Publicidad
“Esquirlas de la rabia” de Juan Pablo Belair: cuentos del Chile obnubilado CULTURA|OPINIÓN

“Esquirlas de la rabia” de Juan Pablo Belair: cuentos del Chile obnubilado

Juan Ignacio Colil
Por : Juan Ignacio Colil Ha publicado los libros de cuentos: “8cho relatos” (EDEBÉ, 2003), “Al compás de la rueda”(Das Kapital, 2010) y las novelas “Lou” (Magoeditores, 2007), “Tsunami” (Das Kapital, 2014), “El reparto del olvido” (Lom, 2017), “Los muertos siempre pueden esperar” (Raíz de dos, 2017, Argentina), “Un abismo sin música ni luz” (JPM Ediciones, España 2017 y Lom Ediciones, Chile, 2019), “Espejismo cruel” (Los perros románticos, 2021, Chile) además publicó las novelas infantiles “Bajo el Canelo” (Edebe 2012) y “Zumbidos y estrellas” (Das Kapital, 2015). Algunos de sus cuentos han sido incluidos en antologías y ha obtenido varios premios de novela y cuento en Chile, España y Argentina.
Ver Más

Un hombre de éxito económico perdido en su laberinto de apariencias; recuerdos de la vida en la época adolescente en la década de los ochenta; la relación entre dos amigos a lo largo de la vida; las historias de un carabinero asignado como punto fijo; un hombre que recuerda a su padre asesinado por la dictadura; las visiones que un hombre arrastra en su vida; un hombre que vuelve a Chile después de su estadía en Inglaterra; un estudioso en busca de un poeta a partir de un verso. A pesar que los cuentos son distintos, hay una tensión que los une y además se nota el trabajo paciente del autor.


“Esquirlas de la rabia” es un libro de cuentos del autor Juan Pablo Belair, publicado por Glück a fines del 2022.

El volumen está compuesto por ocho relatos, son historias simples del Chile de las últimas décadas; desde los ochenta con pantalones amasados hasta la actualidad del estallido. Contar en una línea de que trata cada cuento para mí siempre ha sido difícil, porque si bien existe una historia, lo más importante es lo que fluye por abajo, las percepciones, los detalles, los materiales frágiles con los que nos construimos.

Un hombre de éxito económico perdido en su laberinto de apariencias; recuerdos de la vida en la época adolescente en la década de los ochenta; la relación entre dos amigos a lo largo de la vida; las historias de un carabinero asignado como punto fijo; un hombre que recuerda a su padre asesinado por la dictadura; las visiones que un hombre arrastra en su vida; un hombre que vuelve a Chile después de su estadía en Inglaterra; un estudioso en busca de un poeta a partir de un verso. A pesar que los cuentos son distintos, hay una tensión que los une y además se nota el trabajo paciente del autor.

Pienso que en literatura siempre existe la tensión entre el individuo y la historia; la grande; la historia familiar, la de uno; la del país; la del barrio y siempre existe una lucha por entenderla, por desenredarla, por encontrar los puntos en que uno calza con esa historia o los puntos en que uno huye de ella.

En estos relatos me parece que está presente esa tensión desde diferentes perspectivas. La búsqueda del propio lugar en esa historia. Desde el hombre exitoso y vulgar que no logra entender que los demás no lo idolatren; el hombre que recuerda sus años adolescentes y vislumbra en esos gestos, en esas amistades y derrotas la vida que se venía; pero aun así quedó corto en expectativas; y así en todos los relatos se manifiesta este desajuste, es más que un desajuste; es una avería existencial. Los tiempos no están hechos para nadie.

Descubrimos los que quisimos cuando ya es tarde y de ahí nace esta incomprensión con el medio, con el Chile fantoche de los noventa y los dos mil; con el Chile obnubilado con las tarjetas de crédito y el crecimiento económico; pero que por dentro seguía siendo el Chile de los documentales en blanco y negro del neorrealismo.

El autor cita en varios cuentos a Alejandro Lerner, la verdad es que no lo conozco mucho. A mí los cuentos de “Esquirlas de la rabia” me hicieron recordar la letra de la canción de Los Prisioneros, “Estar solo”: “Hay algo malo dentro de mí, una especie de programa con error, una tendencia, una exigencia. Muchas diferencias. De las que nunca puedo renegar”.

La literatura como la vida, se construye en la lectura con la intuición del lector y los impulsos que el escritor quiere darles. No existe una línea directa.

Creo que los cuentos que forman “Esquirlas de la rabia” tienen varios niveles de lecturas: desde la memoria de una adolescencia golpeada por la dictadura que se palpa en ese colegio donde convive un profesor al cual seguir y otro al cual detestar, una adolescencia de la cual mucho tiempo después puede darse cuenta de los lazos de la memoria; hasta la búsqueda literaria del mismo autor en el cuento “Rainer“, en que el deambula por un paisaje literario, con algunos personajes reconocibles.

En definitiva cada escritor busca en sus textos su propia voz, su singularidad radica en hacer de esa voz una mirada distinta que pueda proyectarse sobre la historia de uno y exponerla a los otros, creo que con eso es suficiente, como dice al final del cuento 2°B: “ ¿Y yo? ¿Qué más podría decir de mí? Al menos sigo aquí –o casi – enfrentando mis abandonos, lo que queda, los retazos de tanta derrota y terminando apenas de componer esta historia, como quien restaura a medias una cerámica para no tirarla al basurero” (p.85).

Para saber más de lo que está pasando en el mundo de la ciencia y la cultura, súmate a nuestra comunidad Cultívate, el Newsletter de El Mostrador sobre estos temas. Inscríbete gratis AQUÍ

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias