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Colombina Parra y su libro «Otro tipo de música»: una timidez con inspiración CULTURA|OPINIÓN

Colombina Parra y su libro «Otro tipo de música»: una timidez con inspiración

Nicolás Bernales
Por : Nicolás Bernales Escritor y columnista literario. Ha publicado el libro de cuentos "La Velocidad del agua" (Ojo Literario 2017), por el cual se adjudicó el Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura en el área de creación. En 2023 publicó la novela "La geografia dell` esillio", Edizioni Ensemble. Roma.
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Hablar con urgencia y de una forma desnuda no es algo fácil de lograr, para esto, la autora hace uso de una oralidad concreta y económica. Y comenzamos a sospechar los orígenes de esta combinación; están de la música que cultiva, en la casa cuando se llenaba de guitarras, en una relación particular con la palabra, la cual vibra y renombra, creando un ruido que al ser organizado genera música, otro tipo de música volcada al papel. Y a pesar de encontrarse uno con algunas excepciones que no mantienen el nivel punzante del resto del libro, por caer en el lugar común o en lo trillado, «Hoy día desperté llorando. Por suerte me acosté riendo.», las cuales hubiese bastado con dejarlas fuera en la edición, el conjunto fluye con fuerza y simpleza en contra de la corriente, fluye aguas arriba.


Colombina Parra fue la vocalista del grupo de punk rock Los Ex. La banda sacó cuatro discos en una carrera que comenzó a mediados de los noventa hasta los primeros años de este siglo. Desde la aparición de «Caída libre», el primer disco, se consolidaron como una de las propuestas más interesantes de la música chilena de esa época, una combinación de fiereza musical, con letras punzantes y críticas.

Colombina Parra es también la hija de Nicanor, quien no necesita mayor presentación y en esta reseña se indica para entender del todo algunas de las historias del libro, para comprender de dónde viene esa voz.

En paralelo a la arquitectura y la pintura, continúa sacando discos con bastante frecuencia en una carrera de solista igual de interesante que la realizada con su banda, pero tal vez con un perfil más subterráneo y artesanal. Esto se puede deber a los tiempos que corren, al espacio que tiene la música “alternativa” en el medio cultural, a un mercado pequeño y modesto. Un disco como Amala debiese haber sido ampliamente comentado.

Lo que intento lograr enumerando sus múltiples facetas, es iluminar la comprensión de estos textos escritos desde una mirada única y cautivadora donde se combina sus distintas esencias bajo una principal, la de compositora y cantante de rock.

Desde el Crónicas de Dylan, hemos tenido la posibilidad de acceder a la vida o segmentos de esta, de varios protagonistas del mundo de la música. Se me vienen a la cabeza Éramos unos niños de Patti Smith, Vida de Keith Richard, Memorias de Morrissey, con ese precioso comienzo donde el protagonista aplana las calles de Manchester en busca de algo que suena más allá. Hay un aspecto común que recorre el contenido de esos libros, que los hermana, y eso es el profundo amor por el arte y la música. La diseccionan. Da la sensación de que por ellos solo hablarían de eso, y por debajo de esa tela también está la vida.

En «Otro tipo de música» sucede lo mismo, pero de una forma más fantasmal y retraída. No hay búsqueda de respuestas, ni golpes de efecto, sino una timidez que cuenta con inspiración. Podríamos llamarla una sinceridad endiabladamente tierna. La fórmula de los tres acordes y la franqueza.

El libro está formado por un conjunto de relatos breves e independientes. Alguno de ellos brevísimos:

«DESPUÉS LE VA A GUSTAR
Cuando sea nostalgia.»

Y otros de mayor extensión, siempre bajo la convivencia de la misma voz. La de la autora visitando recuerdos, lecturas, preguntas, observaciones y al padre. El atractivo del libro no solo reside en lo sucedido o contado, sino en el sello distintivo y único de la mirada y su capacidad para plasmarla sobre el papel. Algunas de estas narraciones podrían perfectamente ser parte de una canción, arrastran consigo la posibilidad de su música:

«Los límites del olvido siempre me hacen frente
y se presentan como luces que me quieren decir algo.
yo los hago esperar y les digo que la secretaria está en otra llamada.»

Recuerdos de infancia y adolescencia, de casas y escenarios. Recuerdos de tocatas y contratos discográficos. De excéntricas situaciones familiares y luego de encierro en pandemia. Un posible email a Wittgenstein y un momento de iluminación frente a una frase de Lou Reed. Todo lo que cuenta la autora, desde lo tentativamente cotidiano hasta la noche en que se disolvió la banda, está bañado por una atmósfera de lúdica extrañeza. Situando a cada uno de sus personajes y espacios en un mundo único. Creaciones de una mirada particular, que esconde sus mecanismos en medio de una prosa que fluye transparente y sencilla. No hay palabras de más y no logro desentrañar del todo, de donde sobresalen estas imágenes y sentimientos precisos que golpean con sorpresa. ¿Los tres acordes y la franqueza?

Cabe destacar los relatos donde aparece el padre. Su presencia se cuela de inmediato en la narración sin mayores presentaciones, más bien como una voz que presenta una pequeña variación a la de la autora y la hace distinguible de inmediato:

«Me pongo a correr por la casa buscando alguna edición.
—¿Encontró el diálogo? Es el último…
—¡No, pues! ¿Qué es eso? ¿Quién escribió eso?
—Es una traducción — le digo.
—¡No, pues! ¡Esto se lee en inglés!»

Largar la oreja, La casa del hombre imaginario, La corbata escondida, son ejemplos de esta complicidad afectiva entre ambos, cargada de humor, ternura y humanidad. En pocas palabras nos muestra a sus personajes de cuerpo entero y tal vez logramos visibilizarlos de mejor forma que en una larga biografía. O quizás estemos frente a una anti-biografía, donde Colombina Parra nos va entregando fragmentos, iluminaciones inesperadas, en el orden y en la forma que siente se debe explorar la vida. No deja de llamar la atención, que el primer relato Recordándote, nos introduzca en el libro con una historia donde el padre ya no está físicamente, pero su presencia subyace en un encuentro callejero entre dos desconocidos que hablan por detrás de sus mascarillas en los días de encierro y cuarentena.

Hablar con urgencia y de una forma desnuda no es algo fácil de lograr, para esto, la autora hace uso de una oralidad concreta y económica. Y comenzamos a sospechar los orígenes de esta combinación; están de la música que cultiva, en la casa cuando se llenaba de guitarras, en una relación particular con la palabra, la cual vibra y renombra, creando un ruido que al ser organizado genera música, otro tipo de música volcada al papel. Y a pesar de encontrarse uno con algunas excepciones que no mantienen el nivel punzante del resto del libro, por caer en el lugar común o en lo trillado, «Hoy día desperté llorando. Por suerte me acosté riendo.», las cuales hubiese bastado con dejarlas fuera en la edición, el conjunto fluye con fuerza y simpleza en contra de la corriente, fluye aguas arriba.

Ficha técnica

Otro tipo de música
Random House
185 pág.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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