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A Girardi le crecieron los colmillos: busca capitalizar a nivel global el Congreso Futuro CULTURA|CIENCIA

A Girardi le crecieron los colmillos: busca capitalizar a nivel global el Congreso Futuro

Héctor Cossio López
Por : Héctor Cossio López Editor General de El Mostrador
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Hace una semana que terminó la octava versión del Congreso Futuro, en donde se discutió de Inteligencia Artificial, biomedicina, neurociencia y cambio climático, entre otros temas, y el senador PPD, a la hora del balance, anticipa el ambicioso desafío para la versión siguiente: armar un directorio global con científicos del mundo para convertir al CF en un “centro de pensamiento alternativo de carácter planetario”.


Durante los siete días que duró el Congreso Futuro 2019 (CF), el debate y la discusión se tomaron todos los espacios en Santiago y en regiones, en vivo y en formato digital. Hubo a quienes los marcó la charla de Richard Dawkins, quien –engalanado como el ateo más influyente según el Vaticano– sostuvo que “invocar a un dios para explicar el mundo es denigrante”, o la de Brigitte Baptiste, bióloga y experta en biodiversidad, quien no perdió tiempo en explicar su evidente activismo transgénero para centrarse en la urgencia del cambio climático. Foco de interés transversal también fue la Inteligencia Artificial, los avances del proyecto Brain de Rafael Yuste y la adición de dos nuevas letras a la cadena del ADN que permitió a Floyd Romensberg crear el primer organismo vivo antinatural y semisintético. “Por ignorancia me amenazan y creen que juego a ser dios”, señaló.

Pero fuera de los grandes temas, puertas adentro, el Congreso Futuro 2019 inauguró un nuevo esquema administrativo que implicaba sacar atribuciones al Senado para traspasarlas a la Fundación Encuentros del Futuro, que preside Daniel Fernández Koprich, con la idea de mejorar el financiamiento privado y proyectar el evento científico más allá de las fronteras nacionales.

En este punto, Guido Girardi –presidente de la Comisión Desafíos del Futuro– no escatima esfuerzos en liberar su imaginación y ambiciones. Para el promotor de esta actividad de divulgación del pensamiento científico, el destino del Congreso Futuro es convertirse en “un centro de pensamiento alternativo de carácter planetario”. En otras palabras, el senador PPD va por el planeta.

Directorio global

Las preocupaciones de Girardi claramente son distintas a las de sus colegas del Congreso en Valparaíso. Su más reciente desvelo es la “neuroprotección”, un diseño de derechos mentales que busca proteger la privacidad de los pensamientos una vez que el proyecto Brain logre decodificar la interacción de las miles de millones de neuronas del cerebro humano y eventualmente se pueda leer la mente. Otra de sus aprensiones a escala global es sentar las bases de lo que sería una especie de resistencia cognitiva al posneoliberalismo, representado por el suprapoder económico y político de gigantes de la tecnología como Google, Facebook, Amazon o Microsoft.

“Yo estoy formando un comité editorial, con los científicos y científicas que vienen, ese es el desafío 2020: que el próximo Congreso Futuro tenga la participación de todos estos científicos que han sido parte de este evento y crear una comunidad virtual, para que ellos sean, de cierta manera, un directorio virtual, global, planetario del Congreso Futuro”, explica.

“Esto tiene que ser colaborativo, porque el CF no puede ser solo de Chile. Yo les digo a ellos que el Congreso Futuro es un laboratorio de innovación social, que tiene que evolucionar”, agrega.

La idea, confiesa Girardi, es que el evento que surgió al alero del Senado sea un epicentro de pensamiento alternativo. A juicio del senador PPD, el gran desafío de la humanidad es el monopolio de la construcción del futuro de la humanidad. En este sentido, “los estados, la política, incluso las universidades están paralizadas, porque no entendemos el mundo bien y los que están pensando el futuro son Google, Facebook”.

“Somos testigos de grandes cambios a todo nivel, la política va a quedar obsoleta, estamos viviendo una obsolescencia programada de todo y dentro de eso está el Estado nacional”, contextualiza, al tiempo que confiesa que quiere “que esto sea sentido como propio por otros actores latinoamericanos, que pudieran venir y estar acá para que se sientan incluidos, para hacer un polo sudamericano de pensamiento nuevo, para el resto de la humanidad. Tenemos que construir ciudadanía planetaria”, subraya.

Ola sin playa

Una visión más centrada en los desafíos locales es lo que plantea Fernández Koprich –exdirector de empresas del Estado durante la Concertación, entre ellas TVN–, para quien la mayor preocupación es la dicotomía entre el vertiginoso avance de la ciencia y la tecnología y la falta de conciencia y capacidad de asimilar todo esto desde el punto de las políticas públicas y la educación: “Eso crea una ola enorme y no veo la playa preparada para recibirla, por decirlo de alguna manera”, expresa.

Siendo este el primer año en que la Fundación Encuentros del Futuro coorganiza el CF, Fernández suma la preocupación por la Inteligencia Artificial (IA), pero no solo por la potencia que puede alcanzar, sino por la falta de reflexión sobre las capacidades humanas. “Me parece increíble que estemos en todo momento discutiendo de IA, de la capacidad cognitiva de las máquinas y no estemos preocupados de cómo los humanos vamos a evolucionar cognitivamente para dar cuenta de un nuevo mundo que se nos abre y que no tenemos la mentalidad suficientemente desarrollada para enfrentarlo”.

