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“Hijo del guaiquillo» de Américo Reyes: sin artilugios y al callo CULTURA|OPINIÓN

“Hijo del guaiquillo» de Américo Reyes: sin artilugios y al callo

Pilar Gonzalez Langlois
Por : Pilar Gonzalez Langlois Periodista y gestora cultural.
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Ya en “Que los cuerpos cumplan su destino” hay un renacer violento hacia la poesía del primer tiempo con una mezcla de dulzura, inocencia y arrebato; una especie de manifiesto que deja entrever el verdadero estilo de este autor, al que no le es ajeno el devenir político cultural en el que está inserto. En estas páginas se reconoce una suerte de “aullido” contra los cánones establecidos.


Quien no haya leído al poeta Américo Reyes y quiera saber cómo escribe, cuál es su estilo y encandilarse con su poética-antipoética, a veces tan purista como los más estrictos liristas, pasando por los clásicos sonetos sin pasarse una sílaba (“Ay del amor que come de su escoria/
Ay del que no en placer, sino en porfía,/Acaba por gestión de la agonía/Con tanta sed tan cerca de la noria”) es hora de que lea esta antología elaborada por el propio autor y que recoge lo más íntimo de su poesía, como si nos hubiera hecho a la medida una selección de los poemas más representativos de su propuesta y con los que a primera vista podemos reconocer su verdadera creación, esa que habla de vicios amorosos, efusivos encuentros de pasión y esa forma furibunda de decir la poesía como un manifiesto de defensa personal ante la batalla constante de la escritura en un mundo distante de aquello.

Hay que descubrirlo en esta antología donde nos habla de lo cotidiano y en palabras silvestres lo que implica para él el amor; ese amor de paisajes rústicos con el escenario del río Guaiquillo de Curicó de fondo, marcando en ello una fuerte identidad cultural en su poesía, porque es allí donde el poeta se siente a gusto como parte de su hábitat más querido, lo que es comparado por él mismo como si se tratara de un río que está en alguna ciudad europea como el Sena en Francia.

Este libro es de una poética intensa que llega a la prosa como el mismísimo Nicanor Parra, creador de la llamada “Antipoesía”, paseándose por versos abstractos, extraños, pero también de una sencillez suprema, porque cuando Américo Reyes habla de rosas que caen del cielo, también habla de que “la verdad es a veces puro cuento / cuando el don de los sueños nos envicia”.

Si no creyeron en mí.
Qué va importar
Es difícil soportar una época
Que no alcanza para besar, para subir
Y bajar una escalera rota.
Si no fui sufrible, amistoso.
Si me pasé la vida escribiendo poemas
Que al fin y al cabo
Nunca sirvieron para levantar una casa.
Un ladrillo pudo más que eso.
Aunque no importa, es verdad:
Estoy aquí
Para empezar de nuevo.

Es hora de tener ese tiempo y espacio para deleitarse con esta nueva antología, ahora personal, del poeta de la tierra de Agua Negra.

Textos que se leen fáciles como si fueran imágenes de una película. Desde “Los poemas plumaveral” pasando por “El flautista” hay una poesía que no pretende ser más que lo que es: un lenguaje sin artilugios, limpio, que va al callo.

Los sonetos también afloran como parte indisoluble de este libro y en ello se ve cómo la métrica lo acompaña desde siempre.

Ya en “Que los cuerpos cumplan su destino” hay un renacer violento hacia la poesía del primer tiempo con una mezcla de dulzura, inocencia y arrebato; una especie de manifiesto que deja entrever el verdadero estilo de este autor, al que no le es ajeno el devenir político cultural en el que está inserto. En estas páginas se reconoce una suerte de “aullido” contra los cánones establecidos; así queda de manifiesto en uno de los poemas inéditos que se incluye al final del libro y que claramente alude a las movilizaciones del denominado estallido social de 2019 en Chile; el hablante de dicho texto dice

Lo último que me quitaron fue la voz.
Alguien muy apegado al presente
Está hablando por mí
Y reportando estos sucesos.

Consultado sobre este punto, Américo Reyes señala que no se considera un poeta político, y agrega entre dudoso y sonriente: “Aunque de eso no estoy muy seguro”.

Ficha técnica:

“Hijo del guaiquillo»

Antología personal de Américo Reyes Vera

Ediciones Nueve Noventa

Curicó, 2022

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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