CULTURA
En una reunión de más de una hora, el Taller de Lectura de Natalia Roa Vial recibió a la destacada escritora española Irene Vallejo para hablar del libro “El Infinito en un Junco: La Invención de los Libros en el Mundo Antiguo”.
Este miércoles el Taller de Lectura de Natalia Roa Vial recibió a la destacada escritora española Irene Vallejo. En una reunión de más de una hora, la autora de El Infinito en un Junco: La Invención de los Libros en el Mundo Antiguo conversó con el poeta chileno Pedro Lastra acerca de la importancia de los libros en sus vidas.
Desde hace 25 años, la abogada y psicóloga, Natalia Roa Vial dirige un taller de lectura donde reflexiona en torno a la interpretación de obras literarias que han marcado la trayectoria del pensamiento de nuestra sociedad.
“Siempre me interesó pensar que era muy importante aprender a leer bien y detenernos en las lecturas. Detenernos en hacer un espacio de tensión en lo cotidiano y en esto que permite el leer que es un poco salir de lo vertiginoso del tiempo”, relata a El Mostrador.
En los encuentros, hay talleristas que llevan participando 25 años y otros que recién están comenzado, hay personas de 70 años y otras 30 años, algunos trabajan en literatura, otros son médicos o vienen de otras profesiones, sin embargo, los une el hambre por examinar minuciosamente las ideas de distintos autores.
“Participan personas de distintas profesiones, de distintos mundos, entonces lo bonito es ese calidoscopio de opiniones que se da en torno a los libros porque cada lector es un mundo”, explica.
En ese sentido, menciona que “uno aprende a leer de niño, o sea, aprendemos a leer técnicamente en el sentido de juntar las letras, pero otra cosa es sacarle un provecho distinto a la lectura cuando vas aprendiendo a interpretar los textos: Qué significan, cómo puedes leerlos de una manera más provechosa, el hecho de compartir la mirada grupal, de poder detenerte en los párrafos, en los personajes, en el modo de la escritura, qué hace a un escritor distinto de otro, eso fue lo que me hizo pensar que era necesario crear un espacio así”.
A los encuentros, la mediadora además de guiar las sesiones invita a destacados escritores, pensadores, poetas y traductores para conversar sobre sus obras y de algunos clásicos. Por el taller ha pasado Diamela Eltit, Raúl Zurita, Arturo Fontaine, por nombrar a algunos.
“Nos reunimos semanalmente y trabajamos los textos, en ese sentido, es un espacio de tratar de sostener un pensamiento crítico, vamos estudiando los personaje, en fin, en 25 años hemos visto cosas sumamente diversas, desde los clásicos griegos hasta autores contemporáneos”, sostiene.
En el encuentro de este miércoles 25 de octubre, la escritora española, Irene Vallejo comenzó hablando de cómo los libros habían estado en algunos de los momentos más duros de su vida. En ese sentido, señaló “yo sabía que era mi balsa encontrarme con las palabras”.
Además, la filóloga española señaló que se encuentra escribiendo un libro acerca de lo humano y la gente que construye comunidades.
“Yo empecé a conversar con Irene cuando cuando se publicó El Infinito en un Junco porque me interesó mucho, era un texto sobre la historia del libro, el rol de las mujeres en la historia de la lectura y también de los olvidados, que tiene mucho que ver con lo que trabajamos en el taller y considerando que también este año eran los 50 años del golpe de Estado en un país donde se habían quemado los libros me pareció súper importante este encuentro con ella”, sostiene Roa.
Además, Natalia Roa Vial invitó al encuentro a una de las creadoras de Fundación Banco de Libros, un mediador que trabaja en un centro penitenciario femenino y una mediadora de lectura en un centro del Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil.
“Los cánones literarios los van poniendo a veces las modas y el marketing editorial, entonces es tremendamente importante que existan espacios de resistencia en que se vaya rescatando autores menos conocidos, a autores menos de moda, o autores de otros continentes o incluso autores nuestros chilenos que son fabulosos y que se leen muy poco”, finalizó.