Con la misión de servir de enlace para, entre otras cosas, atraer financiamiento privado, Fernández –quien debió sortear su momento más complejo cuando se echó abajo la iniciativa Hidroaysén, en la que ejerció como vicepresidente ejecutivo– se manifiesta optimista respecto de la vinculación entre política y ciencia a raíz del CF.

“El Presidente y sus ministros están muy comprometidos con el CF, muy interesados, y por eso espero que esa brecha, que mencioné anteriormente, pueda empezar a cerrarse en la medida que la política comprenda que es aquí, en gran medida, donde se juega el futuro, mucho más que muchas cosas chicas que estamos discutiendo todos los días”, manifiesta.

Vaso medio vacío

El director ejecutivo de la Fundación Encuentros del Futuro, Nicolás Fernández, reconoce que un proyecto de esta magnitud no está exento de errores: “La cantidad de expositores y su logística, el público presencial en cada una de las locaciones a lo largo de Chile, la singularidad de cada región y su ecosistema de coordinación local y la presencia de actores públicos y privados conviviendo en un evento gratuito de difusión científica, son elementos más que suficientes para crear una pequeña tormenta perfecta”.

La coordinación, sin embargo, no fue la que trajo los mayores dolores de cabeza, sino –paradójicamente– la tecnología de transmisión en vivo, que era de responsabilidad del Senado. “Nuestro principal problema fue el streaming. A pesar de contar con una inversión considerable en cada una de las áreas que soportan al evento (producción, comunicación, difusión, tecnología), esta última es un servicio que el Senado pone a disposición de la organización y de la cual no tenemos control. Si bien entendemos que Congreso Futuro nace al alero del Senado y que, por tanto, en sus inicios toda su organización estaba concentrada en los recursos propios de la Corporación, hoy se requiere que todos los sistemas estén a un estándar superior. Esperamos para los años siguientes reforzar dicho sistema y permitir que todo Chile pueda conectarse ininterrumpidamente a las conversaciones del Chile futuro que queremos”, plantea Fernández.

A la hora de la evaluación general con diversos indicadores, reconoce que el evento fue un éxito. “En Chile ya existe interés genuino por estos temas y nuestra sociedad está abierta a consumir información relevante cada vez que existen esfuerzos concretos por ponerlos a disposición”. Como prueba de ello, enumera que “las entradas se agotaron en algunos casos en 20 minutos, los medios de comunicación hicieron una cobertura permanente y detallada, las empresas, la academia, el Gobierno y el Congreso, se unieron para financiar, quizás, el único evento que los articula colaborativamente para entregar un bien público. Todo esto nos enorgullece como equipo y debería enorgullecernos a todos”, afirma.

De menos a más

“Más de 500 solicitudes de prensa registradas y concedidas en 5 días solo en Santiago, donde casi el 40% se realizaron fuera del ex-Congreso y otras tantas en la sede central, demuestran el gran crecimiento que ha tenido este encuentro y la necesidad de la ciudadanía por conocer más sobre la ciencia, tecnología e innovación, no solo nacional sino también internacional”, comenta Jéssica Soto, jefa de comunicaciones del CF.

Pero la estructura interna del CF no avanza a la misma velocidad. Junto al problema del streaming, otra gran dificultad que resultó increíble –dada la naturaleza del evento– fue la falta de tecnología en la sala de prensa durante los dos primeros días. Con cientos de periodistas acreditados, los accesos estaban restringidos desde la nave central donde se desarrollaba el evento a la sala de prensa, lo que obligaba a rodear por fuera el recinto. Y cuando se lograba llegar a dicha sala, no había ni acceso a internet. Afortunadamente, los baches se fueron solucionando en la medida que avanzó el Congreso.

Desde la óptica de la gestión, la mayor exigencia se daba al intentar responder a todos los requerimientos. “El alto grado de estrés nace porque queremos darles el gusto a todos los medios de comunicación y a veces por agendas de los expositores no podemos complacerlos a todos. Vemos el enorme esfuerzo que hacen los periodistas y productores por obtener una entrevista y, cuando no se ha logrado –por alguna razón ajena a la nuestra–, el equipo de prensa también se frustra buscando por todos los medios alternativas para lograr el objetivo: la entrevista con el expositor. Cuando llevas 26 años en los medios entiendes todo el esfuerzo y profesionalismo que hay detrás de cada periodista que espera realizar su trabajo”, señala Soto.

Desde la perspectiva de los contenidos, Silvia Díaz, directora científica de la Fundación, concluye que este año fueron mucho más reflexivas que en versiones anteriores y todos estaban dispuestos a responder a la gran pregunta planteada: ¿qué especie queremos ser? “Desde los neurocientíficos, genetistas, astrónomos, expertos en IA, hasta los humanistas, comparten que el ser humano actual busca una nueva conciencia, a la cual debemos ir. Toda la tecnología existente debe ser la base para obtener una mayor empatía, bienestar, resiliencia con lo que nos rodea y no que las máquinas superen al ser humano”, resume.

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