CULTURA|OPINIÓN
Es un texto ágil, en que cada palabra y cada pausa son cuidadosamente escogidos para relatarnos íntimamente la historia de una familia, una biografía y su lugar en Purén. Aun cuando este ejercicio de introspección familiar implique hablar de desarraigo, de racismo, de la incapacidad que tenemos como país de mirarnos en el espejo y reconocer nuestra herencia indígena y carácter mestizo.
En momentos en que la pregunta por Chile es central, la colección Surcos del Territorio de la editorial La Pollera invita a escritores a narrar la experiencia de crecer en ese espacio muchas veces invisibilizado que es la provincia. «Hija Ilustre» es el debut literario de la dibujante y guionista Bernardita Olmedo, nacida y criada en Purén, pueblo de la Araucanía en el que transcurre este relato autobiográfico.
En los recuerdos de infancia de Olmedo me llamó la atención lo parecida que puede llegar a ser la vida a lo largo del territorio nacional. Incluso ahí donde la tradición, la historia y el clima son radicalmente diferentes parece haber un espacio compartido más allá de lo inmediatamente visible.
Por ejemplo, tanto en Tocopilla, zona de sacrificio del norte grande en la que pasé los veranos de mi infancia, como en el Purén de Hija Ilustre, conviven de manera más o menos fracturada personas de distintos orígenes: en el norte grande chinos, croatas, griegos y chilenos, en Purén franceses, italianos, chilenos y mapuche. La escuela, que parece ser el principal espacio de encuentro, muestra pronto sus limitaciones.
Así nos encontramos con las amistades que se distancian lentamente, las que se quedan y las que se van, las que estudian afuera y las que siguen haciendo su vida en el pueblo en un presente que se mantiene más o menos igual.
Pero los paralelismos no se agotan en el estatus que da el origen extranjero o en las escasas oportunidades que brinda la educación nacional. Cuando la autora relata que antes de la remodelación de la plaza de Purén los niños se juntaban a caminar alrededor de ella, o que en la época de esplendor de la ciudad hubo cine y fábricas, recordé dar vueltas en autito por la plaza de Tocopilla, a mi abuela contándome del antiguo teatro de la ciudad y los recorridos que hicimos por los vestigios del pasado industrial salitrero.
También podemos reconocer la historia de muchas de las familias chilenas en la figura de la abuela, las tías que protegen, acogen, cuidan y juzgan, el tío con discapacidad y su lenguaje propio, la rigidez de un living siempre encerado, reservado solo para las fechas importantes.
Todo esto se narra con una prosa limpia, de aparente sencillez. Con ritmo trabajado, que intercala preguntas, observaciones y reflexiones y cuyo hilo conductor es la vida de Malú Gatica, la principal figura del pueblo, la actriz chilena que llegó a filmar en el Hollywood de los años 50, la hija ilustre.
En resumen, es un texto ágil, en que cada palabra y cada pausa son cuidadosamente escogidos para relatarnos íntimamente la historia de una familia, una biografía y su lugar en Purén. Aun cuando este ejercicio de introspección familiar implique hablar de desarraigo, de racismo, de la incapacidad que tenemos como país de mirarnos en el espejo y reconocer nuestra herencia indígena y carácter mestizo.
Sobre esto, destaco que en este necesario ejercicio de reconocimiento de la cultura mapuche Olmedo no se quede exclusivamente en la experiencia del derrotado, haciéndole justicia a esa tierra en que nacieron Lautaro y tantos otros a los que el papel de víctima no les sienta.
Me quedo con las ganas de seguir leyendo las distintas entregas de la colección, que ya cuenta con las viñetas de Coquimbo y Parral, para poder seguir aprendiendo cómo somos y vivimos los chilenos en los distintos rincones del país.
Ficha técnica:
«Hija ilustre»
Bernardita Olmedo
Editorial La Pollera 2022
101 pp.
