El escritor, artista visual y Premio Nacional de Diseño otorgado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, hoy Ministerio de las Culturas y las Artes, reflexiona en esta entrevista sobre los problemas de la política en Chile y en el mundo. Aunque con un tono desencantado, afirma que confía en la política en tanto “arte de resolver los problemas colectivos”. Y agrega que cuando se hacen visibles la discriminación y la injusticia, se genera la sensación de indignación (y la indignación está de moda); esto es un fenómeno global, tendencia mundial. Menciona que tenemos una población juvenil que no tiene reales posibilidades y que vive de forma precaria, pero que igual tiene acceso al consumo y a ciertas delicias, lo que a la larga más la irrita, y ahora tiene la capacidad de hacerse presente, de manifestarse. Lo anterior genera incertidumbres pero también esperanzas, porque los que antes no eran escuchados ahora son actores sociales. La economía no solo se debe ocupar de producir riqueza, sino también de repartirla, esto es clave, pero el “algoritmo” está fallando, no está funcionando bien, y aparece la indignación, movimientos masivos de indignación.
