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El resurgimiento del poeta de Licantén CULTURA|OPINIÓN

El resurgimiento del poeta de Licantén

David Rojas Lizama
Por : David Rojas Lizama Profesor de Filosofía
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El ensayo “Vanguardia y revolución en Pablo de Rokha” del puertorriqueño José Miguel Curet tiene méritos diferentes a los de la narrativa. Es un texto académico, y en este sentido, también es una buena síntesis de otros estudios de esta especie. La primera parte del texto, titulada “Forjado a cuchilla, hecho a balazos”, pasa revista de la vida del poeta, enfatizando elementos que dan sentido a su obra literaria. En ella el autor se dedica a resumir una de las dimensiones más conocidas del Premio Nacional, considerando que su obra y su vida son particularmente indisolubles.


Pablo de Rokha parece estar dejando de ser el gran olvidado de las letras chilenas. Un nuevo libro, “Vanguardia y revolución en Pablo de Rokha” del puertorriqueño José Miguel Curet en Ediciones Tácitas, lo vuelve a sacar de la tumba al debate de estos años tumultosos. Sólo hace dos años, Álvaro Bisama publicó con Alfaguara su rigurosa crónica biográfica “Mala Lengua”, Ediciones Estrofas del Sur publicó su poemario “China Roja”, y hace tres años la Biblioteca del Congreso Nacional reeditó “El Amigo Piedra”. Tal parece que toda el olvido acumulado se va borrando, con ediciones más completas y nuevos estudios.

“Vanguardia y revolución en Pablo de Rokha” se inscribe en la línea de los estudios rokhianos, situándose entre los más documentados. Viene a sumarse a otros excelentes ensayos, entre los cuales vale la pena mencionar dos particularmente tempranos, publicados en vida del poeta, como “Vida y Obra de Pablo de Rokha” de Fernando Lamberg (1966) y “Pablo de Rokha, guerrillero de la poesía” de Mario Ferrero (1967). A estos, por supuesto, debemos sumar toda la labor investigativa, de difusión y de rescate de Naín Nómez, dentro de la cual destaca “Pablo de Rokha, una escritura en movimiento” (1988) que esperamos se reedite. Y ya mencioné lo de Bisama, que entre sus notables méritos está el llenar muchos vacíos en la vida del poeta, hilvanándolos en un relato dramático con las justas licencias ficcionales.

El ensayo del puertorriqueño José Miguel Curet tiene méritos diferentes a los de la narrativa. Es un texto académico, y en este sentido, también es una buena síntesis de otros estudios de esta especie. La primera parte del texto, titulada “Forjado a cuchilla, hecho a balazos”, pasa revista de la vida del poeta, enfatizando elementos que dan sentido a su obra literaria. En ella el autor se dedica a resumir una de las dimensiones más conocidas del Premio Nacional, considerando que su obra y su vida son particularmente indisolubles.

La calidad de personaje vivo de su propia narrativa, se analiza en detalle en la segunda parte, “Una sola voz: vanguardia y revolución”, en la que, asumiendo la separación de Nomez de la obra de De Rokha en tres periodos, comenta cada uno de sus libros, poemas, ensayos e iniciativas editoriales más relevantes. Vale mencionar que esta sección del libro es el corazón de la tesis doctoral del autor en la Universidad de Salamanca, lo que se hace notar a través de un profuso marco teórico que viene a enriquecer un campo de estudios más bien localista. A través suyo, Curet deja meridianamente claro que De Rokha no fue un poeta marginal, sino un protagonista (o antagonista) principal en el contexto cultural de mediados del siglo pasado en nuestro país. Lo anterior, no sólo en el sentido de “La guerrilla literaria”, como el título del ensayo de Faride Zerán, sino también en términos de lo que significó para los movimientos de vanguardia de la época.

Pero hay algo más que cabe celebrar del texto. Todo lo anterior, sin desmerecer, ha sido trabajado aunque no haya sido expuesto de la misma manera. Lo que no se había hecho todavía es un balance, el que Curet logra en pocas páginas al describir el estado del arte del resurgimiento de la obra rokhiana. Mediante una sustantiva revisión de lo que se ha escrito en el último tiempo, concluye que hoy existe un “vasto campo editorial y de estudios rokhianos”, situación aparentemente reciente. Discos musicales, ensayos, obras de teatro, crónicas, reediciones, artículos, tesis doctorales, entre otros, pueblan un área de estudios, experimentación y creación que parece estar en plena ebullición.

Es de esperar que este promisorio balance conduzca a un esfuerzo sistemático de reedición de la obra rokhiana. Así también lo desea el autor. Así parecemos desearlo muchos lectores, destacando la labor de rescate y promoción de estas iniciativas de Patricia Tagle de la Fundación De Rokha, a quien me imagino sonriendo con la foto del Presidente de la República leyendo “Mundo a Mundo”. Con ese espíritu, esperamos muchos sigan estos siendo los momentos de la memoria, que es la justicia de los olvidados.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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