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«Bendetta», la nueva película del polémico director Paul Verhoeven se estrena en Cannes CULTURA|OPINIÓN Trailer película «Benedetta» SBS Productions

«Bendetta», la nueva película del polémico director Paul Verhoeven se estrena en Cannes

Jorge Said
Por : Jorge Said Empresario y accionista minoritario de Latam Airlines
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Sin duda,  para muchos hoy se presenta el filme más esperado. Dios se invita a Cannes con otros de los directores provocadores que tantos amamos: Paul Verhoeven llega con «Benedetta»,  una tremenda historia que mucho o nada tiene que ver con la gran película que lo hizo famoso, «Basic Instinct» con Sharon Stone. El último filme del realizador holandés es uno de los platos fuertes del prestigioso festival de cine. Se basa en la adaptación del libro «Actos inmodestos: La vida de una monja lesbiana en la Italia del Renacimiento”, de la autora Judith C. Brown. 


Así como Spike Lee,  que marca la rebelión del movimiento antirracista y contestatario, a pesar que muchos ayer lo criticaban  por representar la figura publicitaria de los bolígrafos clasistas Mont Blanc, Cannes sigue y seguirá sorprendiendo por la elección de algunos de sus directores. Y por eso que hoy esperamos con ansias  la llegada también de Sean Penn y Oliver Stone.

¿Pero por qué «Benedetta»  de Paul Verhoeven cruza todos los límites? Nuevamente arremete con un personaje femenino en medio de la puritana iglesia católica del siglo XVII, una monja que a la vez mezcla poderes místicos con un lesbianismo desenfrenado. Y es ahí donde Cannes con todo su glamour, su atracción por el gran capital, las marcas, los bancos, las grandes corporaciones y los millonarios, destaca y logra una atracción nunca antes vista en un festival de autor. Lograr combinar temas tan conflictivos que atacan el espíritu más conservador de la sociedad contemporánea y a pesar de ello, mantener una alianza tan viva y dinámica con el establishment más reaccionario.

Esta mezcla ha sido a través de los 74 años de vida de este festival quizás su gran atracción y enigma, lo que ha logrado su enorme éxito mundial. Porque lo discutíamos anoche con un grupo de productores en el hotel insignia de la Croissette, el Martínez, que justamente en Cannes,  los millones y las grandes alianzas fluyen con temas políticamente complicados, siempre y cuando un gran actor y director esté detrás.

Bueno, es por eso que «Benedetta» será la gran atracción de hoy y de este fin de semana. Porque Verhoeven, conocido como «el holandés violento», quiere provocar otra vez en el gran estilo de Cannes, provocar a la religión y a «Dios»,  trayendo el demonio a la mesa de reflexión de esta noche de verano (boreal) en la Costa Azul.

En un festival donde más de mil largometrajes se disputan un lugar en el paisaje audiovisual, sin duda que la tarea más difícil para la crítica es escapar de la tremenda presión mediática y financiera de los grandes estudios y poder poner dentro de este universo cinematográfico cada vez más caótico e infinito,  una obra a la altura de los grandes temas del siglo XXI.

Hoy, en un festival que comienza a llenarse de cinéfilos, que espera que este fin de semana sea el gran momento de la cinematografía mundial que todos esperamos, ojalá «Benedetta» nos lleve sobre los rieles de los grandes momentos del séptimo arte.

En el Festival de Cannes más francés de su historia, ya que Asia, África pero sobre todo América Latina brillan por su ausencia, esperemos que todos juntos abramos hoy las puertas del gran cine mundial. Y que ojalá  los temores de que Cannes sea englutido por Netflix, Amazon y compañía, desaparezcan de una vez por todas.

La fatiga del Covid se ve por todos lados. Los recuerdos de colarnos en una decena de fiestas, de aquellos tiempos en que podíamos conseguir invitaciones para las locuras más prestigiosas de la Croissette, las celebraciones de Variety o Hollywood Report, de Channel o Canal Plus, están en el pasado. Hoy para entrar en cualquier recepción no solo nos piden el certificado diario del Covid, sino también los pases de prensa. Las acreditaciones de productores o del mercado no sirven de nada y el festival,  producto de la propia pandemia,  se convirtió en el lugar más exclusivo y mezquino de toda su  historia.

Ya esos momentos increíbles con los directores de «Taxi Driver», con Al Pacino o Clint Eastwood, con Angelica Houston o Kim Basinger, son parte del pasado. El Covid cambió quizás para siempre el gran atractivo de estos festivales que fue justamente el poder eludir todas las restricciones y compartir unos segundos con las más grandes «estrellas» del cine mundial. Quizás para bien o para mal, el acento seguirá en la alfombra roja que cada vez más ha ido perdiendo su interés para la juventud, que hoy en un universo tan distinto tiene miles de otras opciones para seguir a sus autores predilectos.

Hoy, a pesar que el cine de autor sigue resistiendo, su futuro es más incierto que nunca.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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