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Galería CIMA: el valor histórico de un registro visual ininterrumpido desde el estallido a vísperas del plebiscito CULTURA Captura de pantalla #LaMarchaMasGrandeDeChile | Día Completo. Galería CIMA

Galería CIMA: el valor histórico de un registro visual ininterrumpido desde el estallido a vísperas del plebiscito

Desde el edificio en que se ubican, han transmitido a través de YouTube de forma ininterrumpida lo que ocurre en la Plaza Italia desde el estallido social. Han sufrido de todo: desde que se «cuelguen» de su señal los canales de televisión tradicionales hasta amedrentamientos de Carabineros de Chile y censura incluida. «Vemos este proyecto con mucha esperanza. Sentimos que realmente hemos podido aportar desde nuestro lugar, desde nuestra trinchera, desde el arte, desde la cultura. Desde la visibilización sentimos que nuestro propósito y nuestro rol ha tomado muchísima mayor relevancia que antes del 18 de octubre, porque si bien nosotros teníamos este espacio que abríamos a la comunidad de manera gratuita para actividades culturales, musicales, artísticas, ahora hemos podido llegar a muchísima más gente y aportar de manera activa a las demandas sociales», explica su directora, Trinidad Lopetegui. Esta semana Galería Cima lanza una convocatoria para que artistas y creadores audiovisuales puedan trabajar a través de su material de archivo propuestas audiovisuales, como videoensayos, videoarte, videos experimentales y documentales.


Así como el estallido social, que partió el 18 de octubre del año pasado, tuvo como uno de sus principales epicentros a Plaza Italia, bautizada por la ciudadanía por entonces como Plaza de la Dignidad, a un año de aquel evento ese mismo espacio tiene a la Galería Cima –ubicada en lo alto de un edificio entre las calles Merced y Alameda– como su núcleo indivisible a aquel espacio artístico que, de forma ininterrumpida, ha registrado cada una de las concentraciones allí realizadas.

Como si fueran representantes del ciudadano común, los responsables de la cámara de la Galería Cima se han convertido en garantía de confianza, lejos de los canales de televisión y sus imágenes editadas, los que –sin embargo –no han trepidado en apropiarse de las mismas cuando se ha hecho necesario, tal como ocurrió el 25 de octubre pasado, cuando más de un millón de personas exigieron cambios profundos.

Fue justamente el día anterior a esa fecha cuando comenzó el registro, tal como se puede ver en su canal de YouTube. La directora de Galería CIMA, Trinidad Lopetegui, recuerda que los días anteriores estuvieron transmitiendo, pero a través de Instagram Live, y luego se demoraron un par de días en sacar sus cámaras, que estaban al interior de la Galería, para instalarlas afuera en la terraza.

Toda la logística que eso implicó fue compleja, explicó, «porque nosotros no éramos un equipo que tuviera esos conocimientos, así que fuimos investigando, pidiendo ayuda y consejos y probando hasta que se logró, el 24, ya estar al aire».

Una acción espontánea

En aquel momento, el estallido ya llevaba una semana de duración. Santiago vivía una agitación continua, que también se había extendido a regiones.

El Presidente, Sebastián Piñera, había decretado el estado de emergencia y había un toque de queda, cuyo horario se informaba el mismo día por la tarde. La gente salía temprano a sus hogares, igual que los estudiantes, el metro funcionaba solo en algunas líneas y estaciones tras la quema de varias de ellas, reinaban la incertidumbre y la protesta diaria, también en la Plaza Italia. Fue en ese contexto que comenzó la filmación de Galería Cima.

«Básicamente esto surgió como una acción espontánea al movimiento, porque al estar ahí teniendo esa perspectiva tan privilegiada, todo se veía de una manera muy impactante y nos interesaba poder compartir eso con la gente», explica Lopetegui. «La verdad es que no dimensionamos, en ningún momento, el alcance que esto tendría y lo que se generaría después».

