Opinión
La vida, la salud y la economía de millones de familias son amenazadas por una pandemia sin precedentes, que exige que políticos, empresarios, líderes sociales y la sociedad en su conjunto estén a la altura de estas graves circunstancias. Basta de exigirle responsabilidad únicamente al de al lado y a quienes detentan autoridad. Debemos preguntarnos: ¿Qué debo hacer yo para contribuir a superar esta pandemia?
Atrás deben ir quedando las diferencias políticas y la polarización que dividieron profundamente a la clase política en los últimos meses. Ello, para dar paso a la colaboración transversal que la pandemia del Covid-19 nos exige hoy, porque la crisis sanitaria, económica y social requiere que todos avancemos por un sólo camino para hacer frente a este enemigo común. No deben primar las ideologías ni los cálculos políticos. Si no somos capaces de adoptar una mirada única en esta difícil coyuntura que vivimos, difícilmente lo lograremos en el futuro.
No están los tiempos para caudillismos ni para afanes protagónicos ni díscolos. Hoy, lo que nuestro país necesita es que sus dirigentes y liderazgos actúen con responsabilidad y —sobre todo— en unidad. Las naciones que se han dividido en torno a la pandemia, se han demorado en dar respuestas oportunas para proteger a sus ciudadanos.
La vida, la salud y la economía de millones de familias son amenazadas por una pandemia sin precedentes, que exige que políticos, empresarios, líderes sociales y la sociedad en su conjunto estén a la altura de estas graves circunstancias. Basta de exigirle responsabilidad únicamente al de al lado y a quienes detentan autoridad. Debemos preguntarnos: ¿Qué debo hacer yo para contribuir a superar esta pandemia?
[cita tipo=»destaque»]Superando el miedo y los intereses de corto plazo. Sólo así lograremos construir un futuro diferente y promisorio, sentando las bases de un país solidario, donde seamos más conscientes de la realidad de quienes nos rodean y no nos miremos con desconfianza ni temor. Que la distancia social, necesaria para mitigar la propagación del virus, no se transforme en miedo y polarización.[/cita]
Todo parte por respetar las medidas sanitarias adoptadas por el Gobierno, sin caer en la descalificación permanente hacia autoridades y funcionarios que arriesgan sus vidas durante esta crisis, respetando las cuarentenas sin exponer a otros, confiando en el teletrabajo cuando ello es posible. No abandonemos a aquellas profesiones, como las asesoras del hogar, que se han visto impedidas de trabajar y, por sobre todo, valorar y agradecer la labor de los trabajadores de la salud, carabineros, militares, conserjes y todos quienes se la juegan día a día por nosotros. Son ellos quienes nos están dando la oportunidad de construir el país que todos queremos.
La grandeza y empatía de nuestra conducta radica en cambiar la forma en cómo veníamos haciendo las cosas. Se han implementado, con gran velocidad, medidas concretas para enfrentar la crisis sanitaria y económica como la compra de camas UCI, UTI, ventiladores mecánicos y la promulgación de la Ley de Protección al Empleo. A la luz del accionar del Gobierno, volvemos a la pregunta anterior: ¿Cómo podemos aportar el resto de los chilenos?
Superando el miedo y los intereses de corto plazo. Sólo así lograremos construir un futuro diferente y promisorio, sentando las bases de un país solidario, donde seamos más conscientes de la realidad de quienes nos rodean y no nos miremos con desconfianza ni temor. Que la distancia social, necesaria para mitigar la propagación del virus, no se transforme en miedo y polarización.
No nos dobleguemos ante el miedo, ante las ideologías y la desesperanza. Levantemos la mirada y recordemos que nuestro país, ante la adversidad, siempre se pone de pie.
