PAÍS
El papa Francisco finalmente aceptó la renuncia del arzobispo de Santiago, imputado por el encubrimiento de casos de abuso sexual al interior de la iglesia. En su reemplazo fue nombrado el obispo Celestino Aós como administrador apostólico. Juan Carlos Cruz, uno de los denunciantes de Karadima, fue uno de los primeros en reaccionar sobre la determinación, deseando lo mejor a la gestión del religioso entrante y haciendo un llamado a que el saliente prelado responda ante la justicia chilena «antes de escapar del país».
El papa Francisco finalmente aceptó la renuncia presentada -en mayo del año pasado- por el cardenal Ricardo Ezzati.
Se supone que los obispos deben presentar sus renuncias al papa una vez cumplen los 75 años de edad, pero la salida de Ezzati, de 77, se produce justo en un momento en el que es investigado por encubrir casos de abusos sexuales a menores por parte de curas.
La Fiscalía indaga la participación de Ezzati en los hechos imputados al excanciller del arzobispado capitalino Óscar Muñoz, acusado por violación y abusos, y del sacerdote Jorge Laplagne, denunciado por hechos similares del 2002.
Además, Ezzati está imputado por el encubrimiento del cura Tito Rivera, acusado de un abuso en la catedral de Santiago en 2015.
Mientras Ezzati afronta este proceso, el papa Francisco ha puesto al frente de la archidiócesis de la capital chilena al español Aós Braco (Artaiz, Pamplona, 1945).
“Esto me toma igual que a ustedes, con sorpresa y como una misión de Dios para su Iglesia”, señaló Aós, agregando que lo supo «un tiempito antes, no anoche, pero también todo ha sido muy rápido. De hecho, estoy en Copiapó en estos momentos”, precisó a La Tercera.
Cabe mencionar que la justicia rechazó ayer la petición de sobreseimiento definitivo presentado por la defensa de Ezzati, en medio de los escándalos que han sacudido a la Iglesia en los últimos tiempos.
La Conferencia Episcopal de Chile publicó el pasado agosto una lista con los nombres de 42 sacerdotes y un diácono condenados por la Justicia civil o la canónica por abusos sexuales a menores.
Esto último mientas la Fiscalía investiga 148 casos de abusos sexuales cometidos por personas vinculadas a la Iglesia católica, mientras que el número de víctimas asciende a 255, según informó el pasado enero el fiscal nacional, Jorge Abbott.
De los primeros en salir al paso de la noticia y comentar a través de redes sociales fueron los denunciantes de Fernando Karadima, José Andrés Murillo y Juan Carlos Cruz, quienes se manifestaron a través de Twitter.
«A monseñor Aós le deseo lo mejor en su gestión administrando el desastre que es Santiago. Que una al clero y colabore con la justicia. Cualquier cosa es mejor que Ezzati y su banda que, ojalá, responda ante la justicia chilena antes de escapar del país», señaló Juan Carlos Cruz.
Por su parte, Murillo ironizó con la noticia, limitándose a comentar «Brex-zati», haciendo referencia al Brexit, la polémica salida del Reino Unido de la Unión Europea.
Tras conocerse su salida, Ezzati dio un último mensaje como Arzobispo de Santiago en la misa que da comienzo al año pastoral.
Según consigna 24 horas, al inicio de la ceremonia, Ezzati afirmó que las noticias que llegaron desde el Vaticano fueron bien recibidas, por lo que decidió modificar el discurso que tenía preparado para aclarar que se retira de su puesto con «la conciencia tranquila».
«Les puedo decir con la frente muy en alto lo que prometí cuando había iniciado mi servicio episcopal después de que había explotado el caso Karadima. Dije en esa oportunidad que ustedes podían confiar que toda denuncia sería diligentemente investigada. Hoy al terminar mi servicio episcopal puedo decirles exactamente la misma cosa», señaló.
«Con la conciencia muy tranquila y serena les puedo decir que he sido fiel a esa promesa más allá de las fragilidades de la lucidez y la conciencia que a veces tiene que ser muy iluminada para tomar decisiones oportunas», agregó.
Finalmente Ezzati reiteró que deja su puesto con total convicción de haber realizado todo lo posible por esclarecer las denuncias por abuso sexual al interior de la iglesia, desechando las acusaciones en su contra por encubrimiento.
«Con la conciencia tranquila y racional de quien tiene una responsabilidad tan grande frente a estas situaciones, les puedo decir que tengo la conciencia absolutamente tranquila y serena», concluyó.
