“Las páginas que siguen son un esfuerzo blasfematorio destinado a construir un irónico mito político fiel al feminismo, al socialismo y al materialismo”. Con esta afirmación, Donna Haraway, comienza su Manifiesto Cyborg, ensayo escrito en los años 80, que es una apuesta por deshacer categorías binarias como mente-cuerpo, hombre-mujer y todo tipo de dualismos que se han impuesto como lo “universal” o lo esencial. Su apuesta está encaminada a pensar la política como ficción y para esto la figura del cyborg es una forma de trascender el esencialismo histórico mediante una criatura en un mundo post-genérico. Dicho esencialismo además de sus componentes binarios, está representado por una historia donde el “Hombre”, su autonomía y racionalidad no son más que una construcción de un devenir que ha coartado la incidencia política de los oprimidos o los “otros”. En este capítulo de Filosofía y encierro, María José Quesada y Sara Oportus, comentan el ensayo de Donna Haraway para poder reflexionar en torno a esta política de la ficción que presenta la imagen del cyborg que, en tanto híbrido de máquina y ser humano, rompe con los límites y asienta la posibilidad de emancipación. Pensar desde la parcialidad y no desde la totalidad es una invitación al reconocimiento de otras corporalidades no binarias que constituyen nuevas subjetividades y que actualmente, tres decenios después, siguen siendo un tema relevante en términos políticos y filosóficos.
