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Claves electorales para leer los resultados del domingo Opinión

Claves electorales para leer los resultados del domingo

Axel Callis
Por : Axel Callis Sociólogo. Analista político
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Con cuatro elecciones en un mismo día, no habrá fuerza política o conglomerado que el domingo en la noche no pueda sacar alguna cuenta alegre y declararse victorioso de alguna forma: si no es por la Convención Constitucional, podrán arrimarse a alguna alcaldía, gobernación regional o al porcentaje de votos de un partido por sobre el otro. Así que, para no comprar resultados exultantes o explicaciones falsas esa noche, acá van algunas sugerencias y claves para su propio análisis electoral. Y recuerde, que el que va perdiendo siempre quiere esperar el recuento final de la votación, sabiendo que eso solo sirve para ganar tiempo para entregar una buena explicación.


Todos celebrarán la noche del domingo 16 de mayo, toda la política tradicional destapará alguna botella y tendrá algún triunfo del cual aferrarse, aunque por dentro tal vez estén viviendo un funeral. No se verá tristeza ni derrota, pues si no es por los delegados constituyentes, será algún gobernador, alcalde o porcentaje en concejales, algo habrá de lo cual sacar brillo comunicacional. Dudo que veamos imágenes como la de Pablo Iglesias, de Podemos en España, diciendo adiós a la política y renunciando, en medio del estupor, a todo cargo político por su derrota personal y la de su partido. Ese ejercicio para Chile es impensado, dada la escasa o nula autocrítica de nuestros representantes.

Para no comprar resultados exultantes o explicaciones falsas esa noche, acá van algunas sugerencias y claves para su propio análisis electoral.

En primer lugar y a nivel soterrado, casi inconfesablemente, cada dirigente de partido vive un miedo agudo al desfonde, a hundirse como ícono exclusivo o grupal de la rabia que exhibe la ciudadanía hacia los representantes políticos, una verdadera y extendida “partidofobia”. Pero ese desfonde, si se produce, será muy difícil de probar públicamente, pues en la única elección en que se podría constatar objetivamente sería en la de delegados constituyentes, ya que es la exclusiva que ofrece competencia de independientes hacia el mundo político tradicional en un contexto de cuestionamiento. Ahora bien, si del total de votos los independientes fuera de pactos partidarios obtienen más del 50%, es un desfonde total. Un rechazo mayoritario a todos los partidos, aunque este porcentaje no se traduzca mecánicamente en electos, dada la dispersión de listas independientes.

[cita tipo=»destaque»]En el otro bloque de oposición (FA, PC, otros), el sueño es evidentemente empatarle o ganarle a Unidad Constituyente, aunque sea por un electo o electa y, así, llegar a la Convención Constitucional con un espíritu renovado y ganador, que también les entregue aliento para la primaria presidencial –si es que el FA logra tener candidato y este pueda competir eventualmente contra Daniel Jadue–. No obstante que el 2017 el Frente Amplio obtuvo 20 escaños, esa cifra ahora es bastante menor, tras los retiros del PH (Jiles y compañía) y otras escisiones en RD. Con todo, las expectativas en Apruebo Dignidad son –con la incorporación del PC y Jadue incluido como motor electoral– ojalá tener un o una representante por distrito, es decir, 28 electos. Pero esa cifra es inconfesable, pues la gran cantidad de listas regionales de independientes y los desangres constantes en el FA conspiran contra ese logro.[/cita]

De esta forma, bajo un escenario adverso, a los partidos no les quedará otra que refugiarse en las elecciones de gobernadores, alcaldes y concejales como expresiones de triunfo, donde serán los mismos partidos de siempre los que se repartirán esos cargos, pues salvo algunas excepciones en independientes, en materia edilicia no habrá grandes cambios. Sí tenderemos muchas caras nuevas dada la renovación forzada y legal por los tres períodos de tope, pero con los partidos de siempre.

En términos ya de la elección a la Convención Constitucional y su composición, no se fije tanto en porcentajes de partidos o candidatos individuales, ponga atención a los electos o electas, dado que se aplicará la famosa Ley D’hont, donde un bloque político puede tener un porcentaje no muy alto (30%) y tener un 45% o más de electos dentro de los 138 delegados finales que irán por esta vía (a los 138 escaños se les debe sumar los 17 representantes de pueblos originarios, que hacen 155 en total). Al revés, también se darán casos de sub-representación entre porcentaje y electos, es decir que pactos o listas obtengan un porcentaje de votos mayor a los electos que finalmente elija. Esto es habitual en listas chicas (5% a 9%).

Otro parámetro de análisis gravitante será el número de independientes que serán electos para la Convención. Esta cifra se debe analizar con precaución, pues habrá al menos tres tipos de independientes en el papel. Por una parte, los independientes puros, que provienen de listas ciudadanas y que lograron patrocinios para su inscripción. Otros serán los independientes que vienen dentro de partidos de oposición –los cuales esa misma noche se declaran libres de toda atadura partidaria–. Y, en tercer lugar, aquellos independientes de Chile Vamos o de derecha, los cuales pueden ser más extremos que los propios militantes de la UDI o RN. Pienso en protagonistas como Tere Marinovich o Marcela Cubillos –sí, es independiente y va por la UDI–, más otros ligados a José Antonio Kast. El famoso tercio de la Convención Constitucional se logra con 52 representantes para que lo tenga a mano.

En términos políticos, siempre será sabroso observar la correlación electoral entre RN y la UDI, ahora medida en constituyentes, alcaldes y concejales. El 2016 y 2017, RN bien aventajó a la UDI en electos y votos –más de 130 mil sufragios obtuvo RN sobre la UDI en diputados en 2017–. De esta forma, en una eventual primaria presidencial, no es baladí el componente territorial a la hora de movilizar electorado de estos partidos oficialistas.

Para mayor morbo, también puede fijarse en la votación del “dedazo” de Lavín en Las Condes y su extensión en Maipú (nuera), mientras que puede ver cómo le va a Evelyn Matthei en Providencia. Un resultado estrecho de la actual alcaldesa, la deja herida para la primaria presidencial del sector, si es que llega a ser candidata.

Sin mucho glamour, también RN, Evópoli y la UDI tendrán su mirada en lo que ocurra con los gobernadores y, en particular, con Catalina Parot en la Región Metropolitana –no hay certeza de que pase a segunda vuelta– y la competencia entre los 6 candidatos de RN versus los 5 UDI a lo largo de Chile. Un desastre de Chile Vamos en materia de gobernaciones opacaría todo lo ganado en alcaldes.

En la oposición, el sueño de Unidad Constituyente –vale decir, la ex Concertación más el PRO– es acercarse lo más posible a lo obtenido el 2017 (57 diputados), pero con el recorte proporcional al total de los cupos de 138, o sea, algo en torno a 50. Pero como esa cifra es públicamente inconfesable, hablan de llegar a 40 y algo. Y ser, por supuesto, el doble que el pacto opositor en competencia: Apruebo Dignidad, que es la unión entre el PC y el Frente Amplio, más otras agrupaciones, como el FRVS.

Este gallito entre pactos opositores será clave para la negociación de las primarias presidenciales que eventualmente se hagan al otro día de conocidos los resultados. Lo que sí sabemos de antemano es que, de no producirse el doblaje simbólico de Unidad Constituyente sobre el PC y el FA, el paso de retroceso será presentar a algunos gobernadores recién electos –acción evidente de la DC, que lleva 6 candidatos– o a algunos alcaldes, como la expresión más clara de triunfo electoral de la jornada en ese pacto.

Otras contiendas más chicas dentro de Unidad Constituyente serán entre el PPD y el PS, de cara a las primarias de Paula Narváez vs. Heraldo Muñoz y ambos contra Ximena Rincón. Un desfonde DC, en electos constituyentes, gobernadores y votación de concejales en ese partido, levanta a Yasna Provoste de un golpe como carta presidencial.

En un análisis más focalizado, es interesante mirar con atención los resultados de alcaldes del PS en la Región Metropolitana, que podría quedar reducido a una mínima expresión por primera vez desde el retorno a la democracia.

En materia de gobernadores regionales, tanto el PS como el PPD no llevan muchos candidatos, pues son nuevamente los independientes asociados a esos partidos, y otros más, los que pueden sacar la cara en términos de resultados. En total, Unidad Constituyente lleva 5 candidaturas independientes en todo Chile.

En el otro bloque de oposición (FA, PC, otros), el sueño es evidentemente empatarle o ganarle a Unidad Constituyente, aunque sea por un electo o electa y, así, llegar a la Convención Constitucional con un espíritu renovado y ganador, que también les entregue aliento para la primaria presidencial –si es que el FA logra tener candidato y este pueda competir eventualmente contra Daniel Jadue–. No obstante que el 2017 el Frente Amplio obtuvo 20 escaños, esa cifra ahora es bastante menor, tras los retiros del PH (Jiles y compañía) y otras escisiones en RD. Con todo, las expectativas en Apruebo Dignidad son –con la incorporación del PC y Jadue incluido como motor electoral– ojalá tener un o una representante por distrito, es decir, 28 electos. Pero esa cifra es inconfesable, pues la gran cantidad de listas regionales de independientes y los desangres constantes en el FA conspiran contra ese logro.

De esta forma, en esta elección de constitucionales estará en juego el equilibrio político entre un PC con candidato competitivo y el FA sin candidato aún. Un mal resultado para los partidos del Frente Amplio no asegura la realización de las necesitadas primarias presidenciales por parte del PC. Daniel Jadue se quedaría sin un contendor de fuste.

Finalmente, a los partidos del Frente Amplio se les acabó el tiempo de ser la novedad, ya no son los debutantes en materia electoral y es la hora de exhibir logros en materia de gobernadores regionales y alcaldes. En esta línea, se debe estar atentos a la Región de Valparaíso y un par de regiones más donde pueden pelear algo. En la intimidad de muchos frenteamplistas aún vive el sueño del “sorpasso” a los partidos de la ex Concertación, pero, si no muestran hoy algunas comunas emblemáticas como logros y buen número de delegados constituyentes, quedarán en el camino a poco andar, como empezó a ocurrir en España con el viejo propósito de romper el bipartidismo.

Y recuerde, que el que va perdiendo siempre quiere esperar el recuento final de la votación, sabiendo que eso solo sirve para ganar tiempo para entregar una buena explicación.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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