Añade que la acción partió con la intención de aportar desde este espacio para visibilizar lo que estaba sucediendo «y bueno, con el tiempo nos fuimos dando cuenta que la prensa tradicional desinformaba todo lo que estaba aconteciendo, o sea, ponía el foco en acciones más violentas en lugar de mostrar las manifestaciones o las acciones más culturales, por ejemplo».

Cuando se «colgó» Canal 13

Fue esa «prensa tradicional», específicamente Canal 13, la que el viernes 25 de octubre con la concentración de más de un millón de personas en Providencia y la Alameda, se «colgó» de la señal de Galería Cima, sin su autorización, para el registro de lo que estaba sucediendo en el lugar.

«Denunciamos en vivo a Canal 13, que estaba usando nuestras imágenes, pero varios canales utilizaron nuestra señal sin autorización y se colgaron de ella», critica Lopetegui.

Algunos también los contactaron para solicitar el arriendo de su espacio para instalar sus equipos periodísticos, a lo que los miembros de Galería Cima se negaron, porque «muchos medios desinformaban o descontextualizan y a nosotros no nos parecía ético tenerlos en nuestro espacio».

Captura de pantalla video #LaMarchaMasGrandeDeChile | Día Completo. Galería CIMA

«Es por eso que decidimos abrir el espacio a fotógrafos independientes, documentalistas, artistas para que pudiesen registrar lo que estaba sucediendo y prensa independiente también», rememora.

«Nos parece un hecho reprochable que usen nuestras imágenes de esa manera, sin autorización y a pesar de haberla solicitado y de que nosotros nos negamos a facilitarlas, ellos las transmitieron de igual manera, faltándonos el respeto y, además, usando sin autorización un material que tiene propiedad intelectual y derechos de autor. Nosotros por supuesto tomamos acciones legales y estamos en eso actualmente», advierte.

Problemas técnicos

La tarea de transmitir no ha sido sencilla y Lopetegui comenta que han enfrentado bastantes temas técnicos. Uno de ellos surgió a raíz del uso de la cámara que estaba dentro de la galería y que, al ser de seguridad, tenía una resolución muy baja.

Posteriormente un amigo les prestó una cámara especial para streaming, la cual funcionó muy bien durante cierto tiempo, hasta que en un momento dejó de cargar debido a la cantidad de horas que estuvo encendida.

«En este momento instalamos una nueva cámara, que fue adquirida con el apoyo de la gente a través de una campaña de donaciones», explica.

A esas dificultades se suman temas relacionados con la conectividad, la resolución y el almacenaje de información, considerando que cuentan con más de 10.000 horas de registro.

«Otro tema tiene que ver con que la transmisión hay que reiniciarla cada doce horas, y esa es una acción manual. Por lo tanto, hemos tenido que organizarnos para durante un año estar atentos a realizar ese reinicio, ya que eso significa que alguien del equipo realice esa labor», comenta.

Todo este trabajo ha incluido un gran proceso de investigación por parte del equipo, para poder ir entendiendo y aprendiendo cómo funciona todo esto y cómo se resuelven los problemas técnicos, acota.

Un rol importante

Cuando el estallido comenzó a extenderse y a generar cambios reales, ciertamente hubo una reflexión sobre la particularidad de que tenían una visión única de un hecho histórico en Chile, lo que influyó en que decidieran a continuar grabando hasta el día de hoy. «Cuando nos dimos cuenta que la cámara había tomado un rol muy importante dentro del movimiento social y se convirtió en una herramienta de utilidad pública, decidimos continuar y que la cámara estuviese siempre presente, porque durante mucho tiempo las manifestaciones se extendieron y en los momentos más álgidos, fueron de lunes a lunes. Después bajó la intensidad, pero continuaron, principalmente, los lunes y los viernes», dice Lopetegui.

Y aunque en pandemia el movimiento disminuyó, ella resalta que la gente siempre siguió viendo la transmisión «y por eso nos parece fundamental que la cámara continúe grabando».

«Cuando este movimiento comenzó a cobrar mayor fuerza, nosotros, con este proyecto, comenzamos a tener mayor alcance, eso nos indicó la importancia que tenía nuestra labor y nos motivó a seguir, por eso continuaremos con la cámara», explica.

