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Hans Posse: el curador del arte robado de Hitler CULTURA Foto de archivo de Hans Posse (izquierda). (DW)

Hans Posse: el curador del arte robado de Hitler

En su calidad de comprador jefe nombrado por Adolf Hitler, el curador Hans Posse adquirió en los países ocupados por los nazis arte robado para el Museo del Führer. Ahora, sus diarios de viaje fueron publicados online.


A partir de julio de 1939, el director de museo Hans Posse tuvo una misión secreta: Hitler personalmente lo había nombrado «encargado especial» para el Museo del Führer, que se planeaba construir en Linz.

El cinco de julio comenzó el viaje de inspección de Posse. En el edificio del Führer, en Múnich, seleccionó los primeros cuadros para el nuevo museo. Después viajó a la ciudad austriaca de Linz, donde se reunió con los líderes locales. Cada detalle de sus viajes y adquisiciones de arte fueron apuntados meticulosamente en una libreta que solía llevar consigo.

«Hitler le había concedido amplias facultades», dice Susanna Brogi, directora del Archivo Alemán de Arte de Núremberg, donde se conservan y fueron analizados los diarios de viaje. «Posse sabía moverse en el mundo de los museos. Conoció personalmente a la élite nacionalsocialista», agrega.

El comprador jefe de arte de Hitler

El diez de julio de 1939 prosiguió su viaje a Viena, donde visitó el depósito central de arte confiscado a propietarios judíos. En 1938, inmediatamente después de la anexión de Austria al Imperio Alemán, las autoridades nacionalsocialistas habían confiscado miles de obras de arte.

En sus libretas anotó todos sus gastos. La Cancillería del Reich, en Berlín, pagó, por ejemplo, sus viajes en tren, invitaciones a socios, boletos de entrada a exposiciones y propinas. En su calidad de comprador jefe, Hans Posse se alojaba en los mejores hoteles de Europa.

Entre julio de 1939 y otoño de 1942, Posse llevó meticulosamente la contabilidad de sus viajes. Durante tres años, cinco de sus libretas y un diario de trabajo fueron estudiados y analizados por un equipo de investigación del Museo Nacional Germano: una documentación histórica que ahora está disponible en línea. Asimismo, la publicación online es una importante fuente para investigar el arte robado por los nazis.

Arte «degenerado»

Posse parecía ser el hombre indicado para hacer realidad el sueño de Hitler de convertirse en un gran mecenas del arte. A los 31 años, en 1910, tras concluir la carrera de historia del arte, Posse fue nombrado director de la Galería de Pinturas de los Maestros Antiguos, en Dresde. El joven ambicioso rápidamente amplió la colección, impulsó el arte moderno y fomentó a artistas como Oskar Kokoschka. En 1922, expuso en el pabellón alemán de la bienal de Venecia obras de artistas despreciados por la política conservadora.

Pese al acoso público masivo por parte de las autoridades locales nacionalsocialistas no dejó de exponer obras de artistas que más tarde serían calificados de degenerados por los nazis. De ahí que no dejara de sorprender que Hitler eligiera precisamente a Posse como emisario para la compra de colecciones para el planeado Museo del Führer.

En la mira: colecciones de arte judías

Durante tres años, entre 1939 y 1942, Posse viajó por los países ocupados por los nazis. Según su criterio, los museos alemanes adquirieron valiosos cuadros y esculturas, así como colecciones de porcelana, cuenta Birgit Schwarz, historiadora del arte, a DW.

Tan solo en el depósito central en Viena fueron almacenados tesoros de arte por un valor de varios millones: eran obras robadas y confiscadas a familias judías de renombre como Rothschild, Gutmann, Pollak y Wolf. Hans Posse anotó cada detalle. Sus apuntes son un documento clave sobre el arte robado por los nazis, dice Schwarz.

Documentos clave

A partir de 1938, los comerciantes de arte y galeristas judíos tenían prohibido ejercer su profesión. Muchos se vieron obligados a huir al extranjero. Sus colecciones fueron liquidadas y «arizadas». Tan solo el fisco nacionalsocialista subastó 16.558 obras de arte. También Posse aprovechó esa oferta. Sin embargo, también compró arte de origen europeo no judío.

Por orden de Hitler, viajó a Venecia, Florencia, París, Varsovia y Cracovia para adquirir cuadros históricos: obras maestras de Tiziano, Rafael, Canaletto, Rubens, Rembrandt, Van Dyk.

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, en mayo de 1945, las tropas aliadas transportarían gran parte de estas obras a Múnich.

En 1942, Hans Posse murió de cáncer. Solo por casualidad sus diarios de viaje privados fueron descubiertos en los años 80. Ahora, todos los documentos han sido digitalizados y están disponibles en Internet: una fuente importante, no solo para historiadores del arte e investigadores de procedencia de arte.

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