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El gran desafío de las empresas en los inciertos y cambiantes escenarios de hoy Opinión

El gran desafío de las empresas en los inciertos y cambiantes escenarios de hoy

Marcelo Chacana
Por : Marcelo Chacana Director Centro de Investigación y Modelación de Negocios de la Universidad Santo Tomás
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El cambio nace desde dentro, de las personas. Si la cultura no cambia, no hay cambio, y si la empresa, colaboradores y sus líderes no están en “modo transformación”, difícilmente se logrará algo. Los líderes empresariales son ejemplo y promotores de esta nueva forma de trabajar donde se asumen riesgos, el fracaso es bienvenido como fuente de aprendizaje y, además, se promueve la diversidad y la horizontalidad, paradigmas completamente opuestos a los que han predominado en los negocios en Chile en las últimas décadas.


Hasta mediados de 2019, las empresas seguían expectantes las fluctuaciones de los indicadores y señales económicas y sociales tradicionalmente contempladas. Sin embargo, desde octubre a la fecha, situación agudizada por la actual pandemia mundial del COVID-19, los distintos actores de la economía –empresas públicas y privadas y por supuesto familias– ven con mayor incertidumbre los meses venideros.

En el actual contexto en que se tienen que desenvolver las empresas, este presenta un permanente cambio. La manera en que nos relacionamos es distinta, tanto por la incertidumbre que produce la disrupción de fenómenos externos al quehacer empresarial, como por las capacidades técnicas y de liderazgo necesarias para abordar esos cambios en las organizaciones. Los modelos que han permitido la sostenibilidad y, en algunos casos, lograr el éxito hasta hora, incluyendo los propios patrones culturales y de liderazgo, están siendo profundamente amenazados y por supuesto todos los saben.

[cita tipo=»destaque»]Las empresas deben tratar de comprender lo que buscan sus clientes, cómo se comportan, cómo ven y sienten a la empresa y cómo responderían ante distintas propuestas de valor, muchas veces el ansia por control y por cumplir metas de corto plazo, sumado esto a una cultura en donde no se busca salir de la zona de confort, hacen olvidarse del cliente y de entender lo que realmente quiere, tanto en experiencias novedosas como en nuevos productos y en su constante innovación.[/cita]

Enfrentar este contexto de cambio representa una verdadera transformación para las empresas y, como tal, es una tarea de largo aliento. Dicho esfuerzo de cambio es integral y va mucho más allá de puramente la “transformación digital”, imperativa herramienta de desarrollo hoy reinante. El camino por recorrer para evolucionar y transformarse no es una simple lista de pasos a seguir, es un proceso complejo de transformación y cada organización debe abordarlo de la manera más adecuada a su realidad.

Hoy el centro y foco de las empresas debe ser el cliente, eso no ha cambiado y no va a cambiar. Más aún, se intensifica y acelera, los clientes hoy son más informados y conectados, seleccionan más y en un menor tiempo, es en ellos y para ellos donde está el foco de esta transformación, ya que son la razón de ser de toda empresa u organización.

Las empresas deben tratar de comprender lo que buscan sus clientes, cómo se comportan, cómo ven y sienten a la empresa y cómo responderían ante distintas propuestas de valor, muchas veces el ansia por control y por cumplir metas de corto plazo, sumado esto a una cultura en donde no se busca salir de la zona de confort, hacen olvidarse del cliente y de entender lo que realmente quiere, tanto en experiencias novedosas como en nuevos productos y en su constante innovación.

El cambio nace desde dentro, de las personas. Si la cultura no cambia, no hay cambio, y si la empresa, colaboradores y sus líderes no están en “modo transformación”, difícilmente se logrará algo. Los líderes empresariales son ejemplo y promotores de esta nueva forma de trabajar donde se asumen riesgos, el fracaso es bienvenido como fuente de aprendizaje y, además, se promueve la diversidad y la horizontalidad, paradigmas completamente opuestos a los que han predominado en los negocios en Chile en las últimas décadas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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