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La delgada línea entre la educación superior, la empresa privada y el interés público Opinión

La delgada línea entre la educación superior, la empresa privada y el interés público

Gonzalo Pavez Sepúlveda
Por : Gonzalo Pavez Sepúlveda Vocero Un Parque Para Las Salinas
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En tiempos de crisis socioambiental como es la que cruza la humanidad  hoy en día es urgente que la academia se alinee con el sentido común, reconozca esta crisis, comprenda la profundidad los impactos biopsicosocioambientales de los conflictos ambientales y se puedan desarrollar nuevas maneras en que las personas se asocien con el medio natural. Dejar  de ocupar la temática ambiental para beneficio propio, abandonar la creencia extractivista de que se puede conseguir una economía circular infinita explotando ecosistemas frágiles y finitos.


En el último tiempo se ha abierto el debate por el conflicto que tienen distintas universidades respecto a su participación en proyectos privados que tienen un gran impacto en distintas comunidades que pueden ver arriesgada su salud y comprometida su calidad de vida.

Un gran ejemplo de esto es el proyecto de remediación con bacterias para construir un megaproyecto inmobiliario en el paño contaminado Las Salinas – Viña del Mar.

Este terreno se encuentra peligrosamente contaminado con hidrocarburos, pesticidas, insecticidas y metales pesados tras 84 años de procesos petroquímicos de la empresa Copec, del grupo Angelini.

Hoy en día la empresa pretende construir un megaproyecto inmobiliario, para conseguir esta finalidad Copec ha sumado a sus filas a dos Universidades de la región, la Universidad Técnica Federico Santa María (USM) y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).

Para la opinión pública nunca ha quedado muy clara la relación entre Copec y las universidades. Por una parte, se encuentran los intereses de la empresa de construir un megaproyecto inmobiliario y por otra parte, las universidades que argumentan que solo trabajan en una investigación científica sin sesgos.

Para la comunidad que se ha unificado para ser oposición al proyecto inmobiliario y proponer Un Parque para Las Salinas, la opinión de las universidades se aleja totalmente de la realidad.

Todo esto debido a que el proceso de remediación que está proponiendo copec junto a las universidades para el paño Las Salinas está entrelazada y definida en intensidad, volumen a extraer, profundidad y en consecuencia la peligrosidad a la población de Viña y habitantes por el uso de suelo residencial propuesto por COPEC.

En cambio el uso de suelo para área verde (Parques y jardines) que es el que se encuentra vigente por la Resolución de calificación ambiental del año 2004, tiene una estrategia que consigue confinar bajo 1 metro del suelo los contaminantes, de esta manera no causar daño a la población.

La participación de la universidad queda en evidencia con solo ingresar a la página web del servicio de evaluación ambiental y ver que el Estudio de impacto ambiental tiene la finalidad para emplazar en las Salinas un megaproyecto inmobiliario tirando por el piso el argumento de investigación sin sesgos entregadas por las rectorías de ambas universidades.

Esto da espacio a las siguientes preguntas ¿Cuál es la línea ética que separa a la academia de los intereses de la empresa privada? ¿La academia está siendo capturada por los intereses empresariales?

Hay que tomar en cuenta las declaraciones del premio nacional de ciencias naturales Fabian Jaksic que en pleno conversatorio sobre los desafíos ambientales en una constitución declara “cómo los académicos y técnicos son cooptados por las empresas, incluso de cómo estos son “secuaces” y “cómplices” y entregó ejemplos de la manera en que se adecuan los Estudios de impacto ambiental a las directrices de la empresa que financian estas pericias.

Debemos considerar que la academia debe tener como finalidad el desarrollo humano integral desde una visión holística y que integre a los distintos involucrados en cada temática a estudiar, para conseguir esto, debemos asegurar una independencia total en ella.

En tiempos de crisis socioambiental como es la que cruza la humanidad  hoy en día es urgente que la academia se alinee con el sentido común, reconozca esta crisis, comprenda la profundidad los impactos biopsicosocioambientales de los conflictos ambientales y se puedan desarrollar nuevas maneras en que las personas se asocien con el medio natural. Dejar  de ocupar la temática ambiental para beneficio propio, abandonar la creencia extractivista de que se puede conseguir una economía circular infinita explotando ecosistemas frágiles y finitos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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