En resumen, la importancia que ha cobrado esta transmisión y lo importante que ha sido para todos los que los siguen en las redes sociales, es lo que los ha motivado a continuar, por la gente, no solo en Chile, sino también el extranjero. «Sabemos que para los que están fuera de Chile, es la única forma que tiene de saber, objetivamente, lo que está ocurriendo y permite a muchas personas ser testigos de las manifestaciones, sin la necesidad de estar físicamente en el lugar. Es también útil para vecinos del sector, pueden ver cómo está la situación cerca de sus casas y por dónde pueden transitar de manera más segura», comenta.

Lopetegui además señala que nunca han dejado de hacer el registro y que, incluso, continuar durante la pandemia fue intencional. «A pesar de que hemos tenido problemas técnicos, la cámara siempre ha seguido registrando y transmitiendo ininterrumpidamente, desde octubre hasta hoy. Durante la pandemia y el encierro por las cuarentenas, consideramos que era más necesario seguir, porque la pausa en las manifestaciones es parte de este gran movimiento también», dice.

«Creo que para la gente fue súper importante poder seguir viendo esta plaza, a un nivel más simbólico y creo que desde ahí tiene un peso importante. La verdad no nos cuestionamos si seguir o no, estamos convencidos de que esto se convirtió en una herramienta súper importante para las personas y esa fue y es nuestra principal motivación a continuar con las transmisiones, jamás en pandemia nos cuestionamos si seguir o detenernos», explica.

Represión policial

Por desgracia, su labor ha conllevado que también la Galería Cima haya sufrido la represión policial en lo que consideran una vulneración a la libertad de expresión.

«En 2019, fuimos amedrentados por carabineros de la división OS9», dedicada oficialmente a la Investigación de Organizaciones Criminales, cuyos integrantes también se han dedicado a infiltrar las marchas de la movilización ciudadana. «Andaban de civiles esa vez», recuerda Lopetegui.

Los amedrentamientos se repitieron el pasado 24 de septiembre, cuando una patrulla de Carabineros censuró con un foco una intervención lumínica que realizaba el colectivo Delight Lab desde la Galería Cima en Plaza de la Dignidad, en el marco de la Semana de las Artes Visuales de la entidad Barrio Arte.

Esa presión, sin duda, es una prueba de que este registro silencioso de un espacio simbólico de la ciudad de Santiago, tiene un gran valor. Por eso en Galería Cima han considerado realizar algo en especial con ese material.

«Creemos que este material de archivo que hemos construido espontáneamente y desde la urgencia, tiene un valor simbólico muy importante, principalmente para la construcción de nuestra memoria como país, consideramos que en el futuro será una herramienta muy útil e importante», expresa.

Como primera acción con este material, esta semana Galería Cima lanza una convocatoria, junto al Foro de las Artes de la U. de Chile, para que artistas y creadores audiovisuales puedan trabajar a través de su material de archivo propuestas audiovisuales, como videoensayos, videoarte, videos experimentales, documentales, más allá de otros proyectos.

Al ser un espacio de arte, además tiene una estrecha colaboración con colectivos como Delight Lab, famosos por sus intervenciones lumínicas.

«Son acciones artísticas, realizadas por artistas, que visibilizan las demandas sociales, que reflexionan, que muchas veces tienen carácter poético. Cuando Carabineros nos censuró se estaban haciendo unas proyecciones también a modo de conmemoración de la obra del poeta Juan Luis Martínez. Muchas veces también se han hecho colaboraciones con Raúl Zurita», recuerda Lopetegui.

«El arte siempre ha tenido un rol activo dentro de lo que significa una sociedad. Tiene un rol político. El arte tiene un poder de transformar, de sanación, de reflexión, un poder crítico. Desde ahí, todas las acciones realizadas por artistas lumínicos, en las cuales hemos tenido el honor de participar y de colaborar, tienen una profundidad y un contenido importante, una reflexión fundamental que sin duda consideramos que es un tremendo aporte al movimiento. Es algo que hemos visto todo este año, donde hemos podido ver, experimentar  y compartir distintas manifestaciones artísticas que han demostrado el gran nivel creativo que tienen los artistas en nuestro país. También la rapidez de reacción, en que un día sucedía algo y al siguiente había algo en los muros», analiza.

Días simbólicos

Mucho han visto los miembros de Galería CIMA en prácticamente un año de registros. Mucha luz, pero también oscuridad, en palabras de su directora. «Hubo muchos días con una carga simbólica potente. Como equipo sentimos que está el lado más luminoso, y el lado más oscuro. El primero tiene que ver con ver a todos reunidos, exigiendo dignidad, exigiendo justicia, exigiendo un montón de demandas con manifestaciones culturales, con gritos», apunta.

Menciona, en ese sentido, el 25 de octubre de 2019 y el 8 de marzo de 2020. También el último Año Nuevo, en que «se veía a esta masa gritando todos al unísono», en medio de manifestaciones culturales y performances.

«La carga, la energía que sentimos esos días es una sensación que todavía logró revivir en mi cuerpo, a nivel sonoro, visual. El 25 de octubre uno miraba todas las esquinas, todas las calles finales desde la galería, y se veía gente hasta el final. La gente no se terminaba nunca. Este lado luminoso es de un encuentro de alma grupal que está despertando y exigiendo y uniendo en pro de objetivos en común, de mirarse a los ojos, de volver a encontrarse», celebra.

El lado oscuro, en tanto, tiene que ver con esos días de un exceso de violencia en la fuerza por parte de Carabineros. En ese sentido, para Lopetegui días muy potentes, imposibles de olvidar, como cuando los disparos policiales dejaron ciego al universitario Gustavo Gatica el 8 de noviembre o cuando dos carros lanzagases aplastaron al joven Óscar Pérez, el 20 de diciembre. También el día en que un incendio consumió el Cine Arte Alameda, por causas aún inciertas o cuando un carabinero lanzó al río a un joven de 16 años al río Mapocho, desde el Puente Pío Nono, el pasado 2 de octubre.

Labor actual

¿Cómo ven su proyecto de Galería Cima hoy? ¿La idea original se mantiene o el proyecto ha cambiado producto de todo o que ha pasado en Chile?

«El proyecto se ha ido transformando en este tiempo de manera muy orgánica. Siento que como equipo hemos tenido la sabiduría y la fuerza para seguir reinventándonos, para sobrellevar cualquier situación compleja o desafiante», responde Lopetegui.

Para ella, la capacidad creativa, de gestión y de colaboración ha sido «maravillosa». Además menciona el apoyo de la gente, que ha sido «fundamental» para poder lograr todo esto y continuar con nuestra labor.

«Vemos este proyecto con mucha esperanza. Sentimos que realmente hemos podido aportar desde nuestro lugar, desde nuestra trinchera, desde el arte, desde la cultura. Desde la visibilización sentimos que nuestro propósito y nuestro rol ha tomado muchísima mayor relevancia que antes del 18 de octubre, porque, si bien nosotros teníamos este espacio que abríamos a la comunidad de manera gratuita para actividades culturales, musicales, artísticas, ahora hemos podido llegar a muchísima más gente y aportar de manera activa a las demandas sociales», explica.

Aunque la idea original del proyecto era abrir y compartir el espacio con la comunidad, ahora por la situación y las condiciones sanitarias y lo relacionado con la revuelta social, no les permiten abrir a público, «de una u otra manera igual estamos llegando a toda la gente, mostrando lo que sucede en Plaza de la Dignidad, estamos entregando contenido artístico a través de nuestras series audiovisuales y las distintas acciones lumínicas».

«En ese sentido siento que la idea se mantiene y está mucho más potenciada, tiene un mayor alcance y, a pesar de todas las dificultades que han surgido este año, hemos logrado superarlas, crecer y ver en todas estas situaciones tan difíciles una oportunidad de crecer, de transformarnos, adaptarnos, repensarnos, reconstruirnos y deconstruirnos también», concluye.

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