. Es por ello que el salto de La Leona hoy no presenta agua.

«Por lo tanto, no es efectivo que por motivos del uso público en estas concesiones de servicios de camping, hoy estamos sin agua en dicha unidad. A modo de ejemplo, Conaf hace más de 20 años que manejó los mismos servicios que hoy entregan los concesionarios, ocupando los mismos recursos», remató.

Esta misma versión es apoyada por Bienes Nacionales, que «respalda y valora las medidas adoptadas» por la entidad.

Desvío de cauces

Sin embargo, para el Movimiento de Defensa del Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (Modatima), las causas del cierre del parque son multidimensionales.

Entre otros factores, incluyen el desvío de cauces y la baja precipitación sólida, ya que la zona incluye tres volcanes con más de 3.700 metros de altura.

El desvío de cauce en la zona no es algo nuevo. Ya en 2012, la Fiscalía investigó a un empresario local por desviar agua justamente del río Claro, el mismo afectado ahora, hacia su fundo particular, según denunciaron ambientalistas de la zona, aunque la denuncia fue desechada por el Ministerio Público.

Asimismo, en 2017 vecinos de la zona realizaron otra denuncia, esta vez contra la empresa eléctrica italiana Electrade, por comprar los derechos de agua del mismo río con el fin de construir una hidroeléctrica.

Electrade es dueña de dos hidroeléctricas en la zona, Montaña 1 (inaugurada en 2016) y Montaña 2 (2017), ambas en la comuna de Teno, en la misma Región del Maule, que usan aguas de tres esteros de la zona: Los Capados, El Sauce y La Corte.

Conflictos de interés

«Es evidente que concesionar bienes nacionales de uso público permite que existan conflictos de interés e intenciones perversas», alerta el ingeniero hidráulico Diego Soto, de Modatima.

Esto, sobre todo porque «cercana a la zona existe industria forestal, se encuentra la central hidroeléctrica Colbún y aguas abajo el agronegocio», agrega.

En este sentido, subraya que, coincidentemente, la empresa agropecuaria Wapri (Walker Prieto) y las agrícolas asociadas al ministro de Agricultura, Antonio Walker, se encuentran en la Región del Maule. El mismo ministerio del cual depende la Conaf.

Dudas de científicos

Fernando Santibáñez, ingeniero agrónomo y docente de la Universidad de Chile, sin embargo, saluda las concesiones porque, a su juicio, la conservación del patrimonio natural necesita urgentemente apalancar recursos.

«Esos recursos no llegan cuando se pone a competir la conservación con la salud, la educación o las pensiones. Por lo anterior, me parece una buena estrategia atraer capital privado para hacer las mejoras a cambio de una oportunidad de negocio, siempre que la cancha esté bien rayada», matiza.

En su opinión, se debe asegurar la ausencia de impactos negativos, así como la obligación de invertir en mejoras de conservación.

«Con las demandas sociales, el Estado no puede asegurar una buena gestión de nuestro patrimonio natural. Eso ya se aprecia en la falta de inversión, falta de fiscalización y escasas mejoras que afectan a nuestros parques nacionales. Importante es que las concesiones estén sujetas a fiscalización permanente por parte del Estado y que tengan límite en el número y tipo de servicios que ofrecen, para no aumentar la presión humana en nuestros parques. Las condiciones debieran ser conocidas y aceptadas por las comunidades locales».

Lo cierto es que la situación hídrica en la Región del Maule es muy seria y los caudales de las cuencas han disminuido a niveles casi ausentes en la estadística. Así lo señala Pablo Álvarez, académico del Departamento de Agronomía de la Universidad de La Serena.

«La disponibilidad es tan baja que no permite ni siquiera la operación de estos lugares turísticos y de reserva. Es peligroso, porque las personas que visitan se exponen a condiciones propicias para los incendios y, dado que no hay agua, literalmente se hace muy difícil proteger a las personas y la flora y fauna», recalca.

Él cree que la concesión no influye en el tema de la sequía.

«Otra cosa es la situación de los derechos de agua y al administración de los ríos en esta condición tan crítica», concluye.

 

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