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«La traición de Borges» de Marcelo Simonetti: las historias que caben dentro de una historia CULTURA|OPINIÓN

«La traición de Borges» de Marcelo Simonetti: las historias que caben dentro de una historia

Juan Ignacio Colil
Por : Juan Ignacio Colil Ha publicado los libros de cuentos: “8cho relatos” (EDEBÉ, 2003), “Al compás de la rueda”(Das Kapital, 2010) y las novelas “Lou” (Magoeditores, 2007), “Tsunami” (Das Kapital, 2014), “El reparto del olvido” (Lom, 2017), “Los muertos siempre pueden esperar” (Raíz de dos, 2017, Argentina), “Un abismo sin música ni luz” (JPM Ediciones, España 2017 y Lom Ediciones, Chile, 2019), “Espejismo cruel” (Los perros románticos, 2021, Chile) además publicó las novelas infantiles “Bajo el Canelo” (Edebe 2012) y “Zumbidos y estrellas” (Das Kapital, 2015). Algunos de sus cuentos han sido incluidos en antologías y ha obtenido varios premios de novela y cuento en Chile, España y Argentina.
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La historia tiene varios niveles, lo primero es la historia del actor que se transforma en Borges, perdiendo su propia identidad y yendo más allá de la imitación. Entrando en los recuerdos más antiguos del verdadero Borges. Y no es solo su aspecto, sino el tono que utiliza, el lenguaje, las historias. A lo largo de la novela entraremos a varios cuentos como en un laberinto. Otra idea borgeana. También es un muy borgeana la idea de Antonio y su travesía. Un escritor que no escribe y que busca una nueva historia verdadera de la cual apropiarse. Un escritor que no escribe enfrentado a la presencia de un escritor icónico. Una búsqueda que lo llevara a mirarse a sí mismo.


La novela “La traición de Borges” de Marcelo Simonetti, fue publicada por primera vez en España cuando ganó el premio “Casa de América” en el año 2005, han pasado ya varios años y ahora se publica en Chile por Ediciones de la lumbre.

Esta novela se sumerge de lleno en el universo literario de Borges: el otro, el doble, los espejos. Tiene diferentes niveles donde se expresa esta constante.

La obra trata sobre la historia de un escritor, Antonio Libur, quien junto con su joven amada; Emilia Forch; conocen a un actor de escaso éxito quien interpreta en una obra de teatro a Jorge Luis Borges. El actor también se apellida Borges. Esto ocurre en el decisivo año 1986, semanas antes de la muerte de Borges. El actor cada vez se sumerge más en el personaje hasta que comienza a sentirse el mismo Borges escritor. La amada de Antonio no solo se entusiasma con el actor sino que lo impulsa, lo motiva a continuar con su performance que ya supera la obra de teatro. El actor siente que es el mismo Borges.

A la muerte del escritor deciden ir a Buenos Aires para decirle al mundo que Borges sigue vivo y que no ha muerto en Suiza. Emilia deja a Antonio y se va junto al falso Borges. El falso Borges tendrá que enfrentar varias pruebas, pero no solo echa mano de sus lecturas de Borges, sino que comienza a recordar los recuerdos del escritor, no sabe de qué forma pero se le van apareciendo con naturalidad: la biblioteca nacional; el tigre del zoológico; las calles de su infancia.

Por su parte Antonio Libur se desespera, no logra escribir una próxima novela y ha perdido a Emilia. Partirá tras la búsqueda de Borges porque sabe que así encontrará a Emilia, pero como decía Cortázar, amargo será su desengaño. Los días del falso Borges en Buenos Aires transcurren mientras Argentina vibra por el mundial en México. El partido contra Inglaterra y la locura por Maradona se desata en las calles mientras Borges; el vivo; camina por las calles y va recordando viejas imágenes que no son suyas. El resto de la novela continuará por los dobleces de la historia y en cada página nos arrastrará un poco más hacia el mundo de Borges.

La historia tiene varios niveles, lo primero es la historia del actor que se transforma en Borges, perdiendo su propia identidad y yendo más allá de la imitación. Entrando en los recuerdos más antiguos del verdadero Borges. Y no es solo su aspecto, sino el tono que utiliza, el lenguaje, las historias. A lo largo de la novela entraremos a varios cuentos como en un laberinto. Otra idea borgeana. También es un muy borgeana la idea de Antonio y su travesía. Un escritor que no escribe y que busca una nueva historia verdadera de la cual apropiarse. Un escritor que no escribe enfrentado a la presencia de un escritor icónico. Una búsqueda que lo llevara a mirarse a sí mismo.

Por último está la misma novela “La traición de Borges” como un ejercicio de esos juegos de espejos que tanto atraía al autor argentino. Otro aspecto que destaco es el humor que está presente a lo largo de la novela. Un elemento que no es muy común en nuestra narrativa. Una historia chilena vestida de argentina. El humor en los personajes, a veces un poco patéticos, a ratos profundos; el humor absurdo en algunas situaciones, en algunos diálogos, el humor absurdo en una ciudad que enloquece con el fútbol.

Me queda dando vueltas el apellido Libur del escritor Antonio. Nunca lo había escuchado, busqué su significado y no encontré nada, busqué un sinónimo tampoco tuve resultados. Entonces pienso que es una trampa, no sé si del escritor, del falso Borges, de Emilia o del Borges auténtico. Quizás sea una trampa del autor Marcelo Simonetti para hacernos caer en este universo de espejos y laberintos.

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