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«A mí solo me juzga dios» Opinión

«A mí solo me juzga dios»

Pablo Flamm
Por : Pablo Flamm Periodista deportivo
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Por qué El Comandante vive sus días más complejos en la banca del Cacique, una especie de calvario, por qué sentarse en esa butaca y escuchar cánticos en su contra. No hay técnico de Colo Colo que no haya vivido esa sensación del murmullo de Macul…ese ruido que hace daño y que muchas veces termina pasando la cuenta. El hincha del popular es implacable en aquello. Sino acuérdense de una larga lista comenzando por Tocalli (quien fue campeón), Cagna, Gallego, Basay, Sierra, Guede, etc.


De esta forma contundente y con una frase de titular, Mario Salas cerraba una de sus conferencias de prensa más margas y duras desde que llegó a Colo Colo. Había una fiesta que celebrar en el Monumental y terminó en lamentos gracias al gran y aplicado partido realizado por Cobresal.

Por qué El Comandante vive sus días más complejos en la banca del Cacique, una especie de calvario, por qué sentarse en esa butaca y escuchar cánticos en su contra. No hay técnico de Colo Colo que no haya vivido esa sensación del murmullo de Macul…ese ruido que hace daño y que muchas veces termina pasando la cuenta. El hincha del popular es implacable en aquello. Sino acuérdense de una larga lista comenzando por Tocalli (quien fue campeón), Cagna, Gallego, Basay, Sierra, Guede, etc,

La famosa revolución futbolística que trae consigo el sello Mario Salas, no logra plasmarse en los pastos de Pedreros. Solo un dato estadístico que puede parecer fulminante. De 18 puntos disputados en esta segunda rueda, los albos han sumido 5. Y claramente el fusible directo siempre es el técnico.

Pero la pregunta y cuestionamiento analítico se puede apuntar a esto ¿Por qué no ha logrado Mario Salas convertir a Colo Colo en ese equipo fluido, intenso y sólido? Pueden existir múltiples razones y situaciones. Cuando asumió y logró transmitir su mensaje, especialmente en los jugadores más jóvenes, los albos lograron mostrar parte de los argumentos de juego que siempre pregona. Coincidencia más o menos, las primeras cinco fechas del Torneo, Colo Colo se vio como una escuadra que presionaba, que no dejaba espacios a sus rivales y principalmente dominador de las acciones de juego. En esas primeras jornadas no contaba con Paredes, Valdivia y Valdés; quienes estaban fuera del equipo por distintas lesiones o molestias.

Y ese era un punto álgido del comentario. Este Colo Colo versión Salas sería más potente con la inclusión de los tres jugadores antes mencionados. Los tres indiscutidos y determinantes en el medio local. Además, el arribo de Gabriel Costa; quien había sido pieza consular en los títulos con Sporting Cristal junto a Salas; auguraban un equipo que debía prácticamente ganar el título con el plantel existente. Sin embargo, el proceso de Mario Salas ha sido complejo y por ahora muy lejos de los objetivos que implica para un técnico al mando de los albos.

Errores de conformación del equipo en varios partidos. Ese ha sido un tema de permanente discusión, ante lo cual Salas argumenta que él tiene el día a día y ve y valora situaciones que el periodismo no tiene. Nadie podrá discutirle eso, pero todo lo que se prepara o su gran mayoría; no se ve o plasma el día de partido, salvo algunas excepciones y en eso en Colo Colo no basta…al contrario…complica.

La eliminación de la Sudamericana en una llave abordable y la distancia con Universidad Católica son hechos preocupantes, pero sin duda; lo que debe tener con más de un dolor de cabeza a la dirigencia alba y a Marcelo Espina, es que el equipo no puede soltarse, no alcanza un ritmo que sea incontrarrestable y además las críticas y malestar del hincha albo se hace sentir cada fin de semana. Y ahí está la gran resolución y convicción de los entes jerárquicos de Macul. Más allá de palabras de buena crianza y respaldos públicos, deben abstraerse del ruido ambiente y seguir adelante con el proceso Salas.

Colo Colo no puede y debe ser un equipo intenso. No tiene esos protagonistas, por más que Salas lo diga y sostenga. El equipo no aguanta sostener una presión alta por más allá de 10 o 15 minutos, por que son de otras características. Son jugadores de experiencia y que a esta altura de sus carreras, pueden presionar, pero no sostener. Entonces, surge otra inquietud ¿Qué prima más…La idea del técnico o adecuar su visión al plantel que tiene? Tal vez ahí está una de las debilidades de Salas. Por lo menos desde mi visión, las experiencias anteriores del técnico en Barnechea, Sub 20, Huachipato y Universidad Católica; su idea de fútbol intenso, de mucha presión y sometimiento al rival eran no sólo atractivas, sino que también seducían y lograban apuntar que había un técnico distinto y con un camino en el mediano plazo para cosas importantes.

Y sigo creyendo que Salas no ha perdido su esencia de sentir y vivir el fútbol, pero en Colo Colo por ahora está en deuda. No solo es resultados, aunque en un equipo de esa magnitud, los objetivos priman. Hablo y creo que no la conseguido tener esa adaptación que se necesita con el plantel que tiene. Y ojo, es una de las mejores planillas de nuestro fútbol, no obstante, hay señales claras de no conseguir una coherencia entre el discurso y lo que se juega. Colo Colo, aunque le moleste al técnico, es predecible y permeable. Los rivales ya saben prepararse para el ataque blanco, que siempre tiene los mismos circuitos establecidos. Es un momento fue Opazo el que más subía, el romper línea de Suazo y después terminar la jugada con un centro para Paredes. Cuando está Valdivia en cancha, el equipo tiene otra herramienta. La genialidad del 10, pero cuando está.

El campeonato de no mediar algo catastrófico ya tiene dueño y lo preocupante de los albos es que ya podría ver amenazado su segundo lugar, que increíblemente los perseguidores no han sido capaces de arrebatárselo producto de su irregularidad. Los albos han tenido un ostensible bajo rendimiento post Copa América y no se aprecia claramente por donde El Comandante logrará encontrar en rumbo y camino para levantar a un equipo que da importantes señales de poc brillo y desgaste.

Decía el gran Julio César cada vez que conquistaba un territorio para Roma “Veni, vidi et vici” (Vine, vi y vencí)…Esa frase tan mítica y gloriosa hasta el momento se escapa del libreto de Mario Salas. El técnico por ahora solo aceptad ser juzgado por Dios, pero ya lo es por la parcialidad alba y que cuando se hace sentir, a veces hasta Dios se preocupa.